'FC Madrid vs Real Barcelona', historia de un intercambio de identidad

El de esta noche no es un Clásico más. Toda una Liga lo eleva a categoría de final, de partido decisivo, calificativos que por una vez refleja lo que realmente hay en juego en el césped del Santiago Bernabéu. Real Madrid y Barcelona llegan igualado en casi todo. Los números dicen que son los mejores equipos del campeonato con gran diferencia y que sólo un duelo entre ellos puede dictaminar el nombre del campeón.

 

Ningún equipo de la Liga española se atreve a poner en duda la supremacía de uno y otro y de esta manera el campeón saldrá de este partido. Las sensaciones que transmite el juego de madridistas y azulgrana señalan que el favorito vuelve a ser el equipo de Guardiola, un técnico que ha conseguido dar la vuelta a la situación, hasta lograr que el Barcelona asuma el histórico papel del Real Madrid y viceversa. Los modelos han cambiado, se han subido al puente aéreo.

 

La historia, la idiosincrasia de Real Madrid y Barcelona señalan que el club estable, continuista, el que confiaba en la cantera y en el trabajo a largo plazo siempre había sido el equipo blanco. Los éxitos de antaño de la entidad madridista, las señas de identidad marcadas por Bernabéu hablaban de un club tranquilo con entrenadores como imagen del club tipo Miguel Muñoz, Miljanic, Boskov, Beenhakker o Del Bosque, pero en los últimos tiempos la sucesión de técnicos se ha convertido en algo habitual en el Real Madrid. Hasta nueve entrenadores en los últimos siete años. La mirada hacia la Ciudad Condal señala que en idéntico periodo de tiempo, el Barcelona tan sólo ha tenido dos entrenadores: Rijkaard y Guardiola.

 

La mutación no termina en el banquillo. En los años de Núñez y Gaspart al frente de la entidad azulgrana los fichajes de las grandes estrellas correspondían al Barcelona. El talonario de la sociedad catalana respondía y el lema de 'mas que un club' valía para justificar desembolsos millonarios por Maradona, Ronaldo, Cruyff, Romario, Krankl, Rivaldo... crack que destacaba, juagdor que terminaba vestido de blaugrana. Eso sí, a los pocos años salía por la puerta de atrás del club. Los cheques y el dinero solucionaba la falta de un proyecto.

 

Mientras, el Real Madrid se convertía en el Madrid de los García o en el de la Quinta del Buitre, equipos con identidad, carácter. El producto local era el que primaba y mejor aún si estaba criado en la Ciudad Deportiva. El Barcelona copió, imitó y creo La Masía, lugar por el que han pasado hasta ocho de los jugadores que esta noche serán titulares en el Bernabéu. Los fichajes estelares, en la actualidad, son obra y gracia del Real Madrid. Kaká, Ronaldo, Benzemá, Robben, Pepe, Sneijder son algunos ejemplos de que ahora es el club blanco el que tira de dinero para hacer un equipo. La factoría blanca aporta tan sólo dos jugadores a su once inicial: Casillas y Arbeloa, viaje de ida y vuelta incluido de este último.

 

El aspecto mental también ha cambiado y la culpa la tiene el 2-6 de la pasada campaña. Ni la pléyade de estrellas reunidas a golpe de talonario han servido para quitar el miedo al madridismo. Todos, forofos o no, saben que la máquina del Barcelona está ahí, que en cualquier momento puede aparecer y pocos seguidores del Real Madrid se atreve a proclamar a los cuatro vientos la victoria de su equipo. Antes, los del Barça sólo tenían ojos para mirar a todo lo que hacía y decía los que vestían de blanco. Ahora, la película ha cambiado y el complejo de inferioridad viste de blanco. Ni los directivos se atreven a pronosticar una victoria madridista. Esa es la realidad. ¿Verdad que es la historia al revés?

 

Esta noche, Cristiano Ronaldo, Casillas, Higuaín y compañía pueden parar ese cambio, frenar una tendencia que tiene un culpable. Y ese es Pep Guardiola, personaje que ha logrado que las actuaciones de Laporta no tengan repercusión alguna, hasta poner lo deportivo por encima de cualquier otro aspecto. En Barcelona ya nadie mira hacia Madrid. Florentino Pérez lanzó un mensaje a su llegada a la presidencia para recuperar los valores de antaño del madridismo y eso pasa por recuperar la tranquilidad, pero creo que todo dependerá de lo que hoy pase en el Clásico. Y ahí, en el césped, se verá la pelea entre la pegada madridista frente al bloque azulgrana. Los cambios ante la estabilidad.