El Valencia podría tener nuevo dueño en las próximas horas

El Valencia, obligado a reinventarse, podría tener nuevo dueño en las próximas horas. En la junta de accionistas del pasado domingo se presentó Andrés Sanchis, abogado que representa al grupo Arena Media, quien aseguró que dicha empresa estaría dispuesta a comprar las acciones del máximo accionista del club ‘ché’, Juan Soler. El grupo Arena Media maneja cuentas de publicidad en España como la del Santander, Telefonica, bwin, Schweppes, Banesto, entre otras. El Confidencial se puso en contacto con el Valencia con el objetivo de conocer los últimos detalles de esta posible operación, sin embargo, fuentes del club aseguraron que era un tema de “total confidencialidad” y que lo “indicado” sería contactar directamente con Soler.

 

Lo cierto es que la deuda del club alcanzará los 547 millones al finalizar junio. Con la ampliación de capital, que ya fue aprobada, por valor de 92,4 millones de euros, el Valencia necesitará otros 200 millones de financiación adicional que se pretende sean adquiridos a través del mercado financiero. Y es que en los últimos seis años el Valencia ha sacado de caja 300 millones más de los que ha ingresado.

Por ello, el Valencia, a través de su nuevo presidente Manuel Llorente y del ya ex presidente Javier Gómez, ha querido establecer las pautas a seguir para salir del hoyo negro en el que se encuentran, basándose en la transparencia que los accionistas y la afición del club exigían hace tiempo y dejando claro que la situación que vive el club es cruda y desalentadora. El Valencia necesita reducir el coste de su plantilla, que supera los 100 millones de euros anuales, lo que indica que el club deberá vender a varios jugadores denominados ‘estrellas’ -siempre y cuando las ofertas sean buenas-, con el fin de volver al pasado, cuando el Valencia, con una media salarial baja, ganó dos Ligas y estaba entre los grandes de Europa.

La idea de vender grandes jugadores no tiene por qué repercutir necesariamente en lo deportivo, siempre y cuando el club fiche bien, con vistas al presente y al futuro, para que el club alcance nuevamente su estabilidad económica, la cual llegará, según los mandatarios valencianistas, hasta la temporada 2012-13, cuando el club haya inaugurado el nuevo Mestalla (2011) y haya ingresado una buena cantidad de dinero por la venta de servicios, locales comerciales y el ingreso por los nuevos abonados al club.

Para poder terminar las obras del nuevo estadio, que llevan paradas algunos meses por la falta de liquidez, el Valencia tiene pensado acudir al presidente de la Generalitat Francisco Camps y a la alcaldesa Rita Barberá, en quienes confía para poder concluir su proyecto. Con Bancaja, entidad que financia al club y al que debe más de 200 millones de euros, pretende mantener su vinculación, siempre y cuando Bancaja continúe siendo comprensiva con su situación económica.

El Valencia tiene 35 jugadores en plantilla

El club ‘che’ tiene 35 jugadores en plantilla, 26 de ellos en el primer equipo. De esos 26, sólo hay tres que finalizaron contrato: Curro Torres, Morientes y César. Los dos primeros ya se despidieron, mientras que César, lo más seguro, es que renueve por un año más. Y es que contando con el veterano portero, el Valencia tiene 24 jugadores con contrato en vigor para la próxima temporada, además de los cedidos, como Zigic (Santander), David Navarro (Mallorca), Aarón (Glasgow Rangers), Banega (Atlético de Madrid) y Nacho González (Newcastle), entre otros.

El conjunto ‘che’ ya trabaja en una operación salida con urgencia. Se prevé un verano movidito en las oficinas de Mestalla. Los Villa (nómina de 3 millones anuales), Silva (3 millones anuales) y Albiol, están en la agenda blanca, aunque no saldrá rumbo a Madrid a menos de que la oferta sea suculenta. Joaquín, uno de los jugadores con nómina más elevada (2,6 millones de euros), también podría abandonar el club. Todo está dicho, el Valencia debe reinventarse y ya ha dado el primer paso con la ampliación de capital. El segundo será la ‘operación salida’. Y el tercero, posiblemente el más difícil, conseguir un inversor que esté dispuesto a arriesgar su dinero en un club que está agonizando.