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Estalla el 'caso Ramos': Schuster castiga al andaluz
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Estalla el 'caso Ramos': Schuster castiga al andaluz

El técnico alemán Bernd Schuster ha optado por el castigo a Sergio Ramos como respuesta a sus duras declaraciones. Un cambio de estilo, una forma diferente

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Estalla el 'caso Ramos': Schuster castiga al andaluz

El técnico alemán Bernd Schuster ha optado por el castigo a Sergio Ramos como respuesta a sus duras declaraciones. Un cambio de estilo, una forma diferente de tratar un problema que salpica al vestuario. De la palmada con Robinho en un tema de mayor gravedad, a la dureza con un jugador que denuncia su soledad en el lateral. Schuster sentó a Ramos con los suplentes ante el Athletic Club. Tiene coartada. Sergio lleva jugando mermado en sus condiciones un mes por unos problemas musculares en los abductores que, tras llegar al pubis, amenazan en convertirse en una pubalgia que provoque una ausencia de meses. Pero el mensaje que queda al madridismo es de castigo.

Actuó de una forma radicalmente diferente el técnico alemán con problemas mayores desde que llegó al banquillo del Real Madrid. Fue clave hace un año en su situación más tensa. El 18 de octubre Robinho protagonizó una polémica que traspasó lo deportivo. Juerga nocturna, polémica sexual y regreso con retraso para perderse el partido de Liga ante el Espanyol. Cuando todos esperaban la aparición del látigo de Schuster, éste optó por actuar con mano izquierda y mimar al brasileño. Fue premiado con rapidez. En su regreso ante Olympiacos en Liga de Campeones, marcó dos goles decisivos y la afición del Bernabéu olvidó su acto de indisciplina.

Ahora, las declaraciones de Ramos han cogido por sorpresa a todos. Han sentado mal en el vestuario, a sus compañeros y al cuerpo técnico. Tuvo que dar la cara Schuster en rueda de prensa. Se mordió la lengua y soltó una mentira para evitar polémicas. "No he visto la entrevista", dijo. En la ciudad deportiva de Valdebebas, antes de cada entrenamiento, en el desayuno, la prensa deportiva pasa de mano en mano. Ramos ha respondido a Schuster con su misma moneda. En lugar de acudir a hablar con su técnico del sufrimiento que está teniendo sobre el césped, al sentirse sólo, expuesto al rival en la banda derecha que debe explotar en ataque y en defensa. Lo ha hecho a través de los medios de comunicación. Se siente desprotegido y cansado de las críticas, como reconocen fuentes cercanas al jugador.

Se la tenía guardada. Tras innumerables infiltraciones la pasada temporada llegó alejado de su mejor forma a la Eurocopa y lo pagó. Allí decidió que no volvería a infiltrarse para jugar encuentros normales. Sólo lo hará por una final. Piensa que no se ha reconocido su sacrificio por el Real Madrid. Mucho menos cuando esta temporada ha jugado siempre con dolores y a las primeras de cambio, Schuster desveló en rueda de prensa que se había infiltrado para jugar con España y a consecuencia de ello se perdía el partido de Liga ante el Sporting.

Esas declaraciones fueron el punto de ruptura entre Schuster y Ramos, que no tardó un segundo en hablar con su entrenador en el vestuario para pedirle explicaciones. Ahora, el técnico no ha hablado con su jugador por sus declaraciones. Ha decidido actuar dejándole en el banquillo. El defensa andaluz le está esperando. Ha pasado a sentirse señalado. Ha estallado el 'caso Ramos' en un momento en el que el club, consciente del interés de grandes equipos europeos, está a un mes de sellar una renovación vitalicia.

El técnico alemán Bernd Schuster ha optado por el castigo a Sergio Ramos como respuesta a sus duras declaraciones. Un cambio de estilo, una forma diferente de tratar un problema que salpica al vestuario. De la palmada con Robinho en un tema de mayor gravedad, a la dureza con un jugador que denuncia su soledad en el lateral. Schuster sentó a Ramos con los suplentes ante el Athletic Club. Tiene coartada. Sergio lleva jugando mermado en sus condiciones un mes por unos problemas musculares en los abductores que, tras llegar al pubis, amenazan en convertirse en una pubalgia que provoque una ausencia de meses. Pero el mensaje que queda al madridismo es de castigo.

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