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Un paladín catarí sienta las bases de un frente mundial anti-amaños
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la gran lucha de Mohammed Hanzab

Un paladín catarí sienta las bases de un frente mundial anti-amaños

Mohammed Hanzab, un ex teniente coronel del ejército catarí y presidente del Centro Internacional para la Seguridad del Deporte (ICSS), se ha propuesto limpiar el deporte en todo el mundo

Foto: Mohammed Hanzab, presidente del Centro Internacional para la Seguridad del Deporte
Mohammed Hanzab, presidente del Centro Internacional para la Seguridad del Deporte

No deja de ser paradójico que Qatar, precisamente el país sobre el que han recaído en los cuatro últimos años las críticas inquisitivas de medio planeta por mor de su controvertida elección como sede del Mundial 2022, albergue también el organismo que abandera actualmente la lucha contra la corrupción y el fraude en el deporte a nivel internacional. Buena nota debe tomar el deporte español, con el reciente 'caso Osasuna' y en ciernes el juicio por el presunto amaño del Levante-Zaragoza disputado en 2011.

El Centro Internacional para la Seguridad del Deporte (ICSS) tiene tanta vida como la ruidosa campaña articulada desde la Pérfida Albión contra el acaudalado emirato. Pero a diferencia del persistente e inocuo pataleo británico, esta organización sin ánimo de lucro integrada por un amplio ramillete de consejeros y expertos -fichados a golpe de talonario- en legislación, políticas deportivas, salud, fraude y anti-corrupción ha desarrollado numerosas iniciativas con el objetivo de facilitar apoyo logístico e instrumentos de acción a gobiernos locales y a organismos internacionales como la ONU, UNICEF o la Interpol en esa enconada y todavía desigual batalla contra el delito en el ámbito deportivo.

La necesidad de tender puentes e implementar un plan de acción a nivel mundial en el que se involucren todos los actores implicados en esa guerra abierta contra las apuestas ilegales o el amaño de partidos ha sido el leit-motiv del último hito del ICSS: la celebración esta misma semana de la primera cumbre Inter-Regional de políticas deportivas.

Miguel Cardenal, en la lucha

La presencia en Lisboa, sede del evento, de altos cargos en materia deportiva de los principales bloques lingüísticos del globo terráqueo (entre ellos el Secretario de Estado español y del Consejo de Estado Iberoamericano, Miguel Cardenal), así como de UNESCO, FIFA, UEFA o Interpol, refleja a las claras el poder de convocatoria del ICSS, amén del alto grado de preocupación gubernamental por un mal que se ha enquistado sólidamente en nuestra sociedad y amenaza con volverse endémico.

Alarmado por los altos índices de inseguridad y numerosos casos de apuestas ilegales que se dieron durante el Mundial de Sudáfrica, el presidente del ICSS, Mohammed Hanzab, un ex teniente coronel del ejército catarí, diseñó en su cabeza esta suerte de Don Quijote contemporáneo enfrentado a molinos de viento reales (así describió a las mafias y el crimen organizado que operan en el mundo del deporte uno de los ponentes en el cónclave luso) cuya última pretensión es limpiar el deporte de polvo y paja en todas sus vertientes, algo que lamentablemente está muy lejos de suceder a corto plazo.

Los descarnados datos recopilados durante el último trienio y expuestos en la capital portuguesa por ese ejército de gladiadores de élite que conforman el organismo catarí resultan, cuando menos, desalentadores. Pasen, vean y asústense con algunos de los registros referidos al pasado año: el 80% de las apuestas deportivas en todo el mundo fueron ilegales (el 53% se sitúan en Asia). Entre el 80 y el 90% de los partidos amañados están vinculados a las apuestas deportivas. Se estima que el dinero blanqueado por el crimen organizado a través de las apuestas deportivas rondó los 128.000 millones de euros.

Prevención, transparencia y determinación

Por otro lado, el número de partidos o competiciones manipuladas osciló entre los 300 y 700. La amplitud de la horquilla se debe al hecho de que muchos de esos amaños son imposibles aún de detectar por los instrumentos de seguimiento de las autoridades. Resulta también sintomático que dicha manipulación se haya extendido a deportes 'limpios' hasta hace muy poquito, caso del bádminton o del baloncesto.

España ha sido uno de los países que más se ha visto afectado en los últimos 12 meses por un problema que Miguel Cardenal definió como "la mayor lacra del deporte en el siglo XXI". Francia, Dinamarca, Georgia, Letonia, Noruega, Polonia, Reino Unido, Nicaragua, El Salvador, China, Hong Kong, Laos, Sudáfrica y Zimbabwe también se han visto sacudidos con inusitada fuerza por este Leviatán maligno que envenena a hurtadillas aquellos valores que hiciera célebre el barón de Coubertin en los albores del pasado milenio.

"Sólo con políticas de cooperación internacional en materia de prevención, transparencia, determinación y mecanismos coercitivos rigurosos seremos capaces de salir victoriosos en esta lucha por conseguir un deporte íntegro y seguro", concluyó Hanzab, el líder espiritual de esta Cruzada moderna con aires cervantinos.

No deja de ser paradójico que Qatar, precisamente el país sobre el que han recaído en los cuatro últimos años las críticas inquisitivas de medio planeta por mor de su controvertida elección como sede del Mundial 2022, albergue también el organismo que abandera actualmente la lucha contra la corrupción y el fraude en el deporte a nivel internacional. Buena nota debe tomar el deporte español, con el reciente 'caso Osasuna' y en ciernes el juicio por el presunto amaño del Levante-Zaragoza disputado en 2011.

Miguel Cardenal Centro Internacional para la Seguridad del Deporte (ICSS)
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