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La Atalanta aplasta al Leverkusen y se lleva la Europa League con 'hat-trick' de Lookman (3-0)
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No hubo color

La Atalanta aplasta al Leverkusen y se lleva la Europa League con 'hat-trick' de Lookman (3-0)

Los italianos lograron maniatar desde el inicio al equipo de los invencibles para conseguir el primer título europeo de su historia. Lookman aterrorizó a los alemanes con su actuación

Foto: Los italianos dieron la sorpresa. (Reuters/Hannad Mckay)
Los italianos dieron la sorpresa. (Reuters/Hannad Mckay)

Si el Bayer Leverkusen se hubiese presentado a la alcaldía de Vigo o a las presidenciales de Rusia a lo largo del año, es muy probable que las hubiese ganado. La perfección de la temporada que está cuajando el equipo de Xabi Alonso la evidencian los datos: más de cincuenta encuentros invictos, con exhibición en la Bundesliga incluida –para acabar con la tiranía del Bayern de Múnich– y la gloria absoluta a tan solo dos partidos; dos victorias para lograr un triplete que nadie se habría imaginado cuando arrancó la temporada. Pero apareció Ademola Lookman para enviar todo lo anterior a la basura, con un hat-trick anotado, en un partido coral de la Atalanta para derrotar al cuadro alemán y llevarse la Europa League (3-0) en Dublín. Inesperado, pero muy justo.

Lo cierto es que el Leverkusen era el favorito ante la Atalanta en la final de la Europa League. Es lo que tiene llegar a la final tras encadenar doce meses sin perder un partido oficial. Como es sabido, no obstante, todo en esta vida, como se ha constatado con Cuéntame y como pasará algún siglo con el Saber y Ganar de Jordi Hurtado, tiene su fin. Pero la pena para los dirigidos por el donostiarra es que esa conclusión de la inimitable racha llegase en un día tan señalado. Los de Gian Piero Gasperini tenían asignado el rol secundario de convidado de piedra en la fiesta prevista de los alemanes, pero lo cierto es que la dinamitaron desde el inicio y se llevaron su primer título europeo, y con gran contundencia.

Infravalorar, eso sí, las posibilidades de los italianos no era lo conveniente, especialmente si se atiende a dos factores: el gran final de curso que el equipo está realizando –clasificado ya para la próxima edición de la Champions League en la Serie A–, y los rivales que han dejado en el camino por el viejo continente, eliminando al Olympique de Marsella en semifinales y, sobre todo, al Liverpool de Jürgen Klopp en cuartos tras una exhibición en Anfield, templo que asaltaron por 0-3, en una gran demostración de poderío ofensivo. Esta misma fuerza en las posiciones de ataque fue la que evidenciaron en la primera mitad del encuentro ante el favorito, y fue suficiente para levantar su primera Europa League.

placeholder Gian Piero Gasperini celebra el título. (Reuters/Paul Childs)
Gian Piero Gasperini celebra el título. (Reuters/Paul Childs)

Un primer tiempo perfecto de la Atalanta

Salió muy animado el equipo bergamasco al césped y no tardó mucho en adueñarse del partido. Con un ritmo infernal y una presión altísima, dominó toda la primera contienda desde el principio a fin. El Neverlusen, como ha sido apodado el cuadro de la aspirina durante el presente curso, parecía una marioneta en manos de un once infatigable. Palacios y Xhaka, los mediocentros del equipo alemán, estuvieron absolutamente desaparecidos en estos cuarenta y minutos, incapaces de meter pases en profundidad y de domar la bola. A Gasperini le salió la primera parte del plan a la perfección: faltaba refrendarlo en la segunda mitad, cuando la energía escasea, y así lo hicieron.

La DEA, que nunca había jugado una final europea, no tardó en adelantarse. Ademola Lookman empujó a la red un buen pase atrás de Zappacosta tras una internada del internacional italiano, adelantándose a un despistado Palacios. De nuevo, como tiene acostumbrados a sus aficionados en los últimos tiempos el Leverkusen, tocaba remontar en este proceso de "realmadrización" en el que parece haber entrado el club de Xabi Alonso en los últimos meses: empezar perdiendo, pero acabar ganando siempre.

placeholder Ademola Lookman fue elegido mejor jugador de la final. (Reuters/Hannah Mckay)
Ademola Lookman fue elegido mejor jugador de la final. (Reuters/Hannah Mckay)

El gol, lejos de provocar la reacción de los favoritos, espoleó más a los de Bergamo en su plan. Continuó la presión altísima, y al equipo rival tenía incluso problemas para pasar del centro del campo. Así llegó el segundo, de nuevo del nigeriano Lookman, pero, ahora, tras una excelente jugada personal. Un zapatazo desde fuera del área que no pudo atajar Kovar. Costaba creer a tenor de lo que se estaba viendo –sobre todo para aquellos que no han visto al Leverkusen en la presente temporada– que este equipo no sepa lo que es perder desde hace casi 12 meses, con una racha de más de cincuenta partidos invictos. ¡Qué mal día para romper la racha! Con la impotencia alemana, y tras la exhibición del Atalanta, el árbitro decretó el camino de los vestuarios.

El día redondo de Lookman

La exhibición ofensiva italiana desplegada en los primeros cuarenta y cinco minutos se atenuó en los primeros compases de la segunda parte, pero eso no se tradujo en un gran dominio del Leverkusen. Sí que dio un pase adelante el equipo en desventaja, pero no llegaron las grandes ocasiones. Bajó la energía de la Atalanta, pero Lookman seguía siendo un demonio para sus contrincantes, y Ederson continuaba cuajando un extraordinario encuentro como mediocampista defensivo.

Alonso, que como su colega Guardiola es de esos entrenadores a los que le cuesta mover el banquillo, sacó revulsivos, pero no surtió efecto. Grimaldo, que debería ser titular con España en la próxima Eurocopa de Alemania tras su excelsa campaña, fue sustituido, y entró Patrick Schick, el nueve puro que echó de menos su equipo para hundir algo más al Atalanta y desdibujar a los centrales, aunque tampoco tuvo muchas opciones.

En este contexto llegó la puntilla, ya superado el minuto setenta. De nuevo, Lookman, que guardará la pelota firmada por sus compañeros en un rincón de su casa para la eternidad, regateó a Hincapié y puso 0-3 con un zurdazo imparable que se coló por la escuadra. Un golazo para refrendar una actuación individual inolvidable, pero a la que se debe sumar el serio trabajo colectivo de todo el equipo, que supo maniatar de principio a fin al equipo de moda en el panorama internacional.

Gasperini obtiene, tras una dilatada carrera refrendada en banquillos de muy diversa índole y estatus, el gran premio a su valiente y vistoso trabajo, capaz de construir a un equipo que siempre es atractivo, como ya demostraron en esa Champions League de la pandemia en la que a punto estuvieron de colarse en semifinales, tras haber eliminado al Valencia en octavos de final. Por su parte, para el Leverkusen existe un consuelo, y es la posibilidad de llevarse un histórico doblete si vencen, el próximo sábado, al Kaiserlautern en la final de la copa alemana.

Si el Bayer Leverkusen se hubiese presentado a la alcaldía de Vigo o a las presidenciales de Rusia a lo largo del año, es muy probable que las hubiese ganado. La perfección de la temporada que está cuajando el equipo de Xabi Alonso la evidencian los datos: más de cincuenta encuentros invictos, con exhibición en la Bundesliga incluida –para acabar con la tiranía del Bayern de Múnich– y la gloria absoluta a tan solo dos partidos; dos victorias para lograr un triplete que nadie se habría imaginado cuando arrancó la temporada. Pero apareció Ademola Lookman para enviar todo lo anterior a la basura, con un hat-trick anotado, en un partido coral de la Atalanta para derrotar al cuadro alemán y llevarse la Europa League (3-0) en Dublín. Inesperado, pero muy justo.

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