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El Sevilla sufre, pero logra subirse al autobús del Zenit tirando de épica europea
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DENIS SUÁREZ DESMPATÓ CON UNA VOLEA INCREÍBLE

El Sevilla sufre, pero logra subirse al autobús del Zenit tirando de épica europea

No lo tuvo fácil el Sevilla para ganar al Zenit (2-1) en la ida de los cuartos de la Europa League. Lo hizo gracias a los cambios de Emery (Bacca y Denis Suárez), pero que nadie lo olvide: el viaje acaba en Rusia

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Casta, entrega y remontada. No lo tuvo nada fácil el Sevilla para ganar al Zenit (2-1) en la ida de los cuartos de la Europa League. El conjunto dirigido por Villas-Boas mostró su cara más defensiva para evitar que el campeón les pusiera en un aprieto. Maniatado el rival, desplegaron su ataque hasta que abrieron la lata gracias a Ryazantsev. Sin embargo, no estaba demasiado bien hecho el nudo porque Emery logró deshacerlo buscando una variante a través de Mbia y, sobre todo, Bacca (autor del empate) y Denis Suárez que, con una volea de bella factura, puso al Sevilla por delante. Nervión se desató y subió en tropel al autobús del Zenit, pero que nadie lo olvide: este viaje acaba en Rusia la semana que viene.

Villas-Boas sabía que tenía que cambiar el sistema para verse las caras con el campeón; empujado por las bajas, optó por ser mucho más defensivo. Y así lo hizo. El entrenador portugués tejió una consistente y trabajada telaraña para no dejar espacios y huecos al Sevilla. Establecida la base, el Zenit se atrevió a dar algún susto a los hombres de Emery incorporándose desde la segunda línea (sello de Villas-Boas)… hasta que Ryazantsev les metió el miedo en el cuerpo. Corría el minuto 29 cuando aprovechó, primero, un hueco en la banda sevillista y luego un rechace para darle con todo arriba buscando el primer palo y colocando el balón en las redes de un Sergio Rico que nada pudo hacer.

La defensa del conjunto ruso -formada por cinco jugadores- estaba perfectamente marcada, se replegaba bien y siempre jugaba por detrás del balón. Su excelente organización imposibilitaba que el Sevilla metiera un pase. Hasta que el Zenit terminó de forjar un muro digno de Juego de Tronos, los rusos aparecieron lo justo. El campeón salió con intensidad, presionando, haciendo un buen trabajo defensivo dirigidos por Banega e intentando hacer daño a la contra. La pelota era del Sevilla que esperaba su oportunidad buscando la incorporación por los laterales porque el centro del campo era terreno pantanoso: hilar una jugada era misión imposible.

Y más aún con el marcador en contra. El conjunto dirigido por Emery se rompió, se quedó sin eje y se desesperó. El campeón era incapaz de interpretar el juego ante un equipo que había construido una férrea defensa de cinco: Reyes y Banega tenían que aparecer más e Iborra tratar de asociarse para activar a compañeros como Gameiro y Vidal. A priori, esta era la opción más lógica, pero no funcionaba y el Sevilla no lograba sacar jugo a las jugadas a balón parado ni robar en la zona que defendía Javi García. El partido se quedó sin ritmo y así era cada vez más difícil sorprender a un Zenit que aguantó el despertar de los andaluces en los últimos diez minutos de la primera parte.

Urgía buscar una variante para resolver el problema. Emery se puso manos a la obra y dio entrada a Denis Suárez por Coke y a Mbia por Iborra. Con sangre nueva en sus venas, el Sevilla apretó y presionó más, incrementó su velocidad y comenzaron a llegar los pases al hueco de Reyes y Aleix Vidal, que ocupaba el lateral tras los cambios. El conjunto andaluz era consciente de que necesita marcar un gol y aunque atacaba mucho, no conseguía colar el balón porque se volvía plano a medida que se acercaba al área de su rival. El Sevilla cercó a un Zenit que metió atrás a todos sus hombres, bien replegados y sin dejar huecos.

Tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por romperse. Y por cántaro entendemos la portería defendida por Lodygin: en el minuto 69, Aleix Vidal recogió un balón suelto en el área para asistir a un Bacca que saltó más que nadie. Tanto su salida como la de Denis Suárez cambiaron a los locales e hicieron que el campeón se viniera arriba aupado por una afición que incluso celebraba los saques de esquina. El Sevilla estaba metido en el partido de nuevo y de qué manera. A tres minutos del final llegó el broche de oro y lo puso, cómo no, el mediapunta gallego. Denis revolucionó el juego y el marcador con una volea desde la frontal del área imparable. Le pegó con el alma, impulsado por el espíritu de Nervión. El Sevilla sufrió y tardó para subirse al autobús del Zenit, pero no pueden olvidar que el viaje acaba en Rusia donde deberán rematar una eliminatoria que, de momento, está de cara.

Ficha técnica

Sevilla FC: Sergio Rico; Coke (Denis Suárez, m.46), Nico Pareja, Kolodziejczak, Trémoulinas; Krychowiak, Iborra (Mbia, m.46); Aleix Vidal, Éver Banega, Reyes; y Gameiro (Bacca, m.64).

Zenit St. Petersburgo: Lodygin; Anyukov, Luís Neto, Garay, Lombaerts, Rodic (Mogilevets, m.65); Shatov (Khodzhanlyazov, m.76), Javi García, Witsel, Ryazantsev (Tymoshchuk, m.82); y Rondón.

Goles: 0-1, M.29: Ryazantsev. 1-1, M.73: Bacca. 2-1, M.87: Denis Suárez.

Árbitro: Bas Nijhuis (Holanda). Amonestó a los visitantes Javi García (m.68), Garay (m.81) y Ryazantsev (m.82), y al local Denis Suárez (m.76).

Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Liga Europa disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de treinta mil espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.

Casta, entrega y remontada. No lo tuvo nada fácil el Sevilla para ganar al Zenit (2-1) en la ida de los cuartos de la Europa League. El conjunto dirigido por Villas-Boas mostró su cara más defensiva para evitar que el campeón les pusiera en un aprieto. Maniatado el rival, desplegaron su ataque hasta que abrieron la lata gracias a Ryazantsev. Sin embargo, no estaba demasiado bien hecho el nudo porque Emery logró deshacerlo buscando una variante a través de Mbia y, sobre todo, Bacca (autor del empate) y Denis Suárez que, con una volea de bella factura, puso al Sevilla por delante. Nervión se desató y subió en tropel al autobús del Zenit, pero que nadie lo olvide: este viaje acaba en Rusia la semana que viene.

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