El Atlético se juega el futuro de su proyecto

El Atlético de Madrid es como esa chica que, aun siendo atractiva, ansía la belleza de Afrodita y la destreza de Ginger Rogers para poder luchar contra las más guapas del instituto por ser la reina del baile de graduación. Pero para lograr la corona y las envidias de sus rivales, esa chica tiene que empezar la preparación mucho antes del día grande del curso escolar. Es indispensable hacerse conocer entre los compañeros, mantenerse siempre entre los puestos de privilegio, si puede ser delegada, mejor. Tiene que llamar la atención, mostrar algo diferente a lo que se había visto hasta entonces. Y es indispensable elegir muy bien qué vestido lucir e invertir lo necesario en él. El Atleti no tiene un buen traje, o al menos no uno tan bonito como el del año pasado y le puede hacer caerse hasta del grupo guay del cole que es la Liga de Campeones.

Pero una vez llegado el momento, el día del baile, no hay marcha atrás, la suerte ya está echada, y lo que debe tratar es de bailar como nunca lo había hecho hasta ahora. Este es un instituto diferente y la elección de la reina se produce por eliminación progresiva. Así funciona la Champions League. En el primero de los bailes, su contrincante le lleva una ligera ventaja porque en la primera de las pruebas ha danzado sensiblemente mejor que ella. Pero por suerte para nuestra protagonista, el sistema le permite tener una segunda oportunidad para enmendar los errores y sorprender así al jurado para pasar a la siguiente ronda. Y esta chica, este Atleti, necesita más que nunca seguir adelante. No puede, literalmente, quedarse atrás.

El baile que es la Champions es lo que siempre ha querido el Atlético de Madrid 2015-16. Todos los que siguen con el vestido rojiblanco después de la final del anterior baile de graduación, que se produjo en Lisboa, desean con vigoroso ardor reparar lo hecho y darle un vuelco a su propia historia y a la de su club. La Liga es secundaria, el título no era un objetivo prioritario; la Copa mucho menos. Es esa corona llamada Orejona la que pone los dientes largos a la plantilla, al Cholo y al Mono. Pero no es el único motivo…

Caer ya, tan pronto, significa decir adiós a varios millones de euros que cada club recibe por victoria o por empate y, por supuesto, por pasar de ronda, cantidad que por otra parte asciende progresivamente hasta la final. Ese dinero es básico para un club que no vive en el lujo de otros ni puede ostentar de numerosas joyas ni de lingotes de oro. Y si todo lo que se está planeando se quiere sacar adelante, cada céntimo va a contar, va a ser muy necesario.

Simeone exige para ligar su futuro a medio plazo al del Atlético de Madrid que, como mínimo, el club siempre esté clasificado para Europa. Eso es básico e ineludible. Y también lo requiere, pero desde el punto de vista financiero, la directiva que dirige Miguel Ángel Gil Marín. El Cholo lo quiere así porque necesita competir siempre por lo más grande. Es ganador por naturaleza y no se anda por las ramas a la hora de luchar por títulos. Ya lo ha ganado todo, menos la Champions. La ley natural nos dice que es el siguiente paso en la escala creciente del Atleti. La directiva lo quiere así, o más bien lo necesita así, porque de lo contrario no podría hacer frente económicamente a lo que su entrenador, el elegido, le irá demandando con el paso del tiempo.

Hablamos de que es obligatorio jugar la Champions cada año por un motivo muy claro: tras un mes de resultados poco destacables, el Atlético de Madrid no sólo ha perdido la tercera plaza de la Liga, sino que está ahora mismo a cuatro puntos de perder el último puesto que da acceso al baile de fin de curso. Una derrota contra el Leverkusen, una eliminación tan temprana en la Copa de Europa supondría un agujero negro psicológico que absorbería la moral de todos los jugadores, algo peligrosísimo en una Liga que todavía es muy larga y en la que se pueden perder muchos puntos.

Alineaciones probables:

Atlético de Madrid: Moyá; Juanfran, Miranda, Giménez, Gámez; Arda, Raúl García, Gabi, Koke; Griezmann y Mandzukic.

Bayer Leverkusen: Leno; Hilbert, Papadopoulos, Spahic, Wendell; Castro, Bender; Bellarabi, Calhanoglu, Son; y Drmic.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia).

Estadio: Vicente Calderón.

Hora: 20.45.