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Para Simeone, las paradas de Moyá pesan más que los 16 kilos que costó Oblak
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para el argentino el esloveno no cumple las expectativas

Para Simeone, las paradas de Moyá pesan más que los 16 kilos que costó Oblak

El desembolso que el club hizo en Jan Oblak no son un argumento para que el técnico argentino le dé una oportunidad. Su hombre bajo palos es Miguel Ángel Moyá

Foto: Moyà aprieta su puño mirando a la afición durante la última victoria colchonera ante el Espanyol.
Moyà aprieta su puño mirando a la afición durante la última victoria colchonera ante el Espanyol.

"Mañana jugará Moyá en la portería. Pueden preguntar sobre esto en todas las ruedas de prensa que quieran". Así respondía el Cholo al ser preguntado sobre quién defendería la portería del Atlético en el partido ante el Malmö de este miércoles (20.45, C+ Liga de Campeones). De esta manera daba carpetazo a un debate tedioso. El técnico argentino derrocha personalidad. No se casa con nadie y sus favoritos lo son por sus prestaciones dentro del campo. Desde el día 1 de la pretemporada siempre ha tenido claro que Miguel Ángel Moyá es su arquero de confianza. En estos primeros compases de la temporada, el mallorquín le ha comido la tostada a Jan Oblak, el hombre en el que se pensó en un primer momento para tratar de minimizar las secuelas que dejó la alargada sombra deThibaut Courtois.

Poco le importaron los 16 millones de euros que el club del Manzanares desembolsó para hacerse con los servicios del prometedor meta esloveno. Una cantidad que le coloca como el guardameta más caro de la Liga y el séptimo de la historia del fútbol. Por delante, Gianluigi Buffon (54,2 millones de euros del Parma a la Juventus), Francesco Toldo (26,5 de la Fiorentina al Inter), Manuel Neuer (22 del Schalke al Bayern), Sebastien Frey (21 del Inter al Parma), De Gea (20 del Atlético al United) y las dos transacciones que tuvieron a Peruzzi como protagonista: la del Inter a la Lazio por 18 millones y la de la Juventus al Inter por 19. Inmediatamente después, aparece un hombre que sólo ha disputado un partido en lo que va de curso con el Atlético. Y Pareció suficiente.

En el estreno en Champions ante el Olympiacos en el Georgios Karaiskakis no tuvo su noche. Batacazo rojiblanco a pesar de meter dos goles (3-2) y muchas miradas focalizadas en un error en el primer gol de los griegos. Bien es cierto que en los otros dos poco pudo hacer, pero el daño estaba hecho. Igual que Siqueira, quien después del error desde los once metros en Mestallá no lanzará más penaltis hasta nueva orden, Oblak parece que no parará en partido oficial hasta, por lo menos, el enfrentamiento de Copa ante el Hospitalet. Por su parte, los apenas 3 que tuvieron que invertir en el ex del Getafe no fueron una rémora. El Cholo no mira contratos, mira dedicación y sacrificio. De eso Moyá sabe un rato. Además, sobre el césped sus números son buenos: 11 partidos jugados en los que ha recibido 8 goles.

Y es que lo que mal empieza mal acaba. El pasado verano, los plazos del mercado, siempre a merced de lo fructíferas que sean las negociaciones, dibujaron un escenario cuanto menos peculiar. Durante el tiempo que transcurrió desde la marcha de Courtois y Aranzubia hasta el tortuoso aterrizaje de Oblak (estuvo escondido en un hotel de la capital esperando el momento de rubricar el compromiso con el Atlético), Moyá fue el único inquilino de la portería rojiblanca. “No vengo a ser el sustituto de nadie. Vengo a reforzar esta portería. [..] Vengo para competir, llevo mucho en Primera, y tengo ganas”, comentaba en su presentación oficial. Al final, el esloveno terminó llegando a cambio de un puñado de millones que le convertían en el portero más caro en la historia de la liga española.

Nada más llegar, al jugador se le detectó una microrrotura fibrilar en el psoas-iliaco a la altura de la cadera que le dejaba fuera de combate a las primeras de cambio. Pese a estar con la mosca detrás de la oreja, en el seno del club nunca quisieron confirmar, al menos de puertas para fuera, si la lesión venía de fábrica o si, por el contrario, se produjo en un entrenamiento con los rojiblancos. El cabreo de Simeone fue notorio en aquellos días de incertidumbre. "De Oblak tendrá que ser Villalón (jefe de los servicios médicos del club) el que informe", soltó con retintín. Las molestias terminaron desapareciendo y Oblak empezó a ser uno más dentro del grupo. Una puesta a punto tardía que le ha condenado al ostracismo. El Cholo ha tomado la decisión: Moyá es el elegido.

Al margen de la titularidad indiscutible de Moyá, en sala de prensa, el Cholo no dio pistas sobre el once de partida. "Todavía no he resuleto el once. Tras el entrenamiento decidiremos la alineación, pero todos tienen opciones de entrar". Todos no. Las bajas por lesión de Gabi (contractura muscular en la cara posterior del muslo izquierdo), Tiago (lesión muscular de grado I en el recto anterior delcuádriceps izquierdo) y Ansaldi (lesión muscular de grado I en el bíceps femoral izquierdo), no dejan demasiado lugar a la especulación. En la zaga, Siqueira suplirá a Ansaldi y formará una línea de cuatro junto a Juanfran, Miranda y Godín. Saúl y Mario Suárez ocuparán la sala de máquinas, escoltados por Arda y Koke. Arriba, Mandzukic no tiene competencia para ser el ‘9’. La única duda estará en ver quién acompaña al croata en ataque. Todo parece indicar que el elegido será Griezmann. Con un gol en 12 apariciones oficiales con el equipo, el francés sigue tratando de llegar al punto de cocción esperado después de los 30 millones que costaron traerle desde Anoeta.

Enfrente estará un Malmö a quien el entrenador colchonero se ha esmerado en dejar bien. Un equipo que sobre el papel es el más débil del grupo. Un Grupo A donde tras dos jornadas las fuerzas entre los cuatro contendientes andan igualadas a 3 puntos. “Es normal que los que ven poco fútbol y ven poco al Malmöentiendan que pueda ser accesible, pero nosotros lo hemos seguido, lo hemos visto y le tenemos mucho respeto”, aclaraba. Los escandinavos cuentan en su haber con una meritoria victoria en Atenas (0-2) y una derrota ante la Juventus en su campo (0-2). El campeón sueco vuelve al Manzanares 48 años después de su primera y última visita. Fue el 12 de octubre de 1966, fecha en la que se convertía en el primer equipo europeo en pisar el Calderón. Aquel día perdió por 3-1 y cayó eliminado de la por entonces llamada Copa de Europa.

Tras apelar a la pócima mágica de la que daban buena cuenta los vikingos antes de enfrascarse en una lucha encarnizada con sus enemigos, el técnico, Age Hareide, se limitó a jugar el papel de víctima. Parece decidido a apostar por un 5-3-2 que tanto rédito le proporcionó en las eliminatorias previas de la máxima competición continental ante el Sparta de Praga y Salzburgo. El esquema no trastoca en exceso la idiosincrasia del equipo. Halsti ejercerá de líbero y pasará a completar una zaga de envergadura y con gran poderío físico. En ataque, el juego depende de la inspiración de Markus Rosenberg, su delantero referente y hombre encargado de anotar los dos goles ante el Olympiacos, así como de Thelin, una joven promesa que brilló con la selección sueca sub-21 para sellar la presencia de los suecos en el próximo campeonato de Europa de la categoría.

La nota curiosa la puso el defensa Erik Johansson. Tras ser preguntado por si suele ver las finales de la Champions sorprendió a todos los presentes."No veo mucho fútbol ni tampoco por la televisión. No he visto mucho al Atlético. Los entrenadores me han informado bien y tengo la información que necesito, pero no veo mucho fútbol", contestó el futbolista,que parece secundar las previsiones del Cholo, con un Atlético que domine la posesión y sobre el que recaiga el ritmo de partido: "Seguramente vamos a dejarles tener más posesión del balón, pero en cuanto la recuperemos y la tengamos vamos a intentar salir rapidísimo al contragolpe".

"Mañana jugará Moyá en la portería. Pueden preguntar sobre esto en todas las ruedas de prensa que quieran". Así respondía el Cholo al ser preguntado sobre quién defendería la portería del Atlético en el partido ante el Malmö de este miércoles (20.45, C+ Liga de Campeones). De esta manera daba carpetazo a un debate tedioso. El técnico argentino derrocha personalidad. No se casa con nadie y sus favoritos lo son por sus prestaciones dentro del campo. Desde el día 1 de la pretemporada siempre ha tenido claro que Miguel Ángel Moyá es su arquero de confianza. En estos primeros compases de la temporada, el mallorquín le ha comido la tostada a Jan Oblak, el hombre en el que se pensó en un primer momento para tratar de minimizar las secuelas que dejó la alargada sombra deThibaut Courtois.

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