Raúl García se gana a pulso ser referencia de la historia rojiblanca
Iguala a Luis Aragonés como jugador en vestir más veces la camiseta del Atlético en la Liga de Campeones. Con su gol, suma ya 15 en la temporada
El Atlético de Madrid regresó a la élite del fútbol europeo. Se resistió el Milan, al que su escudo siempre le sujeta en partidos de alcurnia. Por encima de todos, un nombre rugió como pocos en el Calderón. Raúl García se disfrazó de Hércules con muelles y con la testa puso el 3-1 para delirio de la hinchada atlética, ávida de héroes a los que agarrarse, huérfana de jugadores que hayan luchado para triunfar con la rojiblanca. Inmediatamente después, se marchó sustituido por Sosa con una ovación atronadora. Valora mucho el aficionado atlético la intensidad, el compromiso, fiel a la doctrina de su entrenador, principio y fin del éxito rojiblanco.
Junto a Diego Costa, autor de tres de los cincogoles del equipo en los octavos de Champions, representa el crecimiento de la plantilla atlética, entusiasmada como ninguna entre los grandes de Europa. No tiene techo este Atlético. Tampoco Raúl García, con un crecimiento sin parangón. 15 goles lleva el navarro en el mejor registro de su carrera, superando ampliamente sus 11 tantos en la última temporada con Osasuna.
Afirma el Cholo en su libro El efecto Simeone que no logra entender a aquel jugador que prefiere ser cabeza de ratón a cola de león, aquel que prefiere disputar más minutos a competir en un equipo que aspira a lograr títulos. “No importa la cantidad de minutos que juegues, sino la calidad de los mismos”, suele afirmar el técnico argentino para estimular a su tropa. Quizá por eso aprecia tanto el técnico a Raúl García, al que el año pasado elogió pese a no darle la cantidad de minutos que merecía. El técnico se reprochó a sí mismo la injusticia con el jugador navarro.
No desfalleció el 8 del Atlético, que en su segunda etapa se ha consagrado como uno de los referentes de la plantilla y del club. Dicen los que le conocen que es un profesional intachable. Tras regresar de Osasuna en el verano de 2012, se ganó la confianza del Cholo, quien le comunicó que tendría minutos si le respondía en el césped. Aceptó el reto el navarro pese a tener por delante a gente que había sido recientemente muy importante como Arda, Adrián, Falcao o Costa y Koke, que entusiasmaban al cuerpo técnico. No tuvo mucho carrete en la primera temporada con Simeone, pese al buen tono mostrado cuando le daban su oportunidad.
Sin Falcao en la entidad, y con Villa relegado casi exclusivamente al campeonato de Liga, Raúl García ha cogido pista en el clímax de la temporada. Respetado por la plantilla y elegido como tercer capitán, se ha ganado partido a partido, gol a gol, ser referencia del Atlético. Con el encuentro ante el Milan, iguala a Luis Aragonés como jugador con más partidos disputados en la máxima competición continental (21). “Lo importante es que el equipo mejore. El equipo confía en lo que hace”, declaraba el jugador en zona mixta.
Se ha destapado como un formidable goleador, igualando a Villa como segundo máximo anotador del equipo, sólo por detrás de Diego Costa, la otra gran confirmación de este atlético. Entre en el navarro y el hispano-brasileño han sujetado al Atlético esta temporada en los momentos empinados. Sin ser el Milan que fue, no le resultó sencillo a la tropa de Simeone despachar a los italianos.
Existe una máxima en el fútbol que afirma que el momento de un equipo se mide por su estado de ánimo. En medio de la zozobra, noqueado el Atlético en la semifinal de Copa y tras descarrilar en Almería y Pamplona, han resurgido los guerreros del Cholo. Es un equipo entusiasmado. Como Raúl García, que ha cambiado los pitos por aplausos en un estadio que deseó su marcha. El Atlético ya no camina por el barro. Se encuentra en la élite y Raúl García, entre la guardia pretoriana de Simeone.
El Atlético de Madrid regresó a la élite del fútbol europeo. Se resistió el Milan, al que su escudo siempre le sujeta en partidos de alcurnia. Por encima de todos, un nombre rugió como pocos en el Calderón. Raúl García se disfrazó de Hércules con muelles y con la testa puso el 3-1 para delirio de la hinchada atlética, ávida de héroes a los que agarrarse, huérfana de jugadores que hayan luchado para triunfar con la rojiblanca. Inmediatamente después, se marchó sustituido por Sosa con una ovación atronadora. Valora mucho el aficionado atlético la intensidad, el compromiso, fiel a la doctrina de su entrenador, principio y fin del éxito rojiblanco.
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