La gran victoria de Isco es la mentira piadosa de Pellegrini antes del reencuentro con su ex

El fútbol, como la vida, es un cruce de caminos. Y uno importante para Isco Alarcón sucede esta tarde a partir de las 16:15 en el Benito Villamarín, su nueva casa, o, más que hogar, patio de juegos. El estadio del Real Betis se ha convertido en una parada obligatoria para los amantes del fútbol. Si la pasada temporada estaba Sergio Canales como máximo representante del jogo bonito potenciado por Manuel Pellegrini, el de Arroyo de la Miel ha cogido los galones como motor de los verdiblancos. El Real Madrid visita al Betis como líder de la clasificación (empatado por el Girona, con el que se empiezan a acabar las bromas) y, por mucho que asegure el técnico chileno, no es un día más para Isco.

"Isco está motivado por seguir intentando rendir al nivel que lo está haciendo. Independientemente del rival que le toque. El estar ocho años en el Madrid ya es mérito, y el haber salido de allí no le hace que sea su enemigo. Está en este momento jugando a un muy buen nivel y ojalá mañana lo veamos a su mejor nivel ante un gran rival". Con esas palabras, Pellegrini se pronunció en la rueda de prensa previa al Betis-Real Madrid sobre si su pupilo tenía una especial convicción por brillar en el encuentro. A día de hoy, Isco es uno de los máximos referentes de LaLiga. Su nivel es una sorpresa, recordando a los mejores tiempos de un talento mayúsculo, que, pese a gozar de una extraordinaria hoja de logros en su haber, atesora esa etiqueta de 'lo que pudo ser'.

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Pero, por mucho que Pellegrini quisiera quitar presión a su futbolista, lo suyo era una mentira piadosa. Claro que es un partido especial para Isco, quien abandonó la disciplina blanca hace dos temporadas, pero sigue hablando con cariño del que ha sido el gran equipo de carrera. Y cómo no iba a serlo. Vistiendo la camiseta del Real Madrid estuvo nueve años, donde levantó cinco Champions, cuatro Mundialitos de Clubes, tres Ligas, una Copa del Rey y tres Supercopas de España. Poca cosa. Pese a no ser indiscutible, sí fue clave para una importante cantidad de esos títulos. Cuando mejor fútbol jugó el Madrid, en el césped estaba el mediapunta. Con su trote irritante para algunos, con su masajeo de la pelota, lo que se quiera decir, pero decisivo.

Con la frialdad que le caracteriza, Pellegrini también restó importancia a su propia experiencia personal en el Madrid. En la capital, el chileno vivió una de las campañas mediáticas más duras que se recuerdan en contra de un entrenador en el Santiago Bernabéu, procedente de su relación rota con Florentino Pérez. "Es una motivación como enfrentamos a todos los rivales, por supuesto con mayores obligaciones, pero siempre con la mentalidad de que siendo un partido distinto, no es especial, ni para mí ni para Isco. No nos da un grado más ni de exigencia ni de motivación. Estamos involucrados en el trabajo con el Betis, no tenemos ningún problema con el Real Madrid y lo queremos ganarlo", comentó.

Pero si algo sabe Pellegrini es de vidas cruzadas. De ser práctico. De reinventarse. Continuó su carrera en el Málaga, donde coincidió por primera vez con Isco. No le gustó al chileno que el futbolista rechazase acompañarlo a Mánchester por firmar por los blancos ("al Madrid ni se le puede ni se le debe decir que no", diría en su despedida años más tarde el mediapunta), pero no le tembló el pulso a la hora de recomendar al Betis su fichaje como agente libre. No era fácil. Ahora, Isco es probablemente el futbolista español más en forma del mundo. Hace seis meses, una absoluta incógnita... con más pinta de retirada del máximo nivel.

Pero esa, precisamente, es la gran victoria de Alarcón: reencontrarse en el camino con el Real Madrid y ser visto como una amenaza seria, no como un fantasma de la nostalgia. "Mañana es uno de los jugadores que tenemos que controlar bien", se limitó a señalar Carlo Ancelotti, con el que mantuvo una relación más allá de la profesional durante su etapa madridista. Que ruede el balón.