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Benzema, la gran belleza del fútbol (y del mercado): de leyenda a embaucador en una hora
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Crónica de un casi adiós

Benzema, la gran belleza del fútbol (y del mercado): de leyenda a embaucador en una hora

La siempre complicada relación de Benzema con el madridismo tuvo un extraño episodio con una frustrada salida a Arabia Saudí, por el momento, que generó todo tipo de conspiraciones

Foto: Karim Benzema, en una imagen de archivo. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Karim Benzema, en una imagen de archivo. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La RAE define esperpento como "concepción literaria creada por Ramón María del Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos". Si la rumorología del mercado de fichajes del fútbol necesitase contar su verdadera identidad a través de la ficción, sería el guion de la no (de momento) marcha de Karim Benzema, quien en apenas una hora pasó de tener cerrado su adiós al Real Madrid a remarcar su estancia en la capital española por expreso deseo de Florentino Pérez, su gran valedor.

Jueves, 16:30 de la tarde. Después de dos días de runrún, informaciones fiables afirman que Benzema tiene decidido aceptar los cantos de sirena de Arabia Saudí, en forma de 100 millones de euros anuales. El propio futbolista comparte en su Instagram una publicación del periodista francés Julien Laurens, cercano al entorno del jugador, quien minutos antes adelantaba su adiós al Real Madrid. Durante ese mismo día, Benzema se dejó ver en Valdebebas junto a su agente.

Foto: Florentino aplaude a Benzema en su presentación. (EFE/Ballesteros)

Las redes sociales se llenaron de obituarios futbolísticos: vídeos de los mejores momentos del francés con la camiseta blanca, sentimentales despedidas para una auténtica leyenda merengue, análisis en caliente de la difícil situación que dejaba su adiós a la complicada escena de la dirección deportiva del Real Madrid… Lo normal. Y, entonces, el silencio. Suceden los minutos a contrarreloj: Benzema tenía una gala con el diario deportivo Marca e iba a acudir sin oficialidad de su marcha. El evento, un premio corporativo, no deja mucho margen a la incomodidad del invitado principal. Al final, la pregunta del millón la realiza una niña —con ayuda del periodista Miguel Quintana—: ¿Se va a quedar Benzema? "¿Por qué voy a hablar de futuro si estoy en Madrid?, lo que habla es internet y la realidad no es internet".

placeholder Benzema recibió el premio 'Marca Leyenda'. (Reuters/Juan Medina)
Benzema recibió el premio 'Marca Leyenda'. (Reuters/Juan Medina)

La respuesta sonó tibia y las miguitas de pan dejadas por el francés estaban ahí, pero, poco a poco, se fueron conociendo detalles que confirmaban el frenazo en seco de la operación. Florentino Pérez hizo todo lo posible para evitar su marcha y lo consiguió (salvo nuevo giro, nada descartable, por otra parte). Y es ahí donde, quizás, se vio lo más grotesco de toda la situación: Benzema pasaba de leyenda madridista a aferrarse a la camiseta del Madrid. Que si ya estaba amortizado, que si tapaba hueco a la llegada de fichajes (cuando este verano se espera tranquilo respecto a la delantera, con Mbappé y Haaland bloqueados hasta el 2024), que estaba estirando el chicle más de la cuenta… Hubo incluso espacio para la teoría de la conspiración: Todo se trataba de una estrategia mediática entre Florentino y el francés para poner en valor al futbolista después de un curso marcado por la irregularidad. Vaya, que Benzema era, de repente, un embaucador. De cero a cien en una hora. Una nueva muesca en la complicada relación del delantero y la afición madridista.

El mito que pocos vieron

Por la alfombra verde del Santiago Bernabéu han desfilado algunos de los mejores futbolistas de la historia; los más exquisitos, engalanados con la orfebrería de los Balones de Oro. Esa gama de productos limitados que se citan con los dedos de las manos, como Zinedine Zidane, Cristiano Ronaldo, Ronaldo Nazario, Luis Figo… De entre todos ellos, resalta el protagonista futbolístico de la semana, Benzema, aquel francés de ascendencia argelina que, en las calles de su barrio, Bron (Lyon) soñaba con vestir la camiseta del Real Madrid. De su mística inicial —un futbolista tan falto de carácter como regado por la lluvia de una genialidad a la altura de los más grandes— quedó encaprichado Florentino. Lo que vino después, historia madridista. Concretamente, la que se puede observar en las vitrinas de trofeos del templo blanco: Benzema conquistó todos los títulos posibles (25), se coronó como mejor jugador del planeta y ejerció de capitán en el club de su vida.

No es un patio habitual el Santiago Bernabéu, más propenso al aplauso por la garra que a la exquisitez. Luka Modric, el (¿irrompible?) último eslabón de la cadena, recibió su primera gran ovación a los pies de la Castellana por una carrera sin demasiado sentido para salvar un balón intrascendente, y no por un pase con el exterior. Y en las antípodas de este pretexto, se encontraba Karim Benzema. Taciturno cuando el balón no estaba en sus pies, superado por la competitividad de otros compañeros de ataque (Gonzalo Higuaín o Álvaro Morata, futbolistas de menor entidad, pero que superaron el relato del francés), el delantero acabaría por definir su juego en una frase tan pretenciosa como cierta: "Yo juego para la gente que sabe de fútbol".

Benzema tenía la protección de la parte aristócrata dentro de la zona noble de la directiva (en concreto, de Florentino Pérez) y eso le salvó

Hay grises en su impresionante carrera como madridista. Probablemente, nadie ha contado con más paciencia de la directiva blanca en toda la historia del club. Carne de traspaso de 40 millones al oasis de la Premier League durante varias temporadas, Benzema tenía la protección de la parte aristócrata dentro de la zona noble de la directiva (concretamente, la del despacho de Florentino Pérez) y eso le salvó. El Real Madrid, incluso, le protegió en sus líos judiciales, acabó siendo condenado por complicidad en el intento de chantaje con un vídeo sexual a su excompañero de selección, Mathieu Valbuena. Si había un proyecto de Balón de Oro al que cuidar, ese era Karim. Y la recompensa llegaría con los años.

¿Ha habido futbolistas más importantes que Benzema en la historia del Real Madrid? . ¿Ha habido futbolistas que mereciera más la pena observar desde la grada del Bernabéu? Difícil.

La RAE define esperpento como "concepción literaria creada por Ramón María del Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos". Si la rumorología del mercado de fichajes del fútbol necesitase contar su verdadera identidad a través de la ficción, sería el guion de la no (de momento) marcha de Karim Benzema, quien en apenas una hora pasó de tener cerrado su adiós al Real Madrid a remarcar su estancia en la capital española por expreso deseo de Florentino Pérez, su gran valedor.

Jueves, 16:30 de la tarde. Después de dos días de runrún, informaciones fiables afirman que Benzema tiene decidido aceptar los cantos de sirena de Arabia Saudí, en forma de 100 millones de euros anuales. El propio futbolista comparte en su Instagram una publicación del periodista francés Julien Laurens, cercano al entorno del jugador, quien minutos antes adelantaba su adiós al Real Madrid. Durante ese mismo día, Benzema se dejó ver en Valdebebas junto a su agente.

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