Las obras "no incluidas" del nuevo Bernabéu tienen un sobrecoste de "hasta 225 millones"
Los socios compromisarios del Madrid deben autorizar a su presidente, constructor de éxito, un nuevo endeudamiento que puede elevar el montante de la remodelación a 800 millones
Como dijo el danés Kierkegaard, padre del existencialismo, "existen dos maneras de ser engañados: una es creer lo que no es verdad y la otra es negarse a aceptar lo que sí lo es". El pasado 5 de noviembre, el Real Madrid difundió un vídeo en el que presumía del espectacular sistema de campo retráctil que forma parte del proyecto de remodelación del Estadio Santiago Bernabéu. En él se mostraba cómo el césped podrá intercambiarse con otros tipos de superficies, lo que permitirá albergar eventos como conciertos u otros deportes, manteniendo el estado del terreno de juego con ventilación, irrigación y terapia de iluminación mientras no esté en uso.
Esta innovación (en España, pues en otros países de Europa este sistema existe desde hace años) forma parte de unas obras cuya finalización está prevista para finales de 2022, de manera que su inauguración coincida con el 75 aniversario del Santiago Bernabéu. Según se informó desde el propio club y recogieron numerosos medios, este nuevo estadio supondrá la cima en las aspiraciones del mandato de Florentino Pérez, así como la puesta en marcha de una estrategia de futuro que mantenga el estatus económico y deportivo del Real Madrid durante las próximas décadas.
Diseñada por el grupo de arquitectos GMP/L35/RIBAS y con un presupuesto inicial de 575 millones de euros, este proyecto no solo es una remodelación estética, sino "también una oportunidad de negocio, ya que cualquier parte del estadio podrá ser monetizado". Así, además del mencionado suelo retráctil, el nuevo Bernabéu tendrá una cubierta que permitirá proyectar imágenes, nuevas ofertas de ocio y servicios de restauración, un museo, un videomarcador de 360 grados, espacios habilitados para la organización de eventos y establecimientos comerciales.
Hasta aquí todo sonó muy bien, aunque a lo que no se le dio tanta publicidad fue a que un día antes, el 4 de noviembre, la Junta Directiva del Real Madrid CF no solo convocó "a los socios representantes del periodo comprendido entre el 1 de julio de 2020 y el 30 de junio de 2024" a la Asamblea General Ordinaria, sino también a otra Extraordinaria para someter a aprobación la "propuesta para la ampliación de la autorización a la Junta Directiva para endeudarse a fin de financiar obras no incluidas inicialmente en la remodelación del Estadio Santiago Bernabéu". Ambas asambleas se celebrarán de forma presencial y telemática este próximo sábado, 20 de noviembre, por primera vez en mucho tiempo sin partido del primer equipo de fútbol por medio, en el pabellón de baloncesto de la Ciudad Real Madrid.
Según la información recibida por los socios compromisarios que, como es de sobra conocido, son en su inmensa mayoría afines a Florentino Pérez, tras el informe del presidente, el examen y aprobación de la liquidación del presupuesto, la memoria, el balance de situación y la cuenta de pérdidas y ganancias correspondientes al ejercicio 2020-2021, el examen y aprobación del presupuesto y el proyecto de actividades para el ejercicio 2021-2022, la propuesta de cuotas sociales para la temporada 2022-2023 y los habituales ruegos y preguntas, tendrá lugar la Asamblea General Extraordinaria en la que el único punto del día es la mencionada propuesta.
"Al amparo de lo dispuesto en el artículo 31, letra b), números 2 al 4 de Estatutos Sociales, se acuerda ampliar la autorización otorgada a la Junta Directiva del Club por el acuerdo de la Asamblea Extraordinaria de socios compromisarios celebrado el 23 de septiembre de 2018, para endeudarse, a fin de sufragar las obras de remodelación del Estadio Santiago Bernabéu", se explica en la información que firma Enrique Sánchez, Secretario de la Junta Directiva.
La verdad es que la propuesta, siendo simple, está planteada de manera enrevesada. "Para que, al objeto de financiar las obras nuevas inicialmente no previstas en la citada remodelación (especialmente el sistema automatizado de recogida y conservación del terreno de juego e instalaciones complementarias) puede endeudarse, en una o varias veces, ya sea directa o indirectamente y en la forma que tenga por conveniente, hasta un máximo agregado de 225 millones de euros, o su contravalor en divisas, por un plazo máximo de 35 años".
Y prosigue: "A los tipos de interés y demás costes que sean los de mercado en el momento en el que formalice el endeudamiento, con las garantías que estime necesarias o convenientes, personales o reales, y en los demás términos que estime pertinentes, firmando al efecto cuantos documentos públicos o privados, sean necesarios o convenientes. La Junta Directiva podrá, a su vez, delegar en cualquiera de sus miembros, ya sea con carácter mancomunado o solidario". ¿Recuerdan aquello de la parte contratante de la primera parte?
De 575 millones a cerca de 800
Hace dos años, el Real Madrid cerró un crédito para sufragar la reforma del Bernabéu por un total de 575 millones, pagaderos a 30 años y con un tipo de interés fijo del 2,5%, en una operación con JP Morgan y Bank of America. Hasta el 30 de junio de este año, la inversión acumulada en el proyecto ascendía a 279 millones. Además, en julio del año pasado, el Madrid dispuso de un segundo tramo del préstamo por 275 millones, con lo que hasta la finalización de la pasada temporada había consumido 375 de los 575 contemplados, al disponer de los 100 primeros en julio de 2019. El Madrid no ha hecho pública la cuantía que necesitará para completar el proyecto, aunque a los socios compromisarios les habla de 225 millones, con lo que el montante final de la remodelación del Bernabéu podría llegar a los 800.
El ejemplo lo pone un veterano socio del Real Madrid. "Esto es equiparable a que en una urbanización se hagan unas obras hipotecadas a 30 años, que las decida solo el 2% del vecindario (en el Madrid hay unos 2.130 compromisarios sobre un total de 99.652 socios) y, de repente, aparezca una derrama de un 45% del presupuesto inicial". En cualquier club del mundo estas "obras no incluidas inicialmente" en la remodelación de un campo que pueden suponer "hasta un máximo agregado de 225 millones de euros" y "por un plazo máximo de 35 años", no serían fáciles de explicar y, por tanto, de aprobar.
Cuanto más si, como es el caso del Real Madrid, dicho club es uno de los más importantes del mundo y tiene como presidente a un constructor de éxito. Sin embargo, como es habitual en las asambleas del club blanco desde que su presidente lo es también el de la constructora ACS, nadie duda de que Florentino Pérez sacará adelante la propuesta, y probablemente por goleada. Y es que en España se critica mucho a los clubes-Estado como el Paris Saint-Germain o el Manchester City y, aunque el Real Madrid ni siquiera sea sociedad anónima deportiva, muchas veces lo parezca. Al menos por la manera como está gestionado.
Como dijo el danés Kierkegaard, padre del existencialismo, "existen dos maneras de ser engañados: una es creer lo que no es verdad y la otra es negarse a aceptar lo que sí lo es". El pasado 5 de noviembre, el Real Madrid difundió un vídeo en el que presumía del espectacular sistema de campo retráctil que forma parte del proyecto de remodelación del Estadio Santiago Bernabéu. En él se mostraba cómo el césped podrá intercambiarse con otros tipos de superficies, lo que permitirá albergar eventos como conciertos u otros deportes, manteniendo el estado del terreno de juego con ventilación, irrigación y terapia de iluminación mientras no esté en uso.