Un supuesto ataque de ansiedad desata la guerra abierta entre Laporta y Koeman

No están siendo unos días sencillos para Ronald Koeman. La situación que vive el (todavía) técnico del Fútbol Club Barcelona es dantesca. Abiertamente, Joan Laporta habla sobre las dudas de la continuidad del técnico holandés, al que a día de hoy solo la vigencia de su contrato hasta el 2022 le une a la entidad blaugrana. El presidente culé convocó a la prensa a un encuentro en la pasada mañana del viernes, con el fin de esclarecer las dudas del proyecto deportivo que han surgido durante la semana. Lejos de suavizar el ambiente en Can Barça, las declaraciones del dirigente tanto sobre el futuro del entrenador como sobre un supuesto problema de salud provocaron una guerra abierta.

El pasado martes 25 de mayo, Koeman y Laporta se vieron las caras por primera vez tras el fin de la temporada. El técnico había dejado muy claro en rueda de prensa sus quejas respecto al trato y a la comunicación que la directiva blaugrana estaba teniendo con él. Desde la plana mayor del club se señaló la falta de competitividad del equipo en las fechas finales de LaLiga, acabando la competición sin opciones de título. Las informaciones que se deslizaron la una reunión de apenas media hora de duración aseguraron que el dirigente había expuesto su postura: el holandés no era su primera opción, pero podría continuar en el puesto si no encontraba un recambio en las próximas semanas. En la rueda de prensa, Laporta puso en duda la continuidad del técnico, abriendo un proceso de reflexión sobre el banquillo del equipo: “Aquí no hay temporadas de transición. Lo que hemos hecho es respetar la temporada que hemos hecho y, como dijimos, hemos valorado la temporada y las decisiones que vamos a tomar en el futuro”.

Preguntado por la posibilidad de contratar a Xavi Hernández, el gran favorito de la afición y que recientemente llegó a Barcelona con motivo de sus vacaciones, Laporta pidió “respeto” por Koeman, insistiendo en que su permanencia es otra de las opciones barajadas: “Cumple el perfil, no lo descartéis”. La línea roja llegó cuando el presidente culé confirmó la noticia de Fox Sports, en la que se aseguraba que el entrenador holandés había tenido que acudir a urgencias al sufrir un ataque de ansiedad. “Ayer tuvimos un susto. Ya sabéis que tuvo un infarto el año pasado y ayer tuvo que ir al hospital, pero está bien, hablé con él y estamos hablando”, aseguró Laporta. Algo que ha indignado tanto al propio Koeman como a sus representantes, quienes corrieron a desmentirlo.

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“No os creáis nada de lo que oigáis, estoy sano, eso es todo lo que importa en la vida”, fue la frase que el técnico colgó en sus redes sociales, incluyendo una imagen con gesto positivo en el jardín de su casa de la ciudad condal. Mayor enfado transmitió su agencia de representación, Wassermann, que afeó públicamente al presidente del Barcelona: “Las palabras de Joan Laporta durante la rueda de prensa sobre Koeman y su ataque de ansiedad son exageradas. Ronald ha estado en el hospital para controles de presión arterial, un control rutinario para personas con su historial médico. Lamentos la forma de informar de la prensa al respecto, está bien y no hay nada de lo que preocuparse”.

Más allá de la polémica sobre este episodio médico -que llevó al propio Koeman a desmentir a Laporta en su perfil personal de Twitter- el entorno del neerlandés está enfadado por la actitud del club en la gestión de la situación. Primero por la posición del presidente blaugrana respecto a su preferencia por otro técnico, segundo porque, además, se hable del héroe de Wembley como un segundo plato si no se consigue firmar al entrenador deseado.

“Imagínate: Me quiero casar contigo, pero tengo dudas. Dame dos semanas para encontrar un pretendiente mejor… Si no consigo encontrar a la persona adecuada, ¡podemos casarnos de todas de formas!”, fue el irónico mensaje que la agencia de representación colgó en redes sociales, post que se borraría horas después. Koeman, que no perdonará lo que se le resta de contrato, no oculta su indignación por cómo está manejando Laporta una enrevesada salida que se ha convertido en el primer gran bache desde su regreso a la presidencia del Barcelona.

La renovación de Messi, encaminada

Leo Messi, que como adelantó El Confidencial ha llegado a un acuerdo para renovar por dos temporadas, vuelve a ser el tema principal de la actualidad blaugrana. Laporta rebajó el optimismo a la espera de la oficialidad del contrato: “A los culés les digo que va bien, no está hecho y hay que seguir para que se haga. Cuando digo que Messi pide cariño, no es que lo pida verbalmente, sino que se lo noto. Le quedan años de fútbol. Los jugadores disfrutan estos años estando a gusto con el entorno, con lo que tiene alrededor. Leo tiene muchísimo carácter y personalidad. Sé que está haciendo grandes esfuerzos por entender nuestra propuesta”.

“Creo que lo que ha cambiado es que antes había un presidente y ahora hay otro que soy yo y eso le gusta. Antes había un presidente que le decepcionó y ahora estoy yo que le quiero aquí, se lo digo y se lo demuestro. Leo quiere que el Barça piense en grande. Cuando hablamos de equipo competitivo, hay que demostrarlo. Quiere experiencia contrastada, éxito contrastada. Motivación. Exigencia. Y eso conmigo lo tiene. Si viera que hay conformismo... Eso a él le toca. Porque él lo da todo”, argumentó Laporta.