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La aventura rumana de dos granadinos al frente del Dinamo de Bucarest
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Han españolizado el equipo

La aventura rumana de dos granadinos al frente del Dinamo de Bucarest

El histórico club europeo está presidido por Pablo Cortacero, antiguo pretendiente de compra del Almería, y tiene a Rufo Collado como director deportivo, quien atiende a El Confidencial

Foto: Pablo Cortacero, Álex Couto y Rufo Colado, en la presentación de la directiva. (Dinamo de Bucarest)
Pablo Cortacero, Álex Couto y Rufo Colado, en la presentación de la directiva. (Dinamo de Bucarest)

El pasado mes de mayo se convirtió en una fecha histórica para el Dinamo de Bucarest. El conjunto rumano, uno de los más laureados del país y que en los años 80 llegó a disputar semifinales de la Copa de Europa, estuvo a un paso de la bancarrota. El coronavirus golpeó con fuerza a un club ya de por sí en una difícil situación financiera. Parte de la afición se movilizó para salvar al equipo haciéndose con un 10% del accionariado a cambio de 360.000 euros.

La situación consiguió salvarse, pero era un parche. El empresario local Ionuț Negoiță buscó urgentemente una venta de la gran parte de las acciones que pudieran revitalizar una institución de la capital de Rumanía como el Dinamo de Bucarest. Lejos de encontrarse ofertas por parte de jeques árabes, los nuevos propietarios del fútbol moderno con los petrodólares, un paquete con el 72% de las acciones del equipo fueron a parar a Benel International. Este fondo de inversiones con sede en Luxemburgo tiene a dos españoles como base de su proyecto futbolístico: Pablo Cortacero y Rufo Collado.

placeholder Rufo Collado posa con el escudo del Dinamo tras su fichaje. (Dinamo de Bucarest)
Rufo Collado posa con el escudo del Dinamo tras su fichaje. (Dinamo de Bucarest)

Este último atiende a El Confidencial desde Bucarest, su nuevo hogar desde que fuera anunciado oficialmente como el director deportivo del equipo. “La compañía está dirigida por Pablo Cortacero en España, esto le convierte en el máximo accionista del Dinamo”, explica Rufo Collado, quien cuenta en su currículum con una amplia experiencia en el fútbol formativo, antes de hablar maravillas del lugar: “Esta es una ciudad espectacular, adaptándonos poco a poco”. Aunque nacido en Jaén, el director deportivo es “granadino de adopción”, donde ha residido la mayor parte de su vida.

Tras un pasado como futbolista, Collado participó en diferentes parcelas deportivas de clubes como el Granada o el Granada 74, antiguo Ciudad de Murcia que cambió de sede y nombre en el 2007 y que llegó a militar en Segunda División después de una polémica judicial sentenciada por el Tribunal de Arbitraje. También estuvo al frente del Centro Deportivo R1, empresa de eventos futbolísticos relacionado con Pere Guardiola, agente deportivo y hermano del entrenador del Manchester City Pep Guardiola.

placeholder Pablo Cortacero, en su presentación. (Dinamo de Bucarest)
Pablo Cortacero, en su presentación. (Dinamo de Bucarest)

“Pablo y yo nos conocemos desde hace muchos años. He trabajado para el fútbol base del Granada, así como en distintas empresas. Él confía en mí para llevar el trabajo deportivo del equipo”, asegura a este medio el nuevo director del día a día del equipo rumano, al que medios locales señalaron como uno de los integrantes clave de las negociaciones con el Dinamo.

Rufo Collado y Pablo Cortacero estuvieron en el 2018 a punto de llegar al Almería, que finalmente fue comprado por Turki Al-Sheikh, quien pagó 27 millones de euros para hacerse con el club andaluz un año después. “Llevábamos años con la idea de desembarcar en algún equipo del fútbol español. Teníamos alguna opción en Primera División y varias en segunda, pero no cuajó”, cuenta el granadino, antes de hablar de por qué se decantaron por un club como el rumano: “El Dinamo de Bucarest es una gran oportunidad, un club histórico, con una masa de aficionados enorme, la mayor del país, y con vistas de crecimiento económico”. Entre distintos españoles en el club está también el CEO, Álex Couto.

Una institución en horas bajas

“El club estaba hecho un desastre en todas las parcelas posibles. No había nada de dinero, el vestuario era muy solitario y cargado de impagos. Faltaba de todo en áreas como la jurídica, deportiva, comunicación, toda la entidad. Estuvieron muy mal”, relata Rufo Collado. En lo que le corresponde, la responsabilidad deportiva del conjunto, los cambios no se hicieron esperar en un caótico mes de septiembre: “Hemos hecho una remodelación de plantilla prácticamente entera. Varios jugadores de los últimos años no daban el nivel para un club como el Dinamo de Bucarest. Al empezar todo tan pronto, con la liga ya comenzada, hemos confiado en jugadores que conocíamos para una rápida adaptación”.

Los drásticos cambios en la plantilla llevaron, principalmente, a fichajes del fútbol español como Raúl García y Toni Iglesias, de Granada, o el ex defensa del Rayo Vallecano e internacional por Senegal, Abdoulaye Ba. “Los españoles hemos transmitido alegría dentro del vestuario. Muchos jugadores estaban tocados, había demasiada soledad por la mala situación económica de la institución”, comenta el director deportivo sobre la “españolización” del club, que también ha incluido distintos puestos en el organigrama.

placeholder Contra, ex seleccionador Rumano y actual entrenador del club. (EFE)
Contra, ex seleccionador Rumano y actual entrenador del club. (EFE)

La apuesta por el entrenador sí que tuvo un claro guiño a la afición rumana: “Cosmin Contra era nuestro elegido desde un primer momento. Confiamos en todo el fútbol que ha vivido, así en su experiencia como entrenador en Rumanía. Aquí está considerado una leyenda”. El técnico, que otrora fuera ícono del Alavés como lateral izquierdo, dejó huella en la liga española, además de dirigir al Getafe en la temporada 2014/2015. Contra ya había dirigido tanto a la selección rumana como al Dinamo en una etapa anterior.

Un inicio difícil y el apoyo de la afición

“El club no existiría de no ser por los aficionados”, resume Rufo Collado, antes de explicar que “cuando peor estaba el Dinamo se pidió a los socios y simpatizantes que colaboraran para salvar el equipo. Una gran masa de los aficionados hizo esfuerzos económicos por evitar la quiebra. Tenemos mucha suerte, es una de las grandes aficiones de Europa, transmiten su calor”. La afición de momento perdona el mal comienzo en la Liga I que el Dinamo está teniendo.

placeholder Los aficionados del Dinamo se movilizaron en mayo para evitar la desaparición del equipo. (EFE)
Los aficionados del Dinamo se movilizaron en mayo para evitar la desaparición del equipo. (EFE)

En las 6 primeras jornadas del campeonato el equipo solo ha ganado un partido y se encuentra en puestos de descenso: “Está siendo un inicio complicado. La reconstrucción de la plantilla nos ha cogido con la competición ya empezada. Creo que hemos tenido mala suerte en estos partidos, además de algún que otra decisión arbitral mala”.

“La gente nueva tiene que adaptarse a un nuevo juego, nuevo país, idioma… Pero este proyecto no es un proyecto para dos meses, ni para dos temporadas, es mucho más. Es algo a largo plazo diseñado para llevar al Dinamo de Bucarest a lo más alto de Rumanía, donde se merece estar”, insiste el director deportivo encargado. “En esta temporada queremos participar en el playoff final, que jugarán los 6 mejores. El año anterior el equipo acabó penúltimo”, matiza el granadino.

Para Rufo Collado, a juicio de su experiencia con el deporte español, existen diferencias con el futbol que se practica en el país del este. “El futbolista rumano es bueno con la pelota, técnicamente de gran calidad. Pero con muy mal oficio en lo táctico. Son jugadores con clase, capaces de jugar bien al fútbol, pero su falta de base en cuestiones de formación táctica es su problema”, apuntilla.

A pesar de su aventura rumana junto a Pablo Cortacero, Collado no olvida el futbol español como asignatura pendiente: “Con el Almería estuvo todo muy cerca de cerrarse. La negociación iba bien, quedaban lo que se conocen como los flecos. Pero finalmente la distancia fue demasiado grande y se acabó por no llegar a un acuerdo”. “Volver de alguna manera a España es algo que está en nuestra cabeza”, reflexiona el director deportivo, antes de apuntar: “Tenemos todas nuestras fuerzas en llevar a los más alto al Dinamo de Bucarest, de donde nunca debió marcharse. Pero en el futuro nos gustaría regresar”.

El pasado mes de mayo se convirtió en una fecha histórica para el Dinamo de Bucarest. El conjunto rumano, uno de los más laureados del país y que en los años 80 llegó a disputar semifinales de la Copa de Europa, estuvo a un paso de la bancarrota. El coronavirus golpeó con fuerza a un club ya de por sí en una difícil situación financiera. Parte de la afición se movilizó para salvar al equipo haciéndose con un 10% del accionariado a cambio de 360.000 euros.

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