El fichaje de Cardenal o "uno de los mayores escándalos desde el punto de vista político"

El fichaje de Miguel Cardenal por Mediapro se convirtió en solo unas horas en un nuevo conflicto entre la Federación y La Liga, aunque a simple vista sea un hecho en el que no están involucrados. No importa, primero porque esto no es, evidentemente, nada más que un fichaje, también porque ambas instituciones aprovechan cualquier coyuntura para saltar a la yugular de la otra e intentar abrir otra crisis más.

La Federación utilizó sus medios oficiales para criticar el fichaje y vincularlo con el decreto de leyes audiovisuales. Luis Rubiales, su presidente, citó ese mismo tuit y lo calificó de escándalo. Cabría preguntarse si ese es un uso correcto para una cuenta institucional, más aún de una asociación semipública, pero más allá de esos matices, lo cierto es que el enojo se hizo público. En privado las palabras eran todavía más contundentes.

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"Se ha consumado uno de los mayores escándalos desde el punto de vista institucional, político y deportivo de los últimos años", explicaban fuentes internas desde Las Rozas. Hoy los gestores de la federación no son los mismos que había en los tiempos en los que se dispuso el decreto de la polémica, pero la indignación sobre lo ocurrido se ha mantenido constante, en parte porque a Villar y a Rubiales les une una pésima relación con Tebas y su entorno.

"Se excluyó a la RFEF del proceso, arrebatándole también los derechos en este ámbito", cuentan en la federación. Las quejas sobre aquella legislación suelen tener que ver más con el modo en el que se llevaron a cabo las negociaciones que con la necesidad de una ley en ese sentido. Es decir, el fútbol necesitaba una solución, una venta conjunta de derechos, pero hay muchos modos de llegar a un texto legal y, según algunos actores, se eligió el peor. Este es un lamento recurrente en la federación, pero también en otras instituciones, como el Real Madrid, que creen que en el desarrollo de la ley tuvieron demasiado peso tanto La Liga como Mediapro. Rememoran muchas reuniones, algunas más o menos públicas, entre Cardenal, Tebas y Roures, con un conflicto de intereses evidente.

Las consecuencias de aquello, en opinión de la RFEF, son evidentes. "Mediapro, que obtiene muchos millones de euros al año por esta decisión de La Liga, en su momento pasó de atravesar una situación complicada a nivel económico a convertirse en una multinacional con presencia en 35 países e ingentes beneficios", explican desde la institución. Las vicisitudes de la empresa catalana han sido muchas a lo largo de los años, desde la suspensión de pago hasta la bonanza reciente, con venta a inversores chinos incluidos. Es imposible circunscribirla únicamente al fútbol y a la liga, pues es una mercantil de enorme tamaño y diversidad, pero es cierto que en el negocio del fútbol ha tenido siempre una de sus principales guerra y que en las subastas generadas a resulta del decreto siempre se proclamaron ganadores.

La negociación del convenio

La federación no destaca tanto esas subastas como la distribución internacional de derechos, que también correspondió a Mediapro. "Con los derechos en su mano, la Liga otorgó 'a dedo' a Mediapro su comercialización internacional. Además, estos derechos han sido renovados recientemente por cinco años más. De nuevo, sin licitación de por medio", explican desde la Federación, en su explicación, todo lo que ha ido ocurriendo estaba más o menos programado y el fichaje de Cardenal "cierra el círculo" como devolución de los favores prestados. Tal es enfado, que llegana pedir a los partidos políticos "que exijan y depuren las responsabilidades que se pudieran derivar" de lo que entienden como "una actuación escandalosa de un excargo público". Cardenal no era político de carnet y ni siquiera terminó en los mejores términos con la formación que le tuvo como secretario de Estado, el Partido Popular.

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La virulencia de la respuesta de la federación se encuadra en una guerra abierta con La Liga que se lleva a cabo con poco disimulo. El penúltimo capítulo fue el partido de Miami, del que Javier Tebas sigue convencido que se terminará disputando mientras que Rubiales, con capacidad de veto, le ha avisado de que eso no ocurrirá. Uno de los problemas que enfrentan tiene que ver con el dinero, y es que La Liga ahora mismo tiene mucho y la federación se encuentra con unas cuentas agobiadas y necesidad de generar ingresos. Por la propia viabilidad de la institución y también porque con dinero se accionan palancas que pueden mover el voto en unas elecciones, y Rubiales necesita tener esa opción de cara a las elecciones de 2020. Tebas, que sí que tiene recursos sobrados, ya realizó amplias inversiones en los estamentos del fútbol español buscando apoyos para su candidato, Juan Luis Larrea. Sin éxito.

Con todo, la mayor batalla está a unos pocos meses de disputarse. En 2019 se tiene que renegociar el convenio entre la RFEF y LaLiga, que establece el marco en el que se mueven ambas instituciones. Prácticamente todo se recoge en ese acuerdo, desde los 'naming rights' hasta quién pone los balones en los partidos, pasando por temas espinosos como calendarios y horarios. Fuentes conocedoras del caso señalan que Javier Tebas no podía esperar hace unos meses que se enfrentase a una negociación así con una federación tan beligerante y sin la ayuda del Gobierno, pues sus buenas relaciones con el ejecutivo de Mariano Rajoy no lo son tanto con el de Pedro Sánchez. Es más, el socialista ha recibido a Rubiales en Moncloa y se han visto en otras ocasiones, con buena sintonía. La situación con Villar era compleja también, pero diferente, el vasco no era tan beligerante, aunque el diálogo con él fuese más complicado.