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Guerra civil en Vigo: el Celta le hace el vacío al alcalde en el partido ante el Barcelona
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Guerra civil en Vigo: el Celta le hace el vacío al alcalde en el partido ante el Barcelona

Duro comunicado del club que preside Carlos Mouriño contra el alcalde Abel Caballero tras la negativa del Ayuntamiento a dar el visto bueno a la Ciudad Deportiva en Mos

Foto: Carlos Mouriño, presidente del Celta, y Abel Caballero, alcalde de Vigo. (EFE)
Carlos Mouriño, presidente del Celta, y Abel Caballero, alcalde de Vigo. (EFE)

La guerra ha estallado en Vigo entre el presidente del Celta, Carlos Mouriño, y el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, después de un año y medio de fuertes tensiones, discrepancias y enfrentamientos públicos. Las relaciones se han roto con el último episodio en el que el club vigués ha hecho un comunicado en el que deja clara su postura de enfrentamiento. “Ningún directivo se sentará en el palco presidencial del estadio de Balaídos al lado del alcalde, Abel Caballero, mientras éste no cumpla su palabra y deje de atacar sin motivo a la entidad. Abandonara esta medida cuando el alcalde respete y cumpla los acuerdos alcanzados con el club, entre ellos, realizar la remodelación del estadio de primer orden, otorgar la concesión de Balaídos en las condiciones pactadas y con la finalización de las obras en los plazos acordados. Y respetar el crecimiento del RC Celta en el municipio limítrofe de Mos”, reza el duro comunicado con el que rompen relaciones y ponen en peligro diferentes negociaciones.

En la primera oportunidad, Mouriño cumplió con su advertencia. Este martes, Caballero llegó sobre la hora al estadio para presenciar el Celta-FC Barcelona de Liga que acabó 2-2. El presidente del club vigués se acercó a recibirlo, lo saludó fríamente y luego se fue. No se sentó junto a él en el palco. Al lado del alcalde se situó Carmela Silva, primera teniente de alcalde de Vigo y presidenta de la Diputación de Pontevedra.

La guerra se ha desencadenado tras la negativa del Ayuntamiento de Vigo al plan de viabilidad para la construcción de la Ciudad Deportiva y un gran complejo comercial que quiere construir el presidente Carlos Mouriño en la localidad periférica de Mos. Un informe técnico del Ayuntamiento echa abajo el proyecto al considerar que produce un daño comercial a la ciudad y por el que tendrán que asumir parte del gasto de las infraestructuras, como por ejemplo el abastecimiento del agua. Según el Ayuntamiento el gasto podría irse a los 9 millones de euros de una Ciudad Deportiva que perjudica a sus intereses. La decisión ha sido interpretada por el presidente del Celta como un boicot a su megaproyecto deportivo y comercial. El fuego cruzado se ha recrudecido. Abel Caballero sospecha que el dirigente del Celta quiere construir, además, un mini estadio para ir ampliándolo en el aforo y poder acabar siendo su estadio en propiedad. Un punto importante en el choque de intereses porque el estadio de Balaídos es de propiedad municipal.

Foto: En la imagen, Carlos Mouriño, presidente del Celta. (EFE)

Medio siglo, y un millón cada año

Las consecuencias son impredecibles. El Celta y el Ayuntamiento vienen negociando la firma de la concesión del estadio Balaídos por lo que el club explotaría la propiedad durante los próximos 50 años y pagaría un millón cada año. La firma parecía inminente, con los acuerdos de obras y su finalización, pero han chocado con el asunto de la Ciudad Deportiva y el complejo comercial en Mos. En este asunto se mezclan los intereses políticos. En el Ayuntamiento de Vigo gobierna el PSOE y en Mos el Partido Popular (PP). Las diferencias provocan que haya hasta guerra sucia. Mouriño ha utilizado dos medios de comunicación (Faro de Vigo y La Voz de Galicia) para meter publicidad donde definía a Abel Caballero como una persona incapaz.

El pulso cobra fuerza entre Abel Caballero, que se acoge a la normativa metropolitana y desaconseja la construcción de la Ciudad Deportiva en Mos, y Carlos Mouriño, multimillonario empresario (con gran riqueza en México por sus negocios de gasolineras) y hombre que rige el club con un modelo presidencialista. Carlos Mouriño está dispuesto a llevarse el club fuera de Vigo si no se produce el acuerdo que tiene que inlcuir el macropoyecto de la Ciudad Deportiva que no respalda el Ayuntamiento.

La guerra ha estallado en Vigo entre el presidente del Celta, Carlos Mouriño, y el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, después de un año y medio de fuertes tensiones, discrepancias y enfrentamientos públicos. Las relaciones se han roto con el último episodio en el que el club vigués ha hecho un comunicado en el que deja clara su postura de enfrentamiento. “Ningún directivo se sentará en el palco presidencial del estadio de Balaídos al lado del alcalde, Abel Caballero, mientras éste no cumpla su palabra y deje de atacar sin motivo a la entidad. Abandonara esta medida cuando el alcalde respete y cumpla los acuerdos alcanzados con el club, entre ellos, realizar la remodelación del estadio de primer orden, otorgar la concesión de Balaídos en las condiciones pactadas y con la finalización de las obras en los plazos acordados. Y respetar el crecimiento del RC Celta en el municipio limítrofe de Mos”, reza el duro comunicado con el que rompen relaciones y ponen en peligro diferentes negociaciones.

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