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El destierro de Casillas es un Oporto que está en las antípodas del Real Madrid
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julen lopetegui ha perdido a cinco de sus fijos

El destierro de Casillas es un Oporto que está en las antípodas del Real Madrid

Aun tratándose de una escuadra de reconocido prestigio en el concierto europeo, la realidad del conjunto portugués, tanto a nivel deportivo como económico, está muy lejos de lo que Iker conoce

Foto: Iker Casillas, en su debut con el Oporto (Imago)
Iker Casillas, en su debut con el Oporto (Imago)

Más allá de la ilusión, la motivación y los nuevos bríos con los que Iker Casillas afronta su recién estrenada etapa en el Oporto y aún tratándose de una escuadra de reconocido prestigio en el concierto europeo, la realidad del conjunto portugués, tanto a nivel deportivo como económico, se encuentran en las antípodas del Real Madrid. Eso no significa que el guardameta de Móstoles vaya a extrañar por decreto las indudables ventajas que otorga lucir la elástica del equipo más laureado en la historia de la Champions o el hecho de haber sido su capitán y símbolo durante más de tres lustros (no en vano su humilde actitud en el vestuario oportista ha dejado pertérrito a más de uno), pero los números cantan y estos dicen que Casillas ha pasado de un gigante que engulle todo lo que se le pone a tiro con tal de redondear su extensa colección de 'galácticos', a un club habituado a poner en el mercado a todo futbolista que haya sobresalido vistiendo la blanquiazul de 'Los Dragones'. Y si no, que se lo cuenten a Julen Lopetegui, el principal culpable de que el capitán de La Roja haya cambiado el Manzanares por el Duero.

El técnico vasco del Oporto se ha visto obligado a recomponer su plantilla después de que el presidente de la entidad lusa, Jorge Nuno Pinto da Costa, haya hecho caja y de las buenas (más de 80 kilos) con los traspasos de Danilo y Casemiro (Real Madrid), Jackson Martínez (Atlético), Fabiano (Fenerbahçe), Kleber (Beijing Guoan), Carlos Eduardo (Al Hilal) o Quaresma (Besiktas), sin olvidar las cesiones de Diego Reyes (Real Sociedad), Ghilas (Levante), Abdoulaye (Fenerbahçe), Josué (Bursaspor) y AndrésFernández (Granada), o el retorno de Óliver Torres al Vicente Calderón tras completar con éxito su año de maduración en Do Dragao.

Con semejante panorama, es decir, sin cinco fijos en el once que en el pasado ejercicio logró alcanzar los cuartos de final de la Liga de Campeones y el subcampeonato en el torneo doméstico, y el permanente 'temor' a perder en lo que queda de verano a algún puntal más (el brasileño Alex Sandro tiene muchas papeletas para irse a la Juventus, previo pago de los 25 millones de euros de su cláusula de rescisión), el parecido entre este reseteado Oporto que se ha encontrado Casillas a su llegada a la Ciudad Deportiva de Olival y lo que dejó atrás a la vera de Concha Espina es mera coincidencia.

En otras palabras, que el cancerbero español tendrá, sobre el papel y atendiendo a la lógica, mucho más trabajo (sobre todo en suelo continental) del que solía tener cada vez que se calzaba los guantes con el equipo de sus amores. Al menos, en lo que se refiere a las últimas campañas, puesto que Casillas llegó a ser durante varios años uno de los porteros que más disparos recibía de los ataques enemigos en La Liga, dada la sangría de ocasiones que los rivales generaban a un Real Madrid con alarmantes problemas a la hora de defender. Claro que Iker vivía por entonces sus días de vino y rosas como portero. La incógnita está en saber si, a sus 34 años, es capaz de recuperar esa condición de 'Leviatán' bajo palos que acabó convirtiéndole en el mejor número 1 del planeta fútbol.

Aunque las comparaciones tienden a ser odiosas y sin ánimo de ofender, Casillas ha cambiado al dueto Ramos-Pepe (o Varane), tres de los mejores centrales del mundo, por la pareja Maicon-Marcano. Tanto el brasileño como el cántabro son dos marcadores de punta solventes que han completado una notable temporada con los blanquiazules, pero no tienen ni la contundencia, ni la calidad, ni la capacidad de liderazgo de sus antiguos compañeros. La contratación del experimentado carrilero diestro uruguayo Maxi Pereira (Benfica) ha paliado en parte la salida de un Danilo que constituía una de las principales bazas ofensivas blanquiazules. Lopetegui cruza los dedos para que el zurdo Alex Sandro no siga sus pasos y le deje compuesto y sin su otra 'flecha' por el costado opuesto. El problema es que el ex del Santos también acaba contrato dentro de un año y no parece dispuesto a renovar...

Los 20 millones 'supuestamente' invertidos en Giannelli Imbula (se sospecha que el precio está inflado) convierten al jovencísimo volante tapón ex del Marsella en el 'Toni Kroos' del cuadro lusitano, aunque está por ver si es capaz de hacer olvidar en Do Dragao a Casemiro, un futbolista que acabó siendo pieza fundamental en el esquema de Lopetegui. El fornido Danilo Pereira (Marítimo) también ha aterrizado en Do Dragao con el objetivo de que el talento francés no se duerma en los laureles. El internacional mexicano Héctor Herrera es uno de los motores de la medular. Potente y trabajador, tiene además llegada, aunque le falta algo de continuidad en el juego, dada su tendencia a 'desaparecer' durante algunos tramos del juego. Los recién llegados André André (Vitoria Guimaraes) y Sergio Oliveira (Paços Ferreira) deberán pelear por un puesto en la medular con Rúben Neves, la gran perla de la cantera oportista, y el polifuncional Evandro. Sea como fuere, el cuerpo técnico confía en que el presidente Pinto da Costa se saque de la chistera de aquí a fines de agosto a un 'alter ego' de Óliver Torres, una de las pérdidas más sentidas por el ex seleccionador sub 21 y su guardia pretoriana hispana (Juan Carlos Martínez, Julián Calero y Juan Carlos Arévalo).

Si el Madrid cuenta con la BBC en vanguardia, el Oporto presume de la TBB (Tello-Bueno-Brahimi). El extremo azulgrana, que cumplirá su segunda campaña cedido por el vigente campeón de Europa, fue de menos a más hasta que una lesión le cortó las alas en la recta final del curso. El segundo mejor artillero nacional de la pasada Liga BBVA (17 dianas con el Rayo Vallecano) tendrá la complicadísima misión de hacer olvidar al colombiano Jackson Martínez, capitán y mejor goleador del equipo en cada uno de los tres ejercicios que ejerció de ariete 'dragón'. Como alternativa estará el camerunés Aboubakar, un pánzer sin demasiada calidad del que se espera termine de romper el cascarón en su segundo año, y el exrojiblanco Adrián López, del que apenas se tuvo noticias luego de su millonario traspaso (11 millones) desde el Vicente Calderón.

El ex granadista Brahimi sería lo más parecido que tienen de CR7 a orillas del Duero. Hábil, gran lanzador de tiros libres y con un ojo clínico para asistir, el argelino fue de lo mejor del equipo en su puesta de largo en tierras portuguesas. Se ha ganado a pulso ocupar la vacante de líder dejada por Jackson. Otra cosa es que la asuma y confirme todo lo bueno que sembró tanto en la Primeira Liga Sagres como en territorio continental. El veterano internacional Silvestre Varela (ex Recreativo), el habilidoso Hernani y el canterano André Silva son las otras alternativas de que dispondrá en ataque Lopetegui, quien necesita sí o sí la contratación de un cazagoles de prestigio para compensar la irreparable pérdida de Jackson, el hombre por el que pasaban prácticamente todos los balones de ataque del nuevo equipo de un Casillas que, a estas alturas, sabe bien lo que le espera en su destierro lusitano.

Más allá de la ilusión, la motivación y los nuevos bríos con los que Iker Casillas afronta su recién estrenada etapa en el Oporto y aún tratándose de una escuadra de reconocido prestigio en el concierto europeo, la realidad del conjunto portugués, tanto a nivel deportivo como económico, se encuentran en las antípodas del Real Madrid. Eso no significa que el guardameta de Móstoles vaya a extrañar por decreto las indudables ventajas que otorga lucir la elástica del equipo más laureado en la historia de la Champions o el hecho de haber sido su capitán y símbolo durante más de tres lustros (no en vano su humilde actitud en el vestuario oportista ha dejado pertérrito a más de uno), pero los números cantan y estos dicen que Casillas ha pasado de un gigante que engulle todo lo que se le pone a tiro con tal de redondear su extensa colección de 'galácticos', a un club habituado a poner en el mercado a todo futbolista que haya sobresalido vistiendo la blanquiazul de 'Los Dragones'. Y si no, que se lo cuenten a Julen Lopetegui, el principal culpable de que el capitán de La Roja haya cambiado el Manzanares por el Duero.

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