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Las chicas asaltan el cortijo de Villar: inmovilismo, discriminación y represalias
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la selección femenina dice lo que otros callan

Las chicas asaltan el cortijo de Villar: inmovilismo, discriminación y represalias

"No criticamos la situación de la selección femenina antes de Canadá por miedo a que nos dejaran sin Mundial", desveló Vero Boquete, tras la carta en la que las 23 jugadoras acusaron a la Federación

Foto: La selección española femenina de fútbol, a su llegada a Barajas (Efe)
La selección española femenina de fútbol, a su llegada a Barajas (Efe)

"No criticamos la situación de la selección femenina antes de Canadá por miedo a que nos dejaran fuera del Mundial". Estas declaraciones de Vero Boquete bastan para explicar cómo funciona desde hace añosla Federación Española de Fútbol (RFEF), el tantas veces denunciadocortijo de Villar. Es triste, pero al mismo tiempo significativo, que hayan tenido que ser las futbolistasquienes se hayan atrevido a denunciar lo que otros callan, ya sea por complicidad con el presidente y laJunta que maneja su vicepresidente, Juan Padrón,o por ese miedo a las represalias confesado porla capitana de la selección femenina.

La temprana eliminación de España, queen su primera participación en una cita mundialista no ha podido alcanzar losoctavos de final, no sólo ha destapadola brecha existente entre las jugadoras y el cuerpo técnico que dirigeIgnacio Quereda, sino también el malestar con la RFEF por una discriminación que resultaba evidente desde el momento en que Villar ni se dignó a estar junto a ellas en su debuty que, lejos de ser una excusa por no haber superado la primera fase, sí es una justificación para que no hayan llegadoen mejores condiciones a la cita canadiense.

"La Federación no tiene nada que ver en este tema", es prácticamente lo primero que dijo el seleccionador."Es una responsabilidad total y absoluta mía y la asumo con todas las consecuencias porque todo lo que he pedido y la planificación que he hecho se me han concedido. Si hay alguna culpa o un fallo soy yo, no la Federación ni Ángel María Villar", se defendióQuereda, quien lleva en el cargo 27 años, casualmente los mismos que el presidente a quien con tanta devoción y fidelidad defiende. Sobra explicar por qué, sobre todo después de escuchar a Vero Boquete.

"Mantuvimos una reunión con Ignacio Quereda y su reacción no fue la mejor, el sólo nos dijo que se remitía a la federación", desveló la capitana, quien volvió a insistir en que"creemos que hace falta un cambio en el fútbol femenino y en la selección"."Cuando acabó el partido ante Corea, Quereda vino a echarme la bronca por mi error en el gol, creo que no era el momento", añadióVicky Losada. Hay que estar muy hartas y haber perdido el miedo a las represalias que a buen seguro llegarán para hacer estas afirmaciones.

Quereda no dimite, pero exime de todo aVillar

"No voy a dimitir", aseguróQuereda nada más tomar tierra en uno de los dos aviones que trajo a la selección desde Canadá. "Si volviera a hacer la planificación sería la misma", añadió, para dejar así constancia de su falta de autocrítica, algo de lo que no han oído hablar nunca en la Ciudad de Fútbol de Las Rozas, un bunker que bien debería empezar a mirarse en lo que está ocurriendo con la FIFA.

El inmovilismo es lo que tiene. Da igual quelas veintitrés jugadoras de la selección emitieron un comunicado denunciando las carencias en la preparación del Mundial y pidiendo "un cambio". "No tengo nada que decir.Me ha sorprendido y estoy bastante dolido con ese comunicado porque creo que no es cierto", se limitó a decir Quereda. El seleccionador desveló que yahabíahablando conVillar, y que, al igual que él, "está preocupado y sorprendido" por el comunicado de las jugadoras.

Cierto es que las futbolistas podíanhaber denunciado algunas de estas cosas antes del Mundial y no una vez eliminadas en la primera fase, tras un empate y dos derrotas. Sin embargo, es comprensible que no lo hicieran, sobre todo después de escuchar a Vero Boquete.Eso sí, las chicas ya confesaban off the recordque el entrenador no aportaba nada, además de sentirse discriminadas en muchos aspectos, aunque a esto es cierto que están más que acostumbradas.

Los bocazas que elogiaban a la federación por su "gran labor" en el fútbol femenino han quedado a la altura del betún. Sus gratuitas alabanzas a un Villar que ni siquiera viajó aCanadá,oa un Quereda cuestionado por todas sus jugadores, y por escrito. El comunicado fechado en Toronto no dejaba lugar a las interpretaciones:"la preparación del Mundial no ha sido la correcta, los amistosos inexistentes, la aclimatación escasa, el análisis de los rivales y la forma de preparar los partidos insuficientes". Pero también había autocrítica: "Sabemos que nuestro rendimiento podría haber sido mejor. Esta generación tiene talento y compromiso para haber llegado mucho más lejos", han apuntado.

Camerún invierte diez veces más en las mujeres

Tal y como se recordaba en la CadenaCope, la selección de Camerún invierte diez veces más en sus chicas que España. Siendo sinceros, y quien no lo reconozca es un hipócrita, la atención al Mundial femenino ha sido en la mayoría de los casosimpostada. Más oportunista que real. Pero una cosa son los aficionados y otra los responsables federativos, obligados a poner todos los medios posibles. "Esta ha sido la dinámica durante mucho tiempo. Creemos que se ha terminado una etapa y que necesitamos un cambio. Así se lo hemos transmitido al seleccionador y cuerpo técnico. Si se pierde la confianza y no se es capaz de llegar a un grupo, es difícil alcanzar objetivos", rezaba el comunicado de las jugadoras.

"Es fútbol femenino, por desgracia. Hemos estado representando a nuestro país en el máximo nivel y hay cosas que no se han hecho bien y es momento de meditar, pensar, y ver a dónde queremos ir y cómo". Sorprende, pero también se agradece, la franqueza de las futbolistas españolas. Nadie se imagina a los jugadores de la selección remitiendo una nota parecida tras el Mundial de Brasil contra la Federación de Villar y su seleccionador, Vicente del Bosque. Y eso que también tenían motivos, aunque en su caso bien pagados, y no los 40 euros diarios de dieta que han cobradolas futbolistas españolas en Canadá. Igualitas que las de Villar y sus directivos...

"No criticamos la situación de la selección femenina antes de Canadá por miedo a que nos dejaran fuera del Mundial". Estas declaraciones de Vero Boquete bastan para explicar cómo funciona desde hace añosla Federación Española de Fútbol (RFEF), el tantas veces denunciadocortijo de Villar. Es triste, pero al mismo tiempo significativo, que hayan tenido que ser las futbolistasquienes se hayan atrevido a denunciar lo que otros callan, ya sea por complicidad con el presidente y laJunta que maneja su vicepresidente, Juan Padrón,o por ese miedo a las represalias confesado porla capitana de la selección femenina.

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