Lucas Radebe, el ídolo de Nelson Mandela que triunfó con un balón de fútbol

También Nelson Mandela tuvo sus referenciasen la vida. Icono en el mundo entero como fue, unfutbolista sudafricano fue para Madiba su ídolo. Primero, por su faceta futbolística;después,por todos los valores que representaba. El hombre al que admiraba Mandela se llama Lucas Radebe, un futbolista ya retirado al que el líder sudafricano llegó a considerarun modelo a seguir. “¡Este es mi héroe!”, afirmó en una entrevista hace años, justificando su admiración hacia Radebe.

Lucas está considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia de Sudáfrica. Si sobre el césped completó una más que notable carrera, Mandela le hizo todavía mejor como persona. Fue en un hotel, en 1994, cuando se vieron cara a cara por primera vez. La selección de Sudáfrica estaba concentrada en un hotel de Johannesburgo. Los jugadores sabían que iban a vivir un momento único y por ello a las cinco de la mañana ya estaban todos en pie. En una sala se produjo el encuentro del equipo con Mandela. Fue el primero de muchos encuentros entre Mandela y Radebe.

Tiempo después, durante una ceremonia en la que se festejaba la libertad de Mandela, Lucas se enteró de lo que el mito pensaba de él. Cuando estuvieron uno enfrente del otro, Madiba le sorprendió con una frase que jamás olvidará:“Él es mi héroe!”. Le estrechó la mano con cariño, al mismo tiempo que el ídolo se quedaba sin palabras. "¿Yo? Un héroe al lado de él?", dijo varias veces recordando aquel episodio.

Desde aquel momento, ambos estuvieron conectados de una manera muy especial. El fútbol era uno de los deportes favoritos de Mandela, recordando más de una vez que en la cárcel “el fútbol era lo único que alegraba la vida” a los presos. Mientras estuvo encerrado en la isla de Robben, entre 1964 y 1982, fue un fiel aficionado a este deporte, viviendo varios mundiales a través de la radio. Y Lucas, con el tiempo, se convirtió ensu ídolo como jugador carismático de Sudáfrica.

Radebe tuvo una infancia complicada, y tal vez por elloMandela le acogió casi como un hijo más. Nacido en el barrio de Soweto, cuando tenía 14 años su familia le envió a la antigua República de Bophuthatswana (ya integrada en Sudáfrica) para alejarle de la violencia que se vivía en la zona. Allí comenzó a mostrar su potencial futbolístico, siendo captado por los Kaizer Chiefs, uno de los equipos punteros del país. Algunos cazatalentos europeos le echaron el ojo, hasta que en 1994 el Leeds United, puntero entonces en la Premier League, decidió ficharlo.

Lucas completó unacarrera exitosa en Inglaterra,rechazando buenas ofertas para jugar en otros países. En Leeds se sentía como en casa y nunca quiso cambiar de aires. En elMundial de Corea/Japónllegó a marcar un gol a España en la primera fase. Estaba en la cima, pero las lesiones empezaron a martirizarle hasta colgar las botas en 2005. Su carisma es tal, que está considerado como una de laspersonas más queridasy respetadas en Sudáfrica. Empezando por Mandela.

Y es que Madiba no sólo le consideraba un futbolista, sino una persona que podía convertirse enun perfecto embajador de buena voluntad.Así, encargó a Radebe y a su compatriota y también futbolistaMark Fishque aprovecharan su posición para dar conferencias por todo el país parademostrar que la convivencia entre las razas era posible. Estos dos jugadores, que formaron pareja de centrales en la selección, dieron un ejemplo de convivencia.

Ambos fueron bautizados como‘los chicos de Mandela’, historia que se relata enel libro ‘Madiba’s Boys’.Radebe, de raza negra, sufrió la segregación institucionalizada durante años; mientras, Fish, blanco, sebenefició del sistema del 'apartheid'a pesar de que su condición social era humilde. En el campo formaron un tándem histórico para Sudáfrica, con la que ganaron en 1996 la Copa Africana de Naciones. Fuera del campo, siguiendo la línea marcada por Madiba,son dos embajadoresdel mundo del fútbol.

Radebe ha centrado una parte fundamental de su vida en colaborar en diferentes causas sociales, luchando contra el racismo y realizando diferentes labores de carácter humanitario. Y siempre con el fútbol como correa de transmisión. Por ello en el 2000 fue reconocido por la FIFA con el Premio al Juego Limpio.El que fuera gran capitán de la selección de Sudáfrica, es Embajador FIFA para Aldeas Infantiles SOS, una fundación que ofrece un hogar permanente a miles de niños y adolescentes en más de 130 países.

Lucas escribió una carta a su 'querido Tata' cuando se conoció la luctuosa noticia. El ex jugador, en unas sentidas líneas, expresó sus sentimientos, reconociendo que ha sido 'un privilegiado por haber aprendido de tu sabiduría y ejemplo. Usted me enseñó lecciones deliderazgo, humildad, generosidad, coraje e integridad. Mi carrera no habría sido posible sin usted. Usted me enseñó cómo el deporte puede ser una fuerza indomable para cambiar la sociedad'.

El ex jugador seguirá comprometido con los niños, para motivar, ayudar e impulsar a las próximas generacionesde Sudáfrica. Radebe tiene un compromiso con su país y los más desfavorecidos. Después de años de relación con Mandela, sabe que su misión en la vida es esa. Como él mismo dice,“hay muchos niños con sueños y ambiciones, que ven en futbolistasmodelos a seguir”. Por ello, Lucas continuará con la labor iniciada hace años, siempre en pos deapoyar a los niños y más desfavorecidos. Y el fútbol seguirá siendo la herramienta a emplear para ello. Un deporte que Mandela aprendió a amar en la cárcel...