El Levante tuvo todo a favor para romper un empate injusto pero se la jugará en Rusia

Los hombres de ‘JIM’ viven un sueño europeo del que no se quieren despertar. El Levante es el único equipo que pone acento español a la Europa League tras la eliminación del Atlético de Madrid, vigente campeón. El equipo ‘granota’ sabe que está escribiendo una de las páginas de oro de su historia y, por el momento, el final no entra en sus planes. A pesar de haber eliminado al conjunto rojiblanco, el Rubin Kazán no era un rival temible y el Ciutat de Valencia no ha visto perder a los suyos en la competición europea. Tampoco ha podido presenciar un golpe de mando de su equipo que no logró romper un empate sin goles injusto: los de ‘JIM’ fueron mejores pero están obligados a desvelar el desenlace de la eliminatoria en Rusia.

El Levante está enchufado a la competición y así comenzó el encuentro. ‘JIM’ salió con su once de gala en el que, pese a los rumores de traspaso, estaba Martins. Los locales apostaron por salir enseñando los colmillos: Ballesteros, Barkero y Rubén fueron los encargados de avisar tras el pitido inicial. El primero mandó el balón al larguero tras un cabezazo mientras que el segundo y el tercero se aliaron pero nadie recibió el pase de la muerte del último.

La eliminatoria estaba abierta. Igual que el partido en el que se enfrentaban dos equipos más pragmáticos que vistosos que están acostumbrados a ceder el balón a su rival porque es así como más cómodos están. Tanto es así que esta temporada la posesión del Levante ronda en torno al 40%. Con esta ‘generosidad’, el Rubin tomó la iniciativa aunque las ocasiones eran de los ‘granotas’ que destilaban calidad en la línea de tres cuartos, con Barkero en la derecha y Míchel por el centro, y potencia con Martins para armar los contragolpes. El Rubin no se quedaba atrás y a medida que se hacían con la posesión del balón, aumentaba el peligro para un Levante que estaba bien plantado sobre el césped del Ciutat de Valencia cerrando cualquier hueco gracias a la impecable actuación de Ballesteros y Navarro que evitaban que la pelota acabase en las botas de Rondón.

Los minutos pasaban sin cambios en el marcador. El Levante lo intentaba pero le faltaba el último paso, el más importante, el más incisivo, el que te da el gol. Estaba atascado, le faltaba la fluidez que exhibe en otras ocasiones mientras el Rubin Kazán no daba señales de vida ante Keylor Navas. El primer tiempo murió con la ocasión más clara de los locales: el centro de Pedro López fue directo a la cabeza de Míchel pero Ryzhikov salvó el tanto en la línea de gol. Y el inicio del segundo tiempo estuvo marcado por las dos tarjetas rojas que dejaron a ambos conjuntos con diez jugadores. Ansaldi vio la segunda amarilla después de barrer a Ballesteros y Míchel la roja directa tras una fea entrada con los tacos sobre la espinilla de Karadeniz.