Los niños prodigio, nuevos reyes del fútbol mundial

Cristiano Ronaldo, al enterarse de que era el ganador del ‘Balon de Oro’ de France Football este 2008, afirmó que se cumplía “un sueño que tenía desde niño” y que “tengo sólo 23 años y es algo magnífico porque empecé mi carrera con 17 años”. Más allá de que el portugués haga público su viejo sueño (confirmado por la insistencia con la que se ha proclamado gran merecedor durante los últimos meses), lo que más llama la atención de esas palabras son su edad, y lo dilatada que es, a la vez, su carrera.

Llegó al Manchester United siendo aún menor de edad y con una gran cantidad de defectos en su juego que ocultaban sus virtudes. Alex Ferguson apostó muy fuerte por él, y le defendió de las críticas que levantaba, en Old Trafford, su juego por ser demasiado individualista y artificial. Se reinventó desde el extremo para convertirse en un jugador total, cargando con todo el peso del ataque de los red devils. Y seis años después, tras ganar una ‘Champions’ (que casi pierden por un fallo suyo en la tanda de penaltis de la final), se cumplió su sueño de la mano de la prestigiosa revista francesa.

Le acompañan en el podio Lionel Messi (21 años) y Fernando Torres (24). Este trío es el segundo más joven en la historia del premio –iniciado en 1956- sólo superado por el del año pasado (Kaká, 24; Cristiano, 22; Messi, 20). Estos datos arrojan una evidente realidad que puede comenzar a analizarse como un punto de inflexión en el fútbol mundial: los jugadores cada vez son más precoces. Y es que los tres que conforman el podio de 2008 han sido ‘niños prodigio’ en esto del fútbol.

En este mundo globalizado, todo va más rápido que hasta hace unos años. Antes, los jugadores jóvenes que destacaban en cualquier equipo siendo juveniles eran fichados por el equipo fuerte de su provincia. Si continuaban destacando, debutaban en el primer equipo, Si aún continuaba su progresión, eran fichados por un grande de su liga nacional. Y si demostraban no tener techo, recalaban en un grande de talla mundial desde donde se optan a este tipo de galardones. Era un proceso pausado, lento y claro que rara vez conocía excepciones.

Capitanes a los veinte

En los últimos años, se han dado infinitos casos de debuts de jugadores casi adolescentes, fichados, incluso, en plena pubertad por equipos grandes de otros países (léase Cesc Fábregas) u otros continentes (léase el propio Messi). De hecho, el catalán del Arsenal ha llegado a la capitanía de su equipo a los 21 años, levantando polémica por lo insólito del hecho en un lugar que cuida tanto las costumbres como Inglaterra, y pese a llevar ejerciendo de líder desde la marcha de Henry hace más de un año. En España, el propio Torres se convirtió en el capitán de un club del peso histórico y mediático como es el Atlético de Madrid antes de cumplir la veintena. A esa edad, otro ‘Niño’, Emilio Butragueño, aún no había, siquiera, debutado con el Real Madrid.

Además, antes, los jugadores eran capaces de mantenerse en el primer nivel mundial durante más tiempo,  con carreras menos express. Ahora, doce meses después de ganarlo a los 25 años, Kaká ni siquiera ha sonado para llevarse otro ‘Balón de Oro’. Y lo mismo pasó con Ronaldinho. Y lo más llamativo es que, pocas horas después de conocerse este martes la ‘coronación’ de CR7, el barcelonista Touré Yayá ya hablaba de la edición de 2009 donde ve a su compañero Messi como principal favorito. Todo va demasiado rápido. Como las carreras de las estrellas del fútbol.