El desconcierto de Carlos Sainz: de la euforia los sábados a las bofetadas los domingos
Ferrari tiene un claro problema de diferencia de comportamiento de su coche según se trate de entrenamientos o de carrera. Y en Miami esta circunstancia se evidenció más que nunca
El Gran Premio de Miami no fue una carrera sencilla ni para Carlos Sainz, ni para Ferrari. La ilusión de verse con potencial para conseguir el primer podio de la temporada se tornó en una enorme decepción al no poder acabar más arriba de la quinta plaza. El madrileño pasó de inquietar a Fernando Alonso en la lucha por la tercera plaza a ser incapaz de defender su posición ante el empuje del Mercedes de George Russell. Pero no era por un problema de pilotaje de Carlos, pues su compañero de equipo, Charles Leclerc, también sufrió la misma suerte. Lewis Hamilton, al igual que Russell, partían con mucha desventaja respecto a los Ferrari, pero los Mercedes acabaron siendo los cazadores ante el deterioro de los neumáticos de la Scuderia.
"Me he sentido muy bien con los medios y me ha hecho pensar que el podio era posible, que pasar a Fernando Alonso era posible", explicó Carlos Sainz nada más acabar la carrera: "El primer stint (relevo) ha sido perfecto y he forzado todo lo que he podido. Con el segundo stint nos hemos pegado un tiro en el pie y se ha hecho muy largo, con muchas inconsistencias, pequeñas bloqueadas de frenada y errores que, con el viento que hace, lo puso muy difícil. Luego (después del cambio de neumáticos), hemos empezado a degradar y sobrecalentar las ruedas y demuestra la poca flexibilidad que tenemos con nuestro coche para hacer estrategias diferentes". Y es que, ciertamente, tanto los pilotos como los ingenieros del equipo italiano están desconcertados de las diferencias de degradación tan abismales que hay entre los neumáticos medios y el neumático duro.
Una situación muy frustrante
Era sabido que la velocidad del SF-23 a una vuelta no es trasladable a condiciones de carrera. Es muy distinto conducir un coche ligero con el combustible justo para dar un par de vueltas y los neumáticos nuevos que hacerlo con los depósitos cargados de gasolina y ruedas que acusan el desgaste con el paso de las vueltas. El arte de evitar la degradación de los neumáticos es un factor igual de importante que el conseguir un coche rápido. No es casual, por tanto, que sean Red Bull y Aston Martin los coches que lideran el mundial, porque, además de tener velocidad, crucialmente son los que consiguen castigar menos sus cubiertas durante las carreras. De conseguir solucionar este problema, Ferrari contaría con un coche temible, pero, de momento, no parece que las soluciones vayan a llegar de forma inmediata.
"A la mínima que pruebas algo un poco diferente y te sales del número de vueltas ideal, se te puede hacer muy largo ir con el neumático duro. Sufrimos mucho con la inconsistencia y el sobrecalentamiento", se lamentó Sainz. "Tenemos que seguir probando cosas. Luchamos por la pole el sábado y luego llega el domingo y nos dan la bofetada en carrera con Red Bull en otro planeta, Aston Martin con mejor degradación y los Mercedes que nos meten dos o tres décimas en ritmo de carrera. Creo que, si hubiésemos hecho una estrategia un poco más estándar, haber ido un poco más largos, hubiésemos sufrido menos con la dura, pero hemos intentado ir a por el podio y nos ha costado quizás el cuarto puesto".
A toro pasado, es lógico que Carlos se lamente por no haber intentado una estratégica diferente. Sin embargo, nadie podía esperar una diferencia tan abismal de degradación entre el compuesto medio y el duro. Max Verstappen demostró que la ideal era partir con neumáticos duros, estirar su vida útil lo más posible y poner los neumáticos medios al final de carrera con el coche descargado de combustible. Pero nada indica que la cosa habría salido mejor con idéntica estrategia en Sainz. Al menos, el primer buen relevo de Carlos hasta su parada evitó ser superado en la arrancada y las primeras vueltas por algún piloto, lo que no está nada claro que habría sido el caso de haber partido con neumáticos duros.
Carlos’ message and recap of the #MiamiGP 🇺🇸 pic.twitter.com/cNga9wLwcb
— Scuderia Ferrari (@ScuderiaFerrari) May 8, 2023
Un tren trasero impredecible y traicionero
Si yaí es complicado competir tan pendiente del desgaste de los neumáticos, las reacciones impredecibles del tren trasero del SF-23 hacen todavía más incómodo ir al límite con él. Los problemas sufridos por Charles Leclerc en Miami, donde ni en carrera ni en entrenamientos pudo mostrar su mejor versión, avalan las explicaciones de Carlos Sainz acerca de sus problemas de adaptación. Si solamente uno de los dos pilotos es el que sufre, el problema está en él, pero si les ocurre a los dos, el problema está en el coche. Si el monegasco ha acabado detrás del madrileño en Miami es porque esta carrera han pintado bastos para él, igual que le ocurriera a Carlos en Bakú. Lo positivo para el español es que, en los días malos, Carlos sigue sumando puntos.
Semejante situación en la quinta carrera del campeonato sugiere que las posibilidades para Ferrari de engancharse a la lucha por el título son prácticamente nulas. De todos modos, eso no es óbice para que se trabaje a destajo en Maranello buscando curar la carencias del coche, pensando también en la temporada 2024: "De aquí a Barcelona todavía intentaremos algunas cosas de configuración —explicó Sainz—. En Imola, llegarán otras actualizaciones que deberían ayudarnos. En Barcelona, intentaremos cambiar un poco el coche e ir en otra dirección, para ver si esto nos puede ayudar en el ritmo de carrera".
La lectura optimista del Gran Premio para Carlos Sainz, aparte de haber podido superar a su compañero de equipo, es haber logrado el mejor resultado que podía lograrse. La sanción de cinco segundos por haber sobrepasado la velocidad de entrada del pit-lane no tuvo consecuencias no afectó al quinto puesto final. El piloto español tenía sobre Pierre Gasly primero y luego Lewis Hamilton un colchón suficiente como para no ser inquietado. Un error que el piloto español reconoció, pero que indicaba su motivación para intentar ese podio posible al principio de carrera. Por ese sueño tornado en pesadilla dolió tanto la bofetada del domingo en Miami después de la euforia del sábado.
El Gran Premio de Miami no fue una carrera sencilla ni para Carlos Sainz, ni para Ferrari. La ilusión de verse con potencial para conseguir el primer podio de la temporada se tornó en una enorme decepción al no poder acabar más arriba de la quinta plaza. El madrileño pasó de inquietar a Fernando Alonso en la lucha por la tercera plaza a ser incapaz de defender su posición ante el empuje del Mercedes de George Russell. Pero no era por un problema de pilotaje de Carlos, pues su compañero de equipo, Charles Leclerc, también sufrió la misma suerte. Lewis Hamilton, al igual que Russell, partían con mucha desventaja respecto a los Ferrari, pero los Mercedes acabaron siendo los cazadores ante el deterioro de los neumáticos de la Scuderia.
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