Andreas Seidl o el efecto dominó que puede llevar a Mattia Binotto con Porsche y Williams

El día de ayer fue uno de esos típicos donde el mar se despierta en calma después de muchos días de tranquilidad y, de repente, en apenas unos minutos se organiza un maremoto como hacía tiempo que no se veía. La jornada comenzó con el anuncio del cese simultáneo de Jost Capito y Xavier Demaison como jefe y director técnico de Williams respectivamente. El hecho de que no se anunciara con efecto inmediato quienes iban a ser los sustitutos, daba que pensar en algún movimiento importante por parte de Dorilton Capital, el fondo de inversión propietario en la actualidad de la mítica escudería británica. Especialmente cuando comenzó la traca de anuncios en Ferrari, Sauber y McLaren

La noticia, no demasiado relevante de Williams, empezó a unirse con sucesivas noticias que iban llegando de otros equipos y nos llevaba a preguntar que iba a ocurrir con este juego de las sillas, donde tres nombres clave se han quedado aun sin unirse cuando ha dejado de sonar la música: Porsche, Mattia Binotto y Williams. No hay especulación. Tan sólo una simple constatación de hechos a la vista de todos, que el tiempo nos dirá si estaban sus destinos estaban dirigidos a encontrarse. La noticia de la confirmación de Frederic Vasseur como nuevo jefe de Ferrari no por esperada, dejaba de ser la clave que activara el efecto dominó que vino posteriormente.

Inmediatamente después de que Vasseur dejara vacante su puesto de jefe de Sauber, el equipo suizo, ahora en la órbita de Audi, anunciaba el fichaje para sustituirle de Andreas Seidl procedente de McLaren. Los británicos a su vez movían ficha y promocionaban a Andrea Stella como nuevo director general del equipo. Sólo quedaban por llegar en los nombres de un jefe de equipo y un director técnico en Williams. Pero ayer no llegaron esos nombres y, casualidad, (o no) son justo los roles que Mattia Binotto desempeñaba en Ferrari.

La cuestión es que Porsche, después de que fracasara la opción de fusión/absorción con Red Bull, ha confirmado que sigue interesada en entrar en la Fórmula 1. Como opciones realistas, sólo quedan las de Williams y de Alpine, que ha manifestado que estaría dispuesto incluso a vender el equipo en su totalidad. Existe un factor importante a tener en cuenta y es que Porsche se va a fabricar en principio su propio motor en Alemania, pero todo lo que concierne al apartado chasis y equipo de competición estará externalizado. En el caso de Alpine, por razones obvias de motorización, tendría que comprar obligatoriamente la sede de Enstone del equipo, mientras que con Williams podría en principio hacer una simple asociación.

Momento de decidir

El dilema, sin embargo, al que se enfrenta Dorilton Capital, es que como cualquier fondo de inversión, su permanencia en un proyecto es limitada. Su objetivo es aumentar en lo posible el valor del activo y poner el lacito de ‘se vende’ en el momento donde el mercado esté más caliente. Se acabe vendiendo el equipo a Porsche, a los Andretti, o incluso a Honda, que acaba de mostrar su interés en estar como motorista a partir de 2026, la cuestión, es que Williams necesita dar un salto de calidad y dejar de ser el farolillo rojo de la parrilla. De una forma o de otra, sería bueno que en Dorilton no se pasaran de listos, porque las grandes operaciones se van a cocer ahora. Si quieres ser competitivo en 2026, las decisiones clave deben tomarse de aquí a marzo de 2023

En este sentido, deben interpretarse por ejemplo, los acertados pasos que va dando Audi, la hermana rival de Porsche dentro del grupo Volkswagen. Después de formalizar primero el acuerdo de asociación con Sauber, ahora ficha a la persona que va a ser el verdadero líder del proyecto: Andreas Seidl. El ingeniero alemán viene avalado por un buen trabajo en McLaren, pero de forma crucial con muchos éxitos a sus espaldas trabajando para Porsche. Un gol por toda la escuadra de Audi para sus rivales familiares y un acierto total, porque lo importante no son los resultados que vaya a ofrecer Sauber bajo su batuta estas próximas tres temporadas, sino lo que viene después. La marca de los cuatro aros desde ya tiene la garantía de contar con una persona que conoce absolutamente todos los detalles para construir un proyecto ganador. Y encima germano parlante, que para todo aquel que haya trabajado con compañías alemanas, sabe hasta que punto cuenta ese detalle.

Todos se van colocando

En McLaren no está el horno para bollos de grandes dispendios en fichajes y tras la salida de Seidl, la promoción interna de Andrea Stella, es la mejor solución de las posibles. Más allá de que financiera y motivacionalmente sea muy conveniente para la organización, Stella es un profesional de enorme valía. Desde que el ingeniero italiano llegara a McLaren en 2015 de la mano de Fernando Alonso, ha ido demostrando enorme competencia en los nuevos retos que le iba poniendo el equipo de Woking. Otro ejemplo de cómo Ferrari deja escapar a menudo a sus mejores talentos. El reto de Stella será mantener a McLaren lo suficientemente competitiva, con el objetivo de seducir lo suficiente a motoristas como Honda o incluso Ford que también parece estar pensando regresar a la Fórmula 1.

Porsche, sin embargo, muy difícilmente puede considerar a McLaren una opción, porque a día de hoy, es una marca rival en los superdeportivos de calle. Por eso, una alternativa como Williams sigue siendo la más razonable para su desembarco en Fórmula 1. Sin embargo, la gran carencia de Porsche a día de hoy es que a diferencia de Audi, aparte de carecer de un equipo ya definido, carece también de esa persona que conoce al dedillo los resortes necesarios para hacer un equipo campeón. El reto de hacer un motor ganador de Fórmula 1, es intimidante incluso para una empresa del poderío tecnológico de la marca de Stuttgart. Mattia Binotto no olvidemos que su área de expertos en la ingeniería son precisamente los motores y ha logrado que los propulsores de Ferrari sean tan competitivos como el que más.

Es difícil saber si este tridente Binotto-Porsche-Williams llegará a producirse, pero lo que está claro que al menos para los dos primeros, el tiempo para decidirse empieza a apremiar.