El extraño mensaje de Hamilton a su equipo: "Me habéis puesto en una situación muy difícil"

Lewis Hamilton se encuentra en una de las situaciones más comprometidas desde que llegara a la Fórmula 1. El piloto británico, siete veces campeón del mundo, es un deportista acostumbrado al éxito, la victoria y los focos, algo que esta temporada se le está resistiendo. Mercedes está demostrando que su monoplaza está varios pasos por detrás de los mejores de la parrilla, especialmente de Ferrari, y muy alejado de su tradicional superioridad durante los últimos años. Y esa situación empieza a incomodar seriamente al piloto británico.

Faltaban un par de vueltas para el término del Gran Premio Australia cuando, de repente, llegó un extraño mensaje de radio de Hamilton a su equipo: "Chicos, me habéis puesto en una posición realmente difícil", decía escuetamente. ¿A qué se refería Hamilton? Esa simple comunicación generaba más dudas que las certezas que arrojaba y las especulaciones sobre lo que el piloto intentó decir en plena carrera se dispararon, especialmente porque en ese momento se encontraba realmente cerca de su compañero equipo, George Russell.

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Javier Rubio

¿Era una queja por la incapacidad del W13 para competir contra otros monoplazas más veloces, como es el caso de Ferrari? ¿Era una protesta por la estrategia o los reglajes de los dos monoplazas? ¿Era una súplica velada para pedir a Mercedes que le dejara adelantar a Russell? ¿O era, simplemente, la manera de expresar su malestar en voz alta por verse alejado del podio? Se trataban de unas palabras sin más contexto que el vacío de la radio que nadie era capaz de explicar.

Esta situación provocó que, nada más acabar la carrera, Hamilton tuviera que explicar ante los medios de comunicación qué es lo que había tratado de decir y por qué lo había dicho de esa manera. En realidad, el británico quito hierro al asunto y aseguró que simplemente era una respuesta a sus ingenieros por una situación de carrera que le habían transmitido y que le impedía ser competitivo sobre la pista y, por ende, tratar de mejorar posiciones en Melbourne para soñar con seguir luchando por el Mundial.

"Básicamente, era una respuesta a la petición de mi box de reducir el ritmo. Mi coche se estaba sobrecalentando por no tener aire limpio al ir muy cerca de Russell y, esa situación, me llevó a tener que levantar el pie y no poder competir por la posición", explicaba Hamilton con mucha tranquilidad. Pero, a buen entendedor, pocas palabras bastan y no hay que ser demasiado suspicaz ni un conspiranoico para darse cuenta de que los gestos de Hamilton escondían algo más que la frustración de no poder aumentar su ritmo en pista.

El piloto británico sabe que está a solo a un Mundial de convertirse en el piloto más laureado de la historia, superando a la leyenda de Michael Schumacher. El año pasado lo rozó con la punta de los dedos y fue a escasos kilómetros del fin del campeonato cuando Max Verstappen le adelantó y le 'robó' un entorchado que casi tenía ganado. De hecho, esta situación generó que el propio Hamilton especulase con la posibilidad de retirarse de manera inmediata y de no volver a competir en Fórmula 1.

Tras tomarse unos meses sabáticos, analizar la situación y valorar qué hacer en 2022 -o quién sabe si ya lo tenía claro mucho antes-, Hamilton decidió que tenía que volver a las pistas en busca de su añorado octavo Mundial… pero, de momento, no ha comenzado con buen pie. Hamilton matizó que sus palabras estaban expresamente dirigidas a una situación de carrera, pero cierto es que la interpretación puede ir más allá. No en vano, Mercedes, la escudería que ha dominado los últimos años la Fórmula 1 con mano de hierro, no encuentra su mejor estado de forma. Y Hamilton sabe que es condición indispensable para poder levantar otro título.