Las difíciles circunstancias para Carlos Sainz y Fernando Alonso en un día nada normal

Los pilotos de Fórmula 1 son gente especial por su capacidad de abstraerse de cualquier influencia negativa externa y llevar siempre sus coches al límite. Mentalmente hablando, para un piloto en pista no era la mejor de las situaciones saber que apenas a veinte kilómetros han lanzado un misil a las instalaciones del patrocinador principal de la prueba en un ataque terrorista.

E Ir al límite es un comentario absolutamente literal, porque tanto Carlos Sainz como Charles Leclerc tuvieron en distintos momentos de la segunda sesión de entrenamientos libres sendos roces contra los muros del circuito. El golpe del monegasco fue lo suficientemente fuerte como para terminar su sesión a falta de veinte minutos de ser concluida. Firmando el mejor registro de la sesión dejaba claro que iba conduciendo sin margen de seguridad alguno. Sainz acabó en tercer lugar, apenas dos décimas detrás de su compañero de equipo y de Max Verstappen, por lo que cabe preguntarse por el motivo de dar tanta importancia a la sesión de clasificación en detrimento de evaluar el rendimiento de coche y neumáticos para la carrera. Porque Sainz tampoco pudo completar la segunda sesión.

Ferrari, el equipo más sólido

Ferrari fue el más sólido de todos los equipos. Pero aunque sus pilotos mostraron siempre mucha velocidad, fueron los que menos vueltas dieron. Quizás planeaban hacer los recorridos largos al final de la sesión y no pudo hacerse por el golpe de Leclerc, pero sorprende porque suele hacerse al revés: primero la evaluación de carrera con cargas de gasolina y distintos compuestos de neumático y en los momentos finales de la sesión ir a buscar las vueltas ‘cañón’.

Puede ser un indicativo de lo crucial que es obtener la ‘pole position’ en este circuito y que bajo ningún concepto Max Verstappen supere a los Ferrari. En teoría, aunque estemos en un circuito semiurbano, hay rectas, espacio y velocidad suficientes como para que los adelantamientos no se conviertan en una quimera, como en Mónaco por ejemplo. Sin embargo, en Ferrari no deben de tenerlas todas consigo y de ahí la obsesión por las vueltas rápidas.

Pero ha vuelto a quedar claro que esta pista sigue mordiendo y con mucha fiereza a pesar de las modificaciones de seguridad como pudo verse en la categoría telonera de Fórmula 2. Dos décimas de retraso de Sainz respecto a Leclerc no es nada que el sábado en clasificación no se pueda recortar. Los tiempos del español se lograron con medios, por los blandos de su compañero. El madrileño, por tanto, cuenta con todas las opciones para anotarse la primera ‘pole’ del año. Pero será necesario que en los libres tres se puedan solucionar problemas que quedaron pendientes, como el fatídico efecto rebote’ que en algunos momentos volvió a aparecer.

Un viernes 'tranquilo' para Alpine

En lo que respecta a los Alpìne, el día empezó torcido con el cambio de motor en el coche de Fernando Alonso. Dado que es el primero que se realiza en la temporada, no conlleva sanción alguna, pero crea cierta inquietud la sustitución apenas recién comenzada la temporada. Según el comunicado oficial, se trataba de una medida de precaución ante unos problemas con las juntas o los retenes del coche. No parece grave y el motor es totalmente recuperable, aunque sin conocer todos los datos indica a priori poca atención al detalle, otro a sumar a una larga lista de fallos que denotan falta de 'rigor alemán’ en el equipo francés.

En lo que respecta al programa de Alpine se centró en la evaluación del funcionamiento de los distintos tipos de neumáticos, no buscando como Ferrari la última gota de competitividad de los coches. Se pudo apreciar que los problemas de degradación de los delanteros que tanto hicieron sufrir en Bahrein, aquí volvieron a repetirse. Sin embargo, la información ahora sí que habrá resultado de gran utilidad. Al Alpine le falta carga aerodinámica, pero salvo este problema de degradación de las ruedas no parece un coche errores conceptuales graves. Esteban Ocon acabó octava posición, mientras que Fernando Alonso era undécima posición, a ocho décimas del mejor registro de Charles Leclerc.

Alonso mostraba satisfacción al acabar la jornada: "Tenemos más prestaciones en el coche de las que mostramos hoy, así que eso es alentador para la clasificación, -explicó el piloto asturiano-. Yeda es un circuito muy desafiante para clasificar con velocidades muy altas y mucha adrenalina. Los coches se adaptaron bien a esta pista y no los vi muy diferentes respecto al año pasado. Quizá también esta nueva generación de coches se adapte mejor a esta pista que lo hacían en Bahrein".

El viernes acabó con una larga discusión hasta la madrugada, primero entre los pilotos y luego con la organización sobre la conveniencia de celebrar o no el gran premio. No era el mejor escenario para descansar después de una dura jornada de trabajo. Pero si finalmente el sábado y el domingo todo sigue su curso normal, hay que reconocerles a los pilotos el mérito de salir a jugarse el pellejo ( en Yeda no es una frase hecha) en un entorno tan adverso.