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Carlos Sainz, en modo 'tirachinas' y con la metralleta para brillar en Estambul
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LABOR DE EQUIPO EN FERRARI

Carlos Sainz, en modo 'tirachinas' y con la metralleta para brillar en Estambul

El español, que partía último tras su cambio de motor, no solo ayudó a Leclerl, sino que se permitió firmar la remontada del día para ser nombrado el mejor piloto de la carrera

Foto: Sainz, dándole rebufo a Leclerc. (Reuters)
Sainz, dándole rebufo a Leclerc. (Reuters)

Desde que llegó a Istambul Park, Carlos Sainz sabía que este Gran Premio iba a ser diferente: haría falta un enfoque distinto al habitual por culpa de la penalización que supone sustituir la unidad de potencia. Por ello, la lógica decía que era obligado olvidarse de la ambición personal para pensar en ayudar lo máximo posible al equipo en una prueba donde se percibía una oportunidad muy clara de sacar ventaja a McLaren. El equipo británico es menos competitivo en trazados sinuosos como el circuito turco y, por tanto, Ferrari debía sí o sí sacar una buena renta al equipo inglés. Pero Sainz tenía un plan: ¿por qué no ayudar al equipo y buscar una gran remontada?

El cuarto mejor tiempo en la sesión clasificatoria, realizado por Charles Leclerc, el compañero de Sainz en la 'Scuderia', era engañoso, pues se logró con una configuración de baja carga aerodinámica, que es la ideal cuando la pista está totalmente seca, pero no es la más recomendable cuando la pista aún está húmeda. Cuando se disputaron la Q1 y la Q2 -las sesiones donde se producen sucesivos cortes que van eliminando pilotos hasta los diez mejores que quedan en la Q3-, la pista tenía mucho agua y el monegasco reconocía que, sin la ayuda de Carlos Sainz, hubiera tenido muy difícil progresar hasta la sesión final.

placeholder La colaboración de Sainz con su compañero de equipo Leclerc fue clave. (EFE)
La colaboración de Sainz con su compañero de equipo Leclerc fue clave. (EFE)

Ferrari tenía una idea perfectamente trazada en clasificación para Leclerl, arriesgando con una configuración aerodinámica de seco y que el rebufo de Sainz compensara las décimas que pudieran perderse en las zonas más mojadas del asfalto. Esta táctica de equipo es muy habitual en la Nascar y la utilizan los equipos para clasificar mejor, dando los rebufos en los momentos clave. La técnica se conoce como el 'tirachinas' (slingshot) y requiere de una coordinación muy especial, pues hay que hacerla en un espacio muy concreto de la pista y ni más rápido ni más lento de lo preciso. Parece fácil visto desde fuera, pero realmente no lo es. Ferrari se fió mucho de la pericia de sus pilotos y su apuesta salió bien.

Carlos Sainz estaba contento de haber podido ayudar a su compañero de equipo, aunque con el lógico resquemor de no haber podido pelear por un buen resultado en un circuito donde tanto él como su Ferrari parecen adaptarse muy bien: "Fue una pena -comentó el piloto español- que no estuviéramos peleando por lograr una vuelta rápida, especialmente viendo el rendimiento del coche en condiciones secas. Siempre es difícil tomar una decisión así (penalizar por cambio de motor), pero mirando el panorama general había que hacerlo ahora para tener un mejor motor para el resto de la temporada".

Teniendo en cuenta que la vida útil del compuesto blando es cortísima, jugársela con los medios era obligado para Ferrari. Sin embargo, esta circunstancia comprimía de forma extraordinaria la competitividad relativa de todos los coches y de ahí lo crucial que fue la ayuda del madrileño a su compañero Charles Leclerc. Pero Carlos Sainz no se mostraba contento solo con ayudar a su compañero, sino que tenía muchas esperanzas puestas en la carrera... y así lo demostró. Voló en pista para conseguir la gran remontada de la temporada: partiendo desde la última fila, acabó octavo en toda una lección de pilotaje.

Sainz creía en la remontada

"El ritmo durante todo el fin de semana ha sido alentador, así que estamos listos para progresar tanto como sea posible", explicaba Sainz antes de la carrera. Salía desde la última línea y su increíble pilotaje en el trazado mojado de Estambul le permitió acabar la carrera en octava posición, marcando vuelta rápida tras vuelta rápida -solo superado por Valteri Bottas en los dos últimos giros- para ser nombrado piloto del día. Una impresionante actuación que nos deja una duda: ¿qué hubiera pasado de haber podido calificar en mejor posición? Una lástima para el madrileño.

La mejora de Ferrari es evidente con esta nueva unidad de potencia. Aunque el coche a nivel de chasis y aerodinámica sigue siendo el mismo, el propio Carlos reconocía que, comparativamente, sí que nota un plus en su coche con las mejoras en la parte propulsora. Poco a poco, los coches de Maranello se van acercando cada vez más en rendimiento a los Red Bull y Mercedes en todo tipo de circuitos y no sólo en los de mucha carga aerodinámica, que era donde habitualmente se mostraban más fuertes. Sin embargo, junto a las imprescindibles mejoras en la unidad de potencia, Ferrari debe de resolver su talón de aquiles del desgaste excesivo de los neumáticos. A pesar de ello, Carlos supo gestionar sus cubiertas progresando desde el fondo de la parrilla para lograr un más que meritorio octavo puesto.

Desde que llegó a Istambul Park, Carlos Sainz sabía que este Gran Premio iba a ser diferente: haría falta un enfoque distinto al habitual por culpa de la penalización que supone sustituir la unidad de potencia. Por ello, la lógica decía que era obligado olvidarse de la ambición personal para pensar en ayudar lo máximo posible al equipo en una prueba donde se percibía una oportunidad muy clara de sacar ventaja a McLaren. El equipo británico es menos competitivo en trazados sinuosos como el circuito turco y, por tanto, Ferrari debía sí o sí sacar una buena renta al equipo inglés. Pero Sainz tenía un plan: ¿por qué no ayudar al equipo y buscar una gran remontada?

Fórmula 1 Charles Leclerc
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