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Fernando Alonso, o cuando las palmeras de Bahrein no te dejan ver el bosque de Imola
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DECIMOQUINTO EN EL Q2

Fernando Alonso, o cuando las palmeras de Bahrein no te dejan ver el bosque de Imola

El resultado de los entrenamientos confirma que el retorno de Fernando Alonso a la Fórmula 1 aún va a requerir un tiempo de adaptación, como el propio piloto ha repetido en las últimas fechas

Foto: Fernando Alonso confirmó en los clasificatorios sus avisos de que aún necesita cuatro o cinco carreras para estar a tope
Fernando Alonso confirmó en los clasificatorios sus avisos de que aún necesita cuatro o cinco carreras para estar a tope

Fernando Alonso no tuvo un buen día en la clasificación de Imola. Faltó confianza en un circuito donde ésta resulta clave. Su extraordinaria demostración en Bahrein, donde fue capaz de colocar su Alpine entre los diez elegidos de la clasificación provocó cierta euforia. Todo indicaba que el campeón español estaba en el mismo punto o mejor que donde lo dejó en 2017. La sesión de clasificación en Imola ha parado en seco esta euforia con un pequeño jarro de agua fría, aunque esto tenga también una cierta lectura positiva.

Una decimoquinta posición y último de los pilotos que participaron en la Q2 no era el resultado esperado por los aficionados españoles, ni por supuesto el propio Fernando. No olvidemos que desde Malasia 2017, nadie le había batido en clasificación y nunca había arrancado en una posición tan retrasada en Imola desde sus inicios en Fórmula 1 con Minardi hace ya 20 años.

El asturiano reconoció abiertamente que hicieron cambios mínimos en el coche desde los libres a la sesión clasificatoria y que la principal razón de su falta de competitividad fue la falta de confianza de la que aún carece en su proceso de volver a estar al 100%, en su pilotaje de vuelta a la Fórmula 1. Que su compañero Esteban Ocon lograra poner el otro Alpine en una meritoria octava plaza indicaba que había coche para más. En sus declaraciones posteriores no quiso buscar ninguna excusa: "El coche lo sentía bien en clasificación y lo sentía bien en la última sesión de líderes, luego supongo que es más una cuestión mía. Cuando estás hablando que dos o tres décimas, puede suponer la diferencia de estar cinco o seis puestos arriba o abajo, hace que no estés completamente seguro, pero supongo que la realidad es que necesito mejorar’.

Afrontar la realidad

Resulta inevitable que unos años alejado de cualquier competición cobren su peaje, especialmente en una temporada de igualdad inusitada, quizás nunca vista desde tan lejos como a mediados de los años 70. En un deporte donde los pequeños detalles marcan enormes diferencias, la sesión clasificatoria de Imola se desarrolló con toda su crudeza, en la que sólo servía rozar la perfección, como se comprobó incluso con los mejores clasificados. Las declaraciones de Alonso después de la sesión clasificatoria no dejaban lugar a dudas, pues con una franqueza excepcional asumía el monumental reto que todavía tiene por delante: "Necesito entender mejor donde estaba el límite del coche y eso cuesta más en las pistas difíciles. En circuitos exigentes de la vieja escuela como este, necesitas tener confianza absoluta con el coche. Quizá no esté todavía a ese nivel, trataré de mejorar para la próxima".

Por otro lado, se estaba cometiendo un grave error subestimando la capacidad de Esteban Ocon. El francés tuvo bastantes infortunios en Bahrein y, por ello, fue imposible hacer una evaluación precisa de su rendimiento. Por ejemplo, es uno de los contados pilotos que ha puesto firme en muchas ocasiones al propio Max verstappen cuando competían en categorías inferiores. Otro ejemplo de su enorme calidad se vivió hace tres años equipo con Checo Pérez, una de las sensaciones en la sesión clasificatoria de Imola con su segunda plaza. Aquella temporada el francés y el mexicano lucharon absolutamente de poder a poder, así que mucho ojo con el compañero Fernando Alonso este año en Alpine F1. De hecho, en 2020 se extrajo la conclusión engañosa que Daniel Ricciardo fue muy superior a Ocon, pero en la segunda mitad del año cuando el francés contaba ya con mucha más experiencia tras un año de ausencia, empezó a encadenar a resultados de mucho mérito batir con cierta frecuencia a su muy valorado compañero de equipo.

Sensaciones encontradas

Pero Alonso no quiso caer en el desánimo para repetir más mensajes de su personal autoconfianza: "Igual que en Bahrein salieron muy bien las cosas el sábado y se torcieron el domingo, esperemos que aquí pase justo al contrario y que, ya que ha salido mal las cosas hoy, mañana se revierta la situación. Los puntos se juegan en la carrera así que vamos a ver cómo lo hacemos ahí"

Esas sensaciones encontradas tuvieron un eco parecido en las palabras de Marcin Budkowski, contento por un lado por las prestaciones de Ocon, lo que confirmaba que las mejoras incorporadas al A521iban a en la buena dirección. Por otro, el voto de confianza ante la relativa decepción de la posición de Alonso: "A Fernando las cosas hoy no le salieron como nos hubiera gustado, analizaremos todo y veremos dónde podemos mejorar. Estamos ansiosos para la carrera mañana, pues además hay muchas posibilidades de lluvia, por lo que estaremos listos para aprovechar cualquier oportunidad". En definitiva, baño de realidad que pone la sesión clasificatoria de Imola en toda su perspectiva y, sobre todo, que tras los árboles de Bahrein, no cunda el desánimo del bosque de Imola.

Fernando Alonso no tuvo un buen día en la clasificación de Imola. Faltó confianza en un circuito donde ésta resulta clave. Su extraordinaria demostración en Bahrein, donde fue capaz de colocar su Alpine entre los diez elegidos de la clasificación provocó cierta euforia. Todo indicaba que el campeón español estaba en el mismo punto o mejor que donde lo dejó en 2017. La sesión de clasificación en Imola ha parado en seco esta euforia con un pequeño jarro de agua fría, aunque esto tenga también una cierta lectura positiva.

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