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Un Ferrari de 32 millones de euros, la joya que no vio Enzo Ferrari
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RÉCORD EN LA SUBASTA DE UN COCHE DE CARRERAS

Un Ferrari de 32 millones de euros, la joya que no vio Enzo Ferrari

La subasta por el Ferrari 335S Spider Scaglietti de 1957, realizada este domingo en el salón Retromóbile de París, ha supuesto un récord y una vista atrás de los orígenes de las carreras

Foto: El Ferrari 335S expuesto en París.
El Ferrari 335S expuesto en París.

“Sea una obra de arte o la reina de la velocidad, este automóvil representa la quintaesencia de la perfección: belleza, éxitos en competición, historia y autenticidad”. Matthieu Lamoure, director general de la casa de subasta Artcurial Motorcars, recopiló esos términos para tratar de explicar cómo alguien es capaz de pagar 32 millones de euros por un vehículo. La subasta por el Ferrari 335S Spider Scaglietti de 1957, realizada este domingo en el salón Retromóbile de París, ha supuesto un récord y una vista atrás de los orígenes de las carreras de coches, incluyendo las de España. Además, ha puesto de manifiesto quizás uno de los puntos que se le escapó a Enzo Ferrari durante sus inicios de reinado empresarial: que fabricaba joyas de coleccionismo, no sólo coches.

Lamentablemente, a bordo de uno de los cuatro modelos que se fabricaron de Ferrari perdió la vida el primer piloto español de Fórmula 1. Alfonso de Portago, de 28 años, marchaba tercero y estaba a unos treinta kilómetros de la meta de la Mille Miglia, a una velocidad de casi 230 kilómetros por hora en la recta de Giudizzolo, cuando el neumático delantero izquierdo reventó. El coche salió por los aires y De Portago murió en el acto junto a su copiloto Edmund Nelson y catorce espectadores, cinco de ellos niños. Tras 24 ediciones, aquella de 1957 fue la última Mille Miglia como consecuencia de este trágico accidente.

Hasta 300 km/h y sin cinturón de seguridad

De Portago fue uno de los que exprimió la obra de arte sobre cuatro ruedas más cara del mundo. También lo hicieron otros como Peter Collins, Trintignant, Wolfgang von Trips, Hawthorn, Luigi Musso, Masten Gregory y Stirling Moss (cuatro veces subcampeón de F1). En sus manos pudieron sentir el motor V12 de 3.8 litros y de 360 CV, que luego aumentó su cilindrada a 4.1 litros para poder alcanzar los 300 km/h.

Entre los logros más importantes del Ferrari 335S Spider Scaglietti, destaca el segundo puesto en la mencionada Mille Miglia (el coche pilotado por Wolfgang von Trips), el también segundo lugar en las 24 Horas de Le Mans de 1957 (vuelta rápida de aquella prueba, por primera vez se bajó de los 4 minutos), el doblete en el GP de Venezuela de ese mismo año -que contribuyó para ganar el Mundial de Constructores- o el GP de Cuba de 1958, además de otras participaciones como en las 12 Horas de Sebring, donde debutó como 'racer'.

Después de repasar parte de su palmarés, el nuevo dueño (no se ha hecho público su nombre) de este Ferrari deberá dar gas en un circuito para disfrutar de sus bondades en su hábitat natural. De hecho es el único asfalto que puede pisar porque no tiene permiso para circular por una carretera normal.

“Ferrari no tenía sentimiento para estos coches”

Hace más de medio siglo, difícilmente se podía prever que un vehículo construido solo para correr por circuitos pudiera significar una “obra de arte” cuyo valor alcanzaría una cifra tan elevada como estos 32 millones de euros, récord para un coche de carreras. Quizás este punto fuese uno de los pocos que se le escapó al visionario Enzo Ferrari con miras al futuro. “Es uno de los mejores coches de carrera de Ferrari, no el mejor pero sí uno con mucho pedigrí, como muchos de los coches de carreras que fueron destruidos. En aquella época, Ferrari no tenía un sentimiento para este tipo de coches de carreras y al final de la temporada, cuando ya no eran competitivos, se consideraban obsoletos y podrían simplemente ser aplastados. Eso hace que sea aún más sorprendente que este modelo sobreviviera”, explica Paul Hudson, especialista de Motor en el 'Telegraph' inglés.

El vehículo, desde 1976, había estado en posesión de un coleccionista privado francés y ya por aquel entonces se podía intuir que su valor podía incrementarse con el paso del tiempo. Enzo Ferrari fue muy puro en sus inicios y sólo estaba dispuesto a vender sus coches a quien se lo colocara en un circuito de carreras. A partir de 1960, Ferrari comenzaría a comercializar coches para clientes que no querían competir, naciendo la idea del Gran Turismo. Este concepto lo llevó a su máxima expresión el expresidente Luca di Montezemolo, cuando consiguió “vender sueños” pero sólo a un abanico exclusivo de clientes. En la actualidad vuelve a transformarse la filosofía de Ferrari por deseo de Sergio Marchionne, actual mandamás, quien está abriendo el mercado en busca de competir con los rivales… en número de ventas globales. Ninguno de los coches que ahora se vendan alcanzará el valor sentimental y económico del Ferrari 335S Spider Scaglietti, uno de los pocos Cavallinos Rampantes 'pura sangre' que siguen vivos.

“Sea una obra de arte o la reina de la velocidad, este automóvil representa la quintaesencia de la perfección: belleza, éxitos en competición, historia y autenticidad”. Matthieu Lamoure, director general de la casa de subasta Artcurial Motorcars, recopiló esos términos para tratar de explicar cómo alguien es capaz de pagar 32 millones de euros por un vehículo. La subasta por el Ferrari 335S Spider Scaglietti de 1957, realizada este domingo en el salón Retromóbile de París, ha supuesto un récord y una vista atrás de los orígenes de las carreras de coches, incluyendo las de España. Además, ha puesto de manifiesto quizás uno de los puntos que se le escapó a Enzo Ferrari durante sus inicios de reinado empresarial: que fabricaba joyas de coleccionismo, no sólo coches.

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