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Las declaraciones de amor de Alonso por Ferrari fueron insuficientes para Marchionne
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VETTEL, "MÁS FERRARISTA QUE ALONSO"

Las declaraciones de amor de Alonso por Ferrari fueron insuficientes para Marchionne

El presidente de la Scuderia manifestó una opinión estableciendo una comparación entre la salida del asturiano y la llegada del alemán Sebastian Vettel. Se ve a la legua quién le cae mejor

Foto: Fernando Alonso en su último gran premio con el rojo en su camiseta.
Fernando Alonso en su último gran premio con el rojo en su camiseta.

“Debo decir que Alonso, en su salida, no fue tan ferrarista como lo ha sido Vettel en el inicio de este año”. Sergio Marchionne, en una comida navideña con medios italianos, ha proclamado un 'vencedor' en la extraña comparación de quién siente más el Cavallino Rampante, si el español o su sucesor. Después de una etapa compuesta de cinco años en los que Alonso ha admitido un aprendizaje en acumular “paciencia”, en los que ha llorado -y ha hecho llorar- y en los que ha reconocido cierta “frustración” por no haber levantado ningún título vestido de rojo, el presidente de Ferrari ha realizado una valoración que no le deja en un buen lugar.

¿Cómo se mide el nivel de un ferrarista, según Marchionne? “Ferrari pierde un piloto pero gana un 'tifoso'. Tengo que agradecer que hayan respetado mi decisión de irme porque podrían haber dicho no”, indicó el asturiano cuando dejó el equipo de Maranello hace un año. En la última carrera hubo gestos cariñosos, reuniones de agradecimiento y la aseveración de que dejaba “amigos” en el que había sido su box durante el último lustro.

Para poner en contexto el 'menor' entusiasmo ferrarista de Alonso en comparación con el de Vettel, hay que recordar cómo fueron los inicios, algo de lo que el asturiano se acordó cuando hace un año meditó su salida: “Pero cómo me puedes decir esto Marco, llevo dos en Renault esperando para venir a Ferrari y otros cinco aquí... Algo habrá que hacer”. Fueron sus palabras cuando escuchó en boca de Mattiacci que no se ganaría en un par de años. Alonso tenía ofertas de otros equipos en 2007, como Red Bull, pero apostó por Ferrari aun sabiendo que debía estar dos años en el dique seco con la marca del rombo.

“Fue como una señal del destino”

Esos dos años de espera terminó y el primer encuentro -la primera carrera- fue inmejorable con una histórica victoria en Bahrein. Aquel 2010, con el segundo coche de la parrilla, terminaría echando lágrimas al perder el mundial en la última carrera con un error estratégico de Ferrari. Ahogó sus penas sin explotarlas sobre el equipo y, de hecho, declaró al término de 2010 que había sido su mejor año en Fórmula 1 por el mero hecho de correr para Ferrari... "porque siendo piloto de Ferrari me levanto cada mañana con una sonrisa en la boca".

De esas lágrimas pasó a un duro año en 2011 en el que logró un único triunfo en el sesenta aniversario de la primera victoria de la 'Scuderia'. “La victoria de Alonso en este trazado en 2011 fue una de las más grandes de mi carrera. Fue una carrera especial porque estábamos teniendo una temporada complicada y ganar justo cuando celebrábamos el sexagésimo aniversario de la primera victoria de Ferrari en Fórmula 1 fue como una señal del destino. Creo que ese domingo en concreto se ganó un sitio en la historia de este deporte”, afirmó Stefano Domenicali. Unas horas antes de cruzar la línea de meta en primer lugar se había montado en el Ferrari 375 F1 de la temporada 1951 de Froilán González.

Ese místico triunfo fue el último hasta otro apoteósico en el GP de Malasia de 2012, cuando hizo llorar al ingeniero Andrea Stella por la manera en haber logrado el triunfo: “Es una de las más, más hermosas (victorias), estamos muy orgullosos de ti y del equipo”. Ese mismo año en Valencia, en una de sus carreras más épicas, llevó su Ferrari de la undécima plaza desde la que partió a la primera y su reacción fue la de ondear una bandera española y, a continuación, señalar otra de Ferrari. Volvió a llorar por ganar en casa y “vestido de rojo”. De hecho, ese triunfo junto al de “Monza en 2010” -vestido de Ferrari-, está entre los favoritos del asturiano. Similar sensación -aunque sin lágrimas- de su último primer puesto con el mono de la 'Scuderia', también en casa, en este caso en Barcelona, en mayo de 2013.

Después llegó el año en blanco de 2014, la llegada de Mattiacci -con el que no congenió- y las palabras de éste asegurando que estarían otro par de años sin ganar nada. Tras el verano de hace un curso, desde el momento en el que sabía que no continuaría en Ferrari, su lengua comenzó a expresar en alguna ocasión la “frustración” que sentía interiormente. Quizás ese fuera un motivo por el que Marchionne no consideraba los suficientemente 'ferrarista' su salida. Algo que parece anecdótico repasando las 'declaraciones de amor' durante su lustro viviendo en Maranello.

“Debo decir que Alonso, en su salida, no fue tan ferrarista como lo ha sido Vettel en el inicio de este año”. Sergio Marchionne, en una comida navideña con medios italianos, ha proclamado un 'vencedor' en la extraña comparación de quién siente más el Cavallino Rampante, si el español o su sucesor. Después de una etapa compuesta de cinco años en los que Alonso ha admitido un aprendizaje en acumular “paciencia”, en los que ha llorado -y ha hecho llorar- y en los que ha reconocido cierta “frustración” por no haber levantado ningún título vestido de rojo, el presidente de Ferrari ha realizado una valoración que no le deja en un buen lugar.

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