Martini estampa una copa en la Fórmula 1: la seducción regresa a los circuitos

Pilotos como Michele Alboreto, Riccardo Patrese, Carlos Reuteman, Jacky Ickx, Carlos Pace, Nicola Larini, Juha Kankkunen, Carlos Sainz, Mario Andretti, Didi Auriol, Colin McRae o Sebastian Loeb, además de ilustres como Bernie Ecclestone, han pegado más de un ‘sorbo’ a un Martini a lo largo de su carrera. Al menos, han conducido y trabajado a su salud. La relación de la marca de bebidas con el mundo de las carreras nació en los 50 con carteles publicitarios y se formalizó en 1968 con la creación de la escudería Martini Racing. En este 2014, como colofón a las celebraciones del 150 aniversario de la empresa, la alfombra roja está preparada para su regreso a la Fórmula 1 de la mano de Williams, Martini Williams.

No es casualidad que Martini sea una de las bebidas que cautivó a James Bond –junto con el vodka, “mezclado, no agitado”-. Su aspecto elegante y seductor, a la par que sofisticado y glamuroso, encajan a la perfección con la imagen que desprende el Agente 007… y también con la de un coche de carreras, sobre todo de un Fórmula 1.

Además de los valores anteriormente señalados, Martini y la F1 comparten escalón en la élite, la atracción, la fascinación… la aspiración. Han logrado que cobre sentido la siguiente pregunta: ¿quién no quiere ser piloto de Fórmula 1? ¿Quién no quiere ser un ‘chico Martini’? Con tantos puntos en común no es de extrañar que Martini Racing lleve en pie más de cuatro décadas.

Seducción y elegancia celeste, azul y rojo

Compartiendo ADN, la compañía de vermú acertó desde el primer momento en plasmar dichos valores seductores y elegantes en un coche. El atractivo de sus líneas celestes, azules oscuras y rojas han convertido a cada vehículo con su firma en uno de los más bellos de la competición. De ser uno más a convertirse en top model con tubo de escape. Entendieron desde el primer momento que la integración de su logotipo debía de ir acompañado por elementos que formaran un ‘todo’ consonante –y no un pegote- con el vehículo. Innovadores.

La expectación levantada por el anuncio de la vuelta de Martini a la F1 –se hará oficial en el GP de Australia, dentro de un mes- ha provocado que la página de merchandising oficial de la F1, OnPole.com, ya haya sacado la imagen de las nuevas camisas de la escudería Martini Williams. “Ofreceremos la camiseta, camisa y gorra del equipo (Martini Williams). Esperemos que los envíos se produzcan a mediados de marzo”, confirmó la tienda online a GrandPrix247. ‘Bianco y en botella’, pese que no haya habido ninguna confirmación oficial. Resulta más impactante presentar este acuerdo entre dos históricos en la primera carrera y no en pretemporada.

Hasta vestir a Felipe Massa y Valtteri Bottas de chicos Martini, que correrán bajo la mirada de la chica Martini Claire Williams, la apuesta por la gasolina y goma quemada ha estado acompañada por numerosos éxitos. El primero de todos salir a correr en 1968 los 1000 kilómetros de Hockenheim, con un discreto final. La carrera no fue bien pero llamó la atención ese Porsche 906 por llevar publicidad ajena al mundo del motor. Al año siguiente patrocinaron hasta ocho coches, incluyendo dos Porsches 917 que habían adquirido, dando solidez a aquella idea de Martini Racing. En Monza, en 1969, llegó el primer podio en esta apuesta por carreras de larga distancia y su primer gran triunfo se alcanzó en 1971 cuando un Porsche 917 con pegatinas de sabor a vermú cruzó primero la línea de meta en las 24 Horas de Le Mans.

Y de la larga distancia a la Fórmula 1. En 1972, el modesto y novato equipo italiano Tecno lució los colores de Martini, vistiendo a Derek Bell y Nanni Galli. Pero tras dos años sin rendimiento con la escudería de Bolonia decidieron abandonar. En 1975 regresarían sobre los Brabham de Ecclestone para terminar segundos en el campeonato de constructores y terceros con Carlos Reutemann en el de pilotos, con dos victorias.

1978, 'borrachera' de triunfos

Aguantarían un par de años más para irse a ‘descansar’ en 1978 con su pareja más duradera: Porsche, con el que estuvo presente en la serie mundial de Prototipos que llegó a disputar el laureado Jacky Ickx con el modelo 936 y logró victorias en casi todo lo que disputó: Mundial de Marcas, Le Mans, Can-Am Challenge y Rally de Montecarlo… sólo le faltó el Safary Rally de Kenia.

En 1979 regresa a la F1 de mano de Lotus con Mario Andretti y Reuteman vistiendo sus finas líneas. Tras una discreta actuación -cuarto en Constructores y sexto en Pilotos con el argentino- Martini se apartó de la F1 para concentrarse de nuevo en la larga distancia y los rallies.

Un Lancia, un Martini

Con Lancia formó una alianza histórica en el mundo del World Rally Championship de 1982 y hasta 1992, logrando tres mundiales de constructores bajo el nombre de Martini Lancia (89, 90 y 91) y uno más como Martini Racing (92) cuando Lancia se había apeado. Massimo Biasion (89) y Juha Kankkunen (91) fueron campeones del mundo y chicos Martini, Auriol (90) y, de nuevo el finés (92), subcampeones. Tras estos éxitos se daría un respiro y no volvería hasta 1999 con Ford Martini y personalidades como Sainz, Colin McRae o Markko Martin. Ganaron rallies pero no títulos y en 2002 se apearon de los tramos por tierra, asfalto y nieve. Por cierto, entre medias de este parón en el WRC les dio tiempo a patrocinar los Alfa Romeo de Larini y Nannini en el DTM de 1995.

De 2006 a 2008 se enrolaría con Ferrari para poner su sello de una manera más ‘discreta’ a Michael Schumacher, Felipe Massa y Kimi Raikkonen durante esas tres temporadas. Pero nada de sus líneas inconfundibles, ‘sólo’ el logotipo. Sebastian Loeb fue el último gran piloto que disfrutó del celeste, azul y rojo, con un Porsche 911 para disputar la GT3 Cup en 2013.

Ahora -a falta confirmación oficial- regresa a lo grande con un traje de galaque lucirá Williams(¿Martini Williams,Williams Martini Racing?). La escudería de Groove desfilará con el vestidoy colores que han convertidosiempre coches aparentemente sencillos en los ‘modelos’ más guapos de la pasarela de asfalto. No obstante, lógicamente no sólo busca la elegancia en pistasino que exige prestaciones y resultados. En este sentido, aterriza en el peor Williams de la historia pero quién sabe si con las nuevas normas,y una copa de Martini,la situación se invierte.