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¿Y por qué siguen abucheando a Sebastian Vettel?
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EN AUSTRIA 2002 SE DIO LA MAYOR PITADA

¿Y por qué siguen abucheando a Sebastian Vettel?

De nuevo, el piloto de Red Bull cosechó en Singapur nuevos abucheos. Pero nada en comparación a lo ocurrido en el Gran Premio de Austria de 2002

Foto: Sebastian Vettel dialogando con Raikkonen en el podio de Singapur.
Sebastian Vettel dialogando con Raikkonen en el podio de Singapur.

Sebastian Vettel es extremadamente inteligente, y tiene además un extraordinario y envidiable sentido del humor, con la virtud adicional de que sabe transmitirloen otro idioma: “Se llama viajar, están haciendo un tour en autobús, vienen a cada carrera, afortunadamente seguimos ganando, así que tienen una razón para viajar”. El alemán contestaba así al hecho de ser abucheado nuevamente después de su victoria, esta vezen un país aparentemente neutral.

Ocurrió una vez más en Marina Bay, como en otros podios este año.Martin Brundle, maestro de ceremonias en el podio de Singapur, supo pedir respecto al público cuando empezaron los abucheos mientras entrevistaba a Vettel. También sucedióen Silverstone,con uno de los públicos más ecuánimes y conocedores del automovilismo en el calendario, cuando Vettel abandonó a poco del final. La reacción de los aficionados en su contra fue espectacular.Es evidente que, guste o no y sea injusto,Vettel tiene un problema de percepción ante un sector de la afición internacional.

Horner y Hamilton defienden a Vettel

Christian Horner salió en defensa de su piloto, “logró una actuación impresionante, absolutamente impresionante, y debería ser aplaudida, lo que se ha visto hoy es una de las actuaciones más espectaculares que nunca he visto en términos de ritmo de carrera, y no creo que seadeportivo ver a un piloto capaz de hacer algo así y no obtener la recepción que se merece”. Lewis Hamilton, que se quedó anonadado ante los abucheos que recibió de los tifosi en Italia el pasado año, también se refirió al tema en parecidos términos, “nadie debería ser abucheado por su éxito, no importa lo fácil o lo difícil que ha sido para ellos llegar adonde están”.

Los abucheos en el podio no son 'rara avis', aunque tampoco tan frecuentes y recurrentes como a Vettel le está ocurriendo este año. Bien por la antipatía que suscita tradicionalmente el ganador impenitente, bien por los acontecimientos de Malasia y el famoso 'Multi21', el piloto alemán está viviendo la cara opuesta en la monedadel éxito continuado. No ha sido el único, algo parecido ocurrió con Michael Schumacher en Ferrari. En este sentido,el podio del Gran Premio de Austria 2002 quizás provocóel abucheo más famoso en la historia de la Fórmula 1. Evidentemente, en aquella ocasión estaba más que justificado, pero también se añadió el hartazgo ante el dominio de Schumacher.

"Una forma de amenazarme que me hizo reconsiderar toda mi vida"

Rubens Barrichello contaba recientemente toda la historia en la revista británica Motorsport.Tras las negociaciones previas yplasmadas en su contrato, Barrichello no firmó un estatus de número dos en Ferrari. Al parecer, el contrato de Schumacher estipulaba otras cláusulas. En Austria 2001, Jean Todt le pidió a Barrichello, en segunda posición, que dejara pasar a Schumacher, que era tercero. Al acabar la carrera, Barrichello le preguntó a Todt:“¿Y si yo hubiera ido primero?”“En ese caso, nunca te hubiéramos pedido que te echaras a un lado”.Curiosamente, la misma situación que se produjo al año siguiente, en el mismo circuito y carrera. Pero en esta ocasión el brasileño iba en cabeza.

Aquel fin de semana, Barrichello había batido al piloto alemán por la poley lideraba toda la carrera, hasta que en los compases finales llegó la ‘llamada telefónica’ de Ross Brawn, orden de Todt. “Estuvimos discutiendo por la radio durante ocho vueltas”, recordaba el brasileño, “y pensé que no lo iba a hacer porque no lo merecía”.Barrichello seguía pensando así hasta que llegó la última vuelta, y Schumacher seguía detrás, “se acercaba la curva final, y tenía dos o tres segundos para decidir, y entonces pensé que me tendría que mover a un lado, porque si no lo hacíasería muy negativo para mí”. Había algo que retumbaba en su mente.

Porque Jean Todt había acudido a todos los recursos posibles. “Me dijeron algo que iba más allá de mi contrato, no puede decir qué era, pero era una forma de amenazarme que me hizo reconsiderar toda mi vida, porque el gran placer de mi vida era pilotar. Metros antes de la línea de meta, Barrichello dejó pasar al Ferrari de Schumacher. “De lo que me dí cuenta es que nunca sería capaz de cambiar a Ferrari”.

La falta de respeto

Tan pronto como el alemánpasó por la línea de meta, comenzaron los abucheos. Peronada en comparación a cuando los pilotos subieronal podio. Elgriterio era talque Schumacher no se atrevió a subir al escalón más alto,y dejó a Barrichello que lo hiciera en su lugar. Le entregó la copa, le hizo incluso una reverencia. El piloto germanoganaba títulos sin parar desde 2000. En aquella temporada, al llegar al Gran Premio de Austria, llevaba nueve victorias. Fue la combinación del aburrimiento general que despertaba su dominio con la absoluta falta de respeto que Ferrari mostró hacia el público la que despertósemejante reacción.

El caso de Vettel es totalmente diferente y, por supuesto, inmerecido,pero cabe rastrear las causasde la reacción que está cosechando en diferentes circuitos.“Detrás del enorme talento y gran inteligencia de Vettel, de esa aparentemente cándida sonrisa, se empieza a perfilar un jugador de bajo instinto con memoria que ni olvida ni perdona. Forma parte de la contextura de algunos grandes campeones, pero este contraste suscita rechazo entre el gran público, sobre todo cuando se intentan camuflar las auténticasmotivaciones como el alemán hizo en Malasia”.Así cerrábamos una de las columnas de El Confidencial sobre aquel famoso incidente del 'Multi 21'en el pasado marzo.

Y cuando Vettel arrasade manera implacable, ahora conel monoplaza dominador que no tenía al principio de temporada, cuando gana de tacón, el sectormás primario de los aficionadosha sacado el trabucopara pasar factura. Injusto,por desgracia, perotambiénotra de las facetas de naturaleza humana.

Sebastian Vettel es extremadamente inteligente, y tiene además un extraordinario y envidiable sentido del humor, con la virtud adicional de que sabe transmitirloen otro idioma: “Se llama viajar, están haciendo un tour en autobús, vienen a cada carrera, afortunadamente seguimos ganando, así que tienen una razón para viajar”. El alemán contestaba así al hecho de ser abucheado nuevamente después de su victoria, esta vezen un país aparentemente neutral.

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