La fórmula de Williams: un piloto de pago para devolver la gloria a un equipo histórico

Llegó a Barcelona rodeado de su pareja y su familia. El clan venezolano no apuró al día de la clasificación o de la carrera, estuvo desde el jueves con Pastor Maldonado. Ocupando siempre un rincón en el hospitality de Williams, no abandonaban el circuito hasta que no lo hacía su piloto, a última hora de la tarde. Su apoyo en este GP de España tuvo su recompensa cuando pasadas las 15:30 horas sus ojos serían testigo de una victoria histórica para Venezuela… y para Williams.

La estrategia de la escudería de Frank Williams ha tardado poco más de un año en dar sus frutos. A finales de 2010 se decidió apostar por una fórmula arriesgada en lo deportivo pero segura para el futuro del equipo: el fichaje del ‘novato’ Pastor Maldonado, quien trajo consigo un patrocinio de 35 millones de euros anuales hasta 2015, con la petrolera pública PSDVA.

A corto plazo fue un desastre y en 2011 obtuvo el peor resultado en la historia de un equipo que fue fundado en 1977. Llovieron las críticas. Esta pretemporada, lejos de cambiar el rumbo, se descartó la experiencia de Rubens Barrichello u otro piloto similar y continuaron ‘pidiendo’ dinero por correr. El veterano brasileño asumió la realidad y se puso a buscar… pero no encontró tanto como los 14 millones de su compatriota Bruno Senna (en Brasil había ganas de volver a ligar el apellido Senna con Williams).

¿Una victoria gracias al Spygate?

La recaudación obtenida se invirtió en las áreas destinadas a la fabricación del monoplaza. Quizás una de las claves de este exitoso FW34 haya sido la contratación de Mike Coughlan como director técnico y responsable del diseño del vehículo. Este británico fue expulsado de la Fórmula 1 por el caso Spygate de McLaren (2007) y su regreso ha sido triunfal. “Las instalaciones (de Williams) son de primera, lo único que no hemos hecho ha sido utilizarlas correctamente”, señaló al poco de aterrizar en la factoría de Grove. Junto a él también llegaron Mark Gillan y Jason Somerville para realizar la labor que hasta ahora desarrollaba el polifacético Sam Michael, fichado para este año por McLaren.

Otro punto donde Frank y su cofundador Patrick Head consideraron oportuno gastar fue en el apartado del motor. Se deshizo de Cosworth y apostó para este 2012 por un viejo conocido: la marca del rombo. Williams-Renault formó un binomio que en los ‘80 y ‘90 les llevaría a lo más alto permitiendo a Williams alcanzar 7 mundiales de pilotos, 9 de constructores y 103 carreras en sus primeros 20 años de vida. Un registro que deja en insuficientes las 11 victorias logradas desde ese 1997 hasta hoy.

Una vez que la inversión en la confección del vehículo quedó fijada, el equipo británico pensó que debían reforzar la posición de sus inexpertos pilotos. Pastor contaba con un bagaje de 19 participaciones y 1 punto mientras que el sobrino de Ayrton había disputado 26 carreras sin sumar. Ninguno había olido el podio y eso era algo nuevo para una escudería antológica como Williams.

Wurz para poner ‘ordenar’ la inexperiencia

Para contrarrestar tanta inexperiencia se recurrió al expiloto Alex Wurz. El austriaco sería el encargado de pulir a los dos sudamericanos a través de sus consejos. Un coaching que habrá tenido algo que ver en la victoria de Montmeló y el noveno puesto que ahora mismo ocupa Pastor en la clasificación de pilotos.

¿Significará un antes y un después lo visto en Montmeló? Nico Hulkenberg, hasta este sábado, había logrado la última ‘pole’ para Williams (2010) y la última victoria se logró en 2004, cuando otro sudamericano, el colombiano Juan Pablo Montoya, cruzó primero la meta del GP de Brasil. Quizás sea difícil la victoria, pero se ha demostrado que hay vehículo para codearse con los equipos grandes, como hasta 1997.

Mentalidad ganadora para no tirar la toalla

En estos últimos 15 años se perdió un rumbo que ni el apoyo de BMW enderezó. Con los 70 años recién cumplidos de Frank Williams, la prensa especuló con la posibilidad de que abandonase el barco ya que tenía mucho trabajo y pocos o ningún fruto que recoger. Pero la constancia, la tozudez y una mentalidad ganadora han servido para que nunca se bajen los brazos… y menos tras el desastre de 2011.

Williams se ha reinventado y, por un gran premio, ha dado la razón a la fórmula de los pilotos de pago. Maldonado no se podrá quitar fácilmente esa etiqueta pero ha dejado claro que es compatible con ser un piloto fiable y preparado para asumir grandes retos. El venezolano y su sponsor gubernamental, desde este domingo, han quedado ligados para siempre con la tercera escudería más prestigiosa en la historia de la Fórmula 1. Seguro que las acciones del único equipo que ha salido a bolsa subirán desde este fin de semana hasta, como mínimo, el 7 de octubre, fecha en la que hay elecciones en el país que lidera Hugo Chávez.