Y Maldonado devolvió a Williams a lo más alto de la clasificación

Han pasado casi 600 días desde que aquel 6 de noviembre de 2010 Nico Hulkenberg se alzara de manera inesperada con la 'pole position' del Gran Premio de Brasil. Aquel sábado pasado por agua, el piloto alemán ponía fin a una racha de cinco años de la escudería Williams sin colocar a uno de sus monoplazas en lo más alto de la sesión de calificación de una carrera. Ayer, Pastor Maldonado rememoró los años más gloriosos de la escudería fundada por Frank Williams y Patrick Head.

Desde que Jacques Villeneuve lograra en 1997 el campeonato del mundo, Williams ha vivido su particular travesía del desierto y ha ido perdiendo temporada a temporada el crédito que ganó en los años 90 como una de las escuderías punteras de la Fórmula 1. El año pasado, con tan sólo cinco puntos en el casillero del mundial de constructores, el equipo británico protagonizó la peor campaña de su historia. Pero quizá el Gran Premio de España marque un antes y un después en su devenir.

Maldonado logró en Montmeló una 'pole' histórica, y no sólo para Williams; es la primera de su carrera, y la primera firmada por un piloto venezolano en la Fórmula 1. Y aunque se vio beneficiado por la sanción a Hamilton, no es fruto de la casualidad. El piloto de Maracay fue el más rápido de la Q2 y ya había lanzado un serio aviso en la última sesión de entrenamientos libres, donde quedó segundo a sólo 168 milésimas del mejor crono marcado por Sebastian Vettel. "Iba muy rápido, y entonces pensé que era posible estar delante", señaló. 

Durante los últimos grandes premios, el punto fuerte de Williams ha sido la carrera y no la calificación. Y a la vista del ritmo del FW34, Maldonado, el piloto que mejor cuida los neumáticos de la parrilla actual, debería pelear por el podio y, por qué no, devolver a la escudería británica a la senda de la victoria ocho años después del último triunfo logrado por el colombiano Juan Pablo Montoya en el GP de Brasil.