"Si quieres ganar, ficha a Raikkonen"

Su habilidad al volante parece residir en su ADN. Ni se aprende ni se olvida, simplemente está ahí.  “If you want to win, get the Finn” (“si quieres ganar, coge al finlandés”), señaló el excampeón del mundo Mika Hakkinen a Ron Dennis cuando se retiró, recomendando el fichaje a McLaren del novato Kimi Raikkonen. Esta misma frase se la aplicó el dueño de Lotus, Gerard López, diez años después y ha comprobado que no ha caducado tras su segundo puesto en su cuarta carrera tras dos años de 'exilio'.

Kimi Raikkonen no ha dejado con la boca abierta a nadie en el paddock. No ha sorprendido, ni se ha festejado de una manera particular su podio en el GP de Bahrein. El haber logrado en cuatro carreras lo que Michael Schumacher no ha podido hacer en más de dos años es algo que entraba en los planes. Nada descabellado. Su talento natural ha provocado que su precoz adaptación a la ‘nueva’ Fórmula 1 haya sido lo normal y que en breve se le pueda ver ganar una prueba.

“Yo no habría sabido que no había estado conduciendo la temporada pasada”. Alan Permane, director de operaciones de pista de Lotus, advirtió a sus rivales en enero que Kimi había regresado en perfecto estado. Su primer contacto con un F1, en unos test privados en Valencia, fue suficiente para saber que Lotus había acertado apostando por él. El Gran Circo asumió desde ese momento que si el equipo le daba un buen coche, Iceman estaría pronto arriba y así ha sucedido. Ha demostrado que ha nacido por y para la Fórmula 1.

Aprender a conducir antes que a andar

Da la impresión de que aprendió antes a conducir que a andar y, como quien no quiere sacar el máximo rendimiento a una virtud, en Lotus la única incógnita que debían descubrir era si su actitud resultaba ser la adecuada. Desde el primer momento vieron a un piloto implicado y comunicador, (esto último sí que sorprendió a la prensa). De este modo, la motivación de la escudería se multiplicó con respecto a otros años porque iban a trabajar para un campeón del mundo con opciones en cada carrera. Este domingo todo el mundo en Lotus estaba exultante… incluso el finés.

“Quería ganar y estaría mucho más feliz de lo que estoy de haberlo logrado”. Gracias a esta frase se pudo confirmar, en la rueda de prensa tras la carrera, que Raikkonen estaba contento. Su rostro mostraba la habitual indiferencia pese a haberse subido a un podio casi tres años después. No lo hacía desde el GP de Italia de 2009.

La inexpresividad de Kimi oculta la satisfacción de un logro al alcance de pocos pilotos. En un tiempo récord ha ‘leído’ y comprendido el manual de la Fórmula 1 actual, empezando por los neumáticos. En Malasia fue la primera vez que corrió con unos Pirelli en mojado y no lo parecía a tenor de su quinto puesto. Tiene el don de intuir el comportamiento del vehículo en cualquier circunstancia. En Australia, primera cita del mundial, necesitó algo más de media prueba para completar su adaptación al monoplaza con un ritmo de carrera a la altura de los más rápidos. Y eso que en pretemporada se perdió una semana de entrenamientos por un problema en el chasis del E20.

Una estrategia conservadora le privó de la victoria

La semana anterior, en el circuito de Shanghái, realizó una carrera impecable situándose en segunda posición a falta de dos vueltas… en las que se precipitó hasta la decimocuarta a causa de la degradación de sus gomas. Por esta razón, el finlandés decidió apostar por una estrategia conservadora en la calificación de Bahrein, prefiriendo salir undécimo con neumáticos nuevos antes que más arriba con un juego gastado, como hizo Romain Grosjean. Comprobando cómo le fue a su compañero francés, quizás Kimi hubiera finalizado primero si le hubiera imitado (a toro pasado es fácil elegir estrategias).

Este domingo, adelantó nueve posiciones con respecto a su posición de salida y en total, esta temporada, lleva 24 sin contar el GP de China, donde sufrió el mencionado problema con sus neumáticos. Gracias a estas ‘proezas’ es el séptimo de la clasificación situándose a 19 puntos del liderato.

"No importa si es un campeón del mundo o no. En Fórmula 1, la competencia nunca ha sido tan difícil. La aptitud de los conductores, su comprensión técnica… es mejor cada día. ¡Trabajan muy duro! Todo esto va a hacer que la vuelta de Kimi sea mucho más difícil que hace cinco años". Hakkinen, este invierno, no tenía tanta confianza en su compatriota como hace una década en su charla con Dennis.

Las curvas de un rally no tienen piano

Sus números han dejado en entredicho las palabras de Mika ya que corresponden a alguien que no se fue de aventura dos años. Kimi ha sido el único campeón del mundo de toda la historia de Fórmula 1 que se ha atrevido con los rallyes a ese nivel (WRC). Su competitividad provocó que en su primer año tratara las carreteras y las pistas como si fuera un circuito y las consecuencias fue algún accidente y cuatro abandonos (de doce participaciones). El finlandés llevaba al límite su Citroen, ajustando en cada paso por curva… pero en el campo no hay pianos donde subirse ni escapatorias. Aún así, cuando llegaban las pruebas sobre asfalto, su competitividad crecía situándose entre los primeros puestos.

Su periplo de desconexión de la F1 no acabó ahí ya que probó suerte en la NASCAR. Pero tampoco se le vio cómodo. En un par de años ha asimilado que su hábitat natural son los circuitos y a bordo de un monoplaza. 

Su parón fue similar al de Michael Schumacher. El heptacampeón mantuvo tres años de inactividad que su cuerpo sí notó al principio. Tenía 41 años y el mismo objetivo que Raikkonen en su regreso: ganar. Sin embargo, han pasado más de dos temporadas, todavía no ha subido a un podio y en la clasificación ha sido batido por su compañero Nico Rosberg en la mayoría de ocasiones. Raikkonen, en cuatro carreras se ha subido al podio, ha demostrado que es el líder indiscutible de su escudería y que no hay que descartarle para el título.