Audrey Pascual, la campeona de esquí cuyo referente es Nadal y es ejemplo de superación

El caso de Audrey Pascual no es común. A sus 17 años, es una de las deportistas paralímpicas más importantes de nuestro país. Oriunda de San Sebastián de los Reyes (Madrid), es ejemplo vivo de superación y de sacrificio. La madrileña sufre agenesia bilateral de tibias y desde que nació ha tenido que adaptarse a una vida sin piernas. Esto, sin embargo, no le ha impedido cumplir sus sueños en el deporte. Concretamente, en el esquí, donde ya ha sido campeona de Europa (2022). Y de la Copa de España (2018, 2019 y 2021).

"En el esquí empecé por mis primas y ahora no me siguen el ritmo", cuenta Audrey Pascual en su visita a la redacción de El Confidencial. La familia y su interés por hacer posible lo imposible hicieron que el esquí se convirtiera rápido en el centro de su vida. "Aunque no tengo piernas, yo quería esquiar. Y se lo dije a mis padres. No me hicieron caso la primera vez, pero como les insistí tanto… Finalmente, lo probé, pero no me entusiasmó". Con el tiempo, lo retomó y ya no se despegó de la tabla: "Ahí descubrí que me gustaba de verdad".

La vida de Audrey, sin embargo, no gira en exclusiva en torno al deporte. "Normalmente, paso una semana en Granada para entrenar en Sierra Nevada y otra en Madrid". La ayuda que le han prestado en el instituto ha sido fundamental para que haya aprobado la selectividad. "Los profesores me han facilitado las cosas y mis amigas me han proporcionado los apuntes, aunque algunas veces faltaran cosas", explica entre risas.

Visitará Sierra Nevada con más asiduidad

Audrey continuará sus estudios en Granada, donde se matriculará en Administración y Dirección de Empresas (ADE). Eso le permitirá entrenar en Sierra Nevada con más asiduidad. Tan importante ha sido la selectividad para ella que dejó los entrenamientos durante una semana. "Aunque no necesitaba nota, porque tengo plaza por deportista de élite y por persona con discapacidad, quería demostrarme a mí misma que era capaz de hacerlo".

El esquí no es el único deporte en el que ha destacado, también lo ha hecho en el surf. "Viajé con mis amigas a Cantabria y allí me vio el seleccionador autonómico. Se acercó a mí y me dijo que compitiera". La respuesta de Audrey no tardó en llegar y lo intentó; los resultados fueron más que satisfactorios: logró la plata por equipos y el bronce a nivel individual en el Mundial de California y fue campeona de España. "¿Cuál prefiero? Me quedo con ambos, porque es posible compaginarlos al ser deportes de invierno y de verano".

Su audacia, no obstante, no se ha quedado ahí. "Me gustaría probar el kárting y el atletismo". De hecho, ya han encontrado un coche a su medida en la Comunidad de Madrid. "Llevan desde enero esperando a que vayamos a probarlo, pero no hemos tenido tiempo".

El soporte de los patrocinios

La ayuda de los patrocinadores en deportes minoritarios como el esquí es fundamental. Gracia al azar, a Audrey la acompaña en su carrera José Luis Miró, su patrocinador, que atiende a El Confidencial. "Es compañera de colegio de mi hija y me enteré de la falta de apoyo económico que tenía". Miró es el fundador y CEO de la empresa inmobiliaria Almar Consulting.

"Junto a su familia, establecimos las necesidades y los ayudamos en los gastos que no están cubiertos, los de material y los viajes", explica Miró. Las diferencias de financiación con respecto a otros países europeos es brutal. "¿Diferencias? Lo es todo. Por ejemplo, Arabia Saudí tiene un presupuesto de 350 millones de euros en deportes de invierno; Suiza, de 90. En España, quizá sea 1’5". Preguntada por su relación con la Federación de Esquí, Audrey es rotunda: "No hay relación".

Ahora Audrey, cuyo referente es Rafa Nadal, tiene como objetivo disputar los Juegos Paralímpicos de Invierno en Milán en 2026. "El coronavirus me quitó un año y por eso no disputé los de 2022". Para ello, el camino será largo, cuatro años de duros entrenamientos. "Lo primero es hacerlo bien en los Europeos, los Mundiales… para llegar lo mejor posible a los Juegos". A este ritmo, no es descabellado pensar que quizá llegue alguna medalla.