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El regreso frustrado de Miguel Induráin en el Rally Dakar del ciclismo de montaña
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No iba a ganar, sino a terminar

El regreso frustrado de Miguel Induráin en el Rally Dakar del ciclismo de montaña

El navarro tenía previsto debutar este domingo en la Titan Desert de Marruecos, pero el coronavirus lo ha impedido. La prueba, una de las más duras del MTB, comparte semejanzas con el Dakar

Foto: Miguel Indurain, durante una salida por la Sierra de Madrid el pasado mes de junio. (EFE)
Miguel Indurain, durante una salida por la Sierra de Madrid el pasado mes de junio. (EFE)

Este domingo Miguel Induráin debería estar en Boumalnde Dades, en Marruecos, punto de partida de la decimoquinta edición de la Titan Desert, una prueba que aúna mountain bike, orientación y supervivencia en apenas seis días y que transcurre por el desierto, lejos de la carretera, su hábitat natural. Al navarro le esperaban 639 kilómetros y 7629 metros de desnivel acumulado, pero ya no. El coronavirus obligó a la organización a atrasar su inicio hasta el próximo mes de noviembre, según se vaya desarrollando todo. "La aventura se ha aplazado, así que no nos queda otro remedio que seguir entrenando en casa", comenta el pentacampeón del Tour de Francia.

Miguel iba a debutar en la exigente cita con el equipo KH-7, junto a su hijo y el también exciclista profesional Melcior Mauri, que lo dirige. Fue precisamente la insistencia de este último, con el que el navarro tuvo una dura batalla en la Vuelta a España de 1991, lo que terminó por convencerle. “Hacía años que iba detrás de él, le insistía para que se sumara al proyecto y cuando me comunicó que sí, que vendría, fue un chute de emoción”, afirmó el catalán. El KH-7 reúne un potente equipo en el que también se integran Josep Betalú y Anna Ramírez, vigentes campeones y máximos favoritos para la victoria este 2020, aunque los objetivos de Miguel fueron desde el principio por otro lado. "No voy a disputarla, voy a terminarla”, señaló el pasado mes de noviembre, cuando hizo oficial su participación con ilusión, pero también con cierto vértigo.

placeholder Indurain y Melciour Mauri, durante un homenaje al navarro este año. (EFE)
Indurain y Melciour Mauri, durante un homenaje al navarro este año. (EFE)

La navegación, un hándicap

Porque para Miguel el aspecto físico, a pesar de la crudeza de la prueba (calor extremo), no presentaba mayor inconveniente, sí el reto de la orientación. Los ciclistas sólo pueden hacer uso de un dispositivo GPS para guiarse por diferentes senderos y pistas. Por así decirlo, la Titan pasa por ser el Rally Dakar del ciclismo de montaña y la posición también es importante si uno no quiere comerse la arena que desprenden los participantes que van por delante. Induráin estuvo en febrero en Lloret del Mar (Girona) con el resto del equipo resolviendo dudas, probando material, bicicletas, entrenando sobre mountain bike, que tampoco estaba acostumbrado, y recibiendo consejos útiles de sus compañeros. Nunca se ha considerado demasiado aventurero, pero ya que se había metido de lleno en el lío, su intención era disfrutar la carrera al 100%.

El navarro no es el primer exciclista de élite que se atreve con la competición organizada por RPM y ASO. Otros muchos lo hicieron antes y no sólo con la intención de llegar a meta. El cuatro veces ganador de la Vuelta, Roberto Heras, conquistó la Titan en 2008, 2010, 2011 y 2012 y el propio Mauri fue el ganador en 2007. El año pasado tomaron parte en la carrera Purito Rodríguez, Haimar Zubeldia, Sylvain Chavanel y Abraham Olano, también campeón del mundo, entre otros. Miguel había aumentado la intensidad de sus entrenamientos en últimas fechas, con salidas de tres horas y alguna serie, con el fin de llegar en las mejores condiciones posibles al continente africano, pero ahora tendrá que esperar a noviembre, en el mejor de los casos, para estrenarse entre las dunas. "Es momento de cuidarse. Intentar entrenar todo lo posible en el rodillo o haciendo gimnasia. Ya habrá momento de salir a la calle y disfrutar de nuestra pasión en la bicicleta y ponerse en forma", indica.

placeholder Varios ciclistas empujan su bicicleta durante la pasada edición de la Titan Desert. (EFE)
Varios ciclistas empujan su bicicleta durante la pasada edición de la Titan Desert. (EFE)

Si finalmente la prueba se puede realizar y Miguel acude, su dorsal será el número 15. Además de hacer honor a las 15 ediciones de la Titan, este dorsal tiene otro significado especial: el navarro ha sido primero en cinco Tours de Francia y es el único ciclista de toda la historia que ha ganado cinco citas de la 'Grande Boucle' de forma consecutiva (1+5). Del Tourmalet o el Alpe D'Huez, a las dunas de Merzouga, pero aún habrá que esperar hasta que eso suceda.

Este domingo Miguel Induráin debería estar en Boumalnde Dades, en Marruecos, punto de partida de la decimoquinta edición de la Titan Desert, una prueba que aúna mountain bike, orientación y supervivencia en apenas seis días y que transcurre por el desierto, lejos de la carretera, su hábitat natural. Al navarro le esperaban 639 kilómetros y 7629 metros de desnivel acumulado, pero ya no. El coronavirus obligó a la organización a atrasar su inicio hasta el próximo mes de noviembre, según se vaya desarrollando todo. "La aventura se ha aplazado, así que no nos queda otro remedio que seguir entrenando en casa", comenta el pentacampeón del Tour de Francia.

Miguel Indurain Bicicleta
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