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Por qué en el ciclismo hay tantos asmáticos y cómo Froome se pasó de lo permitido
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ABUSÓ DE las exenciones terapéuticas

Por qué en el ciclismo hay tantos asmáticos y cómo Froome se pasó de lo permitido

Algunos estudios concluyen que la prevalencia de la enfermedad es superior por el tipo de entrenamiento de resistencia que existe en este deporte. Con Froome se reabre la polémica de las exenciones

Foto: Froome, en el Tour. (EFE)
Froome, en el Tour. (EFE)

Fueron los Fancy Bears, esos misteriosos 'hackers rusos' los que publicaron una lista casi interminable de nombres de deportistas, muchos de ellos famosísimos, asociados a sustancias ilegales. Ilegales en principio, y aquí está la clave de todo, porque en los casos que salieron a la luz no había ninguno que realmente hubiese hecho trampas. Sí, utilizaban esos productos, pero bajo supervisión médica y con la aceptación expresa de las autoridades antidopaje de que podían usarlas. Son las exenciones terapéuticas, también conocidas como TUE por sus siglas en inglés. Y en el caso de Chris Froome es lo que le puede salvar de una sanción.

Entonces, ¿qué es un TUE? Pues una autorización de las autoridades antidopaje para que un deportista pueda utilizar una sustancia en principio prohibida por un tiempo determinado o, en determinados casos, a perpetuidad. "Es un certificado que garantiza la normativa nacional e internacional y que permite al deportista el uso de medicamentos o métodos prohibidos, siempre justificado por razones médicas y cumpliendo los requisitos formales establecidos en la normativa vigente", explicaba la Agencia Española Antidopaje cuando se hicieron públicos los nombres de varios deportistas nacionales a raíz de las filtraciones internacionales.

Foto: Miguel Indurain, en 1994. (imago)

La teoría es sencilla, se entiende que los deportistas pueden tener, como cualquier otra persona, pueden tener dolencias y enfermedades y que deberían poder curarse como cualquier otro ciudadano. El problema, claro está, es que los medicamentos que se usan comúnmente para atacar dolencias también pueden ayudar al rendimiento a los que no tienen esas enfermedades, lo que genera finalmente cierto conflicto, pues el uso de químicos para mejorar el rendimiento y no para curar una dolencia concreta es, en esencia, el núcleo del dopaje.

"Ante una problemática concreta, lo que se hace es solicitar a un grupo de expertos internacionales la posibilidad de poder utilizarlos. Si te dan autorización, los utilizas, y en el caso de que no la dieran, pues no se puede utilizar", explicaba en su día el doctor de la RFET Ángel Cotorro sobre cómo era el procedimiento para llegar a un certificado de exención terapéutica. "Los TUE se han utilizado en un momento determinado ante una patología que no se solucionaba con los métodos habituales. Por eso se ha pedido esa autorización y ya está, ahí se acaba todo. Lo único que se ha hecho en este caso es cumplir la normativa,que dice que hay una serie de sustancias que necesitan esa autorización de uso, y si te la han dado, no hay más debate", recalcaba sobre el caso concreto de Rafa Nadal, uno de los afectados por la filtración, pero que es extensible a cualquier deportista que lo necesite y tenga la autorización pertinente.

Foto: Chris Froome, durante una etapa de la Vuelta Ciclista a España 2017. (EFE)

Froome se ha saltado la norma

El caso de Froome es un poco más extraño, pues el ciclista británico, que es asmático, tiene un TUE que le permite el uso del salbutamol para esta dolencia concreta. Entonces, ¿por qué tanto revuelo? porque el campeón del Tour, según se desprende de las informaciones conocidas, no ha respetado los límites de su exención. Los documentos de la AMA (la asociación mundial antidopaje) son exhaustivo y en ellos se especifica no solo la sustancia permitida sino también el modo de aplicación y las dosis permitidas para la dolencia concreta. Es eso lo que Froome parece haberse saltado.

"Lo de Froome servirá para poner el tema del asma otra vez encima de la mesa", explica Ignacio Romo, médico experto en deporte. Y es que una de las exenciones más habituales en el deporte mundial es, sin duda, la del salbutamol. "Es un broncodilatador, aumenta la capacidad pulmonar y ayuda a tener una mejor oxigenación", realta Romo sobre las bondades que puede llegar a tener el producto para los no asmáticos. Es decir, el deportista que lo utilice encontrará una mejor oxigenación y, por lo tanto, una mayor resistencia teórica.

"Este caso es muy grave por tratarse de quien se trata, y es posible que aumente el debate sobre los TUE, que son necesarios en el deporte, pero tiene que verse cómo es el diagnóstico, qué comisiones médicas los autorizan...", opina el médico.

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FILE PHOTO: Team Sky rider Chris Froome of Britain celebrates on the podium after winning the Vuelta Tour of Spain after the last stage of the cycling race between Arroyomolinos and Madrid, September 10, 2017. REUTERS Susana Vera File Photo

La problemática del asma

En el caso del asma la percepción general cuadra con los datos, hay más pacientes de esta dolencia en el deporte mundial que en la vida real. De hecho, hay un estudio de la Universidad Occidental de Australia que vincula el ejercicio con la aparición de cuadros asmáticos. En los Juegos Olímpicos 700 atletas tenían diagnosticada la enfermedad respiratoria y, por lo general, eran más probables sus victorias que las de los no asmáticos.

"Inspirar el aire contaminado o frío se considera un importante factor que explicaría la causa en algunos deportes, pero no en todos, de la aparición del asma y otras dolencias respiratorias", explicaba Kenneth Fitch, investigador australiano. Esto hace que los deportistas que entrenan para la resistencia y en condiciones climáticas difíciles, como pueden ser los ciclistas, tienen una mayor oportunidad de terminar teniendo asma que los que no lo hacen. El estudio, además, indica que si ganan más es porque, con un mayor esfuerzo en el entrenamiento hay también una mayor posibilidad de que aparezca el asma.

Foto: El Ganador de la Vuelta a España 2017, el ciclista británico del equipo Sky Chris Froome. (EFE)

Ahora bien, con estos estudios universitarios sobre la mesa, la controversia existe igualmente. Es difícil determinar hasta que punto todos los deportistas que son asmáticos lo son realmente o si hay algunos que aprovechan una cierta laxitud en la concesión de exenciones para aprovecharse de las bondades que pueda tener el broncodilatador para su organismo. Esa duda, presente en el ciclismo y en la opinión pública, es difícil de resolver.

Fueron los Fancy Bears, esos misteriosos 'hackers rusos' los que publicaron una lista casi interminable de nombres de deportistas, muchos de ellos famosísimos, asociados a sustancias ilegales. Ilegales en principio, y aquí está la clave de todo, porque en los casos que salieron a la luz no había ninguno que realmente hubiese hecho trampas. Sí, utilizaban esos productos, pero bajo supervisión médica y con la aceptación expresa de las autoridades antidopaje de que podían usarlas. Son las exenciones terapéuticas, también conocidas como TUE por sus siglas en inglés. Y en el caso de Chris Froome es lo que le puede salvar de una sanción.

Chris Froome