El wasap de Valverde a Mínguez: "Javier, la cabeza me ha dicho basta"

Desde hace mucho tiempo, los días previos a un Mundial de ciclismo en ruta eran un hervidero en nuestro país. Era una fecha especial, porque como pasaba en la mayoría de carreras internacionales, había uno o varios españoles que tenían serias opciones a ganar o a subirse al podio. Por algo, España ha conseguido 39 medallas mundiales.

Pero esta edición tendrá poco que ver con otras. Se disputa en Qatar, partiendo de Doha y recorriendo la pequeña península pérsica para hacer, en la ronda élite masculina, un total de 257,5 kilómetros... totalmente planos. Ni la más mínima dificultad se encontrarán los corredores que transiten por las grandes avenidas y las carreteras rodeadas de arena. "Llama a la UCI y pregunta cuánto han cobrado y verás como sí tiene sentido", dice Javier Mínguez, seleccionador español, en charla con El Confidencial.

¿Qué iba a hacer Alejandro Valverde o cualquier otro de los grandes corredores españoles en esas condiciones? Poco o nada. Javier Mínguez ha seleccionado a nueve corredores para disputar la prueba en ruta y la contrarreloj y más de la mitad son debutantes. No está Valverde, el líder habitual en las grandes pruebas internacionales de la selección desde que Óscar Freire dejó de ser una de las referencias mundiales al sprint. Pero resulta comprensible que no esté el murciano del Movistar. Así lo explica Mínguez. "Después de Lombardia me mandó un wasap y me dijo: 'Oye, Javier, la cabeza me ha dicho basta. Voy a descansar. Gracias, un abrazo'. Y yo le mandé otro para él". Alejandro lo había dado ya todo, no podía más y renunció a correr una carrera en la que no tenía opciones.

"Es el corredor que más puede entender la gente que no vaya después de lo que ha hecho en todo el año", asegura Mínguez, que había hablado con el corredor previamente sobre esta situación. "Si no hubiera estado con ese cansancio acumulado por las grandes vueltas, clásicas y demás, habría estado en la lista". Vale la pena recordar, por lo excepcional del caso, que Valverde empezó a correr en febrero en la Vuelta a Murcia, donde quedó segundo después de Gilbert, y acabó el pasado sábado en Lombardía, donde hasta el final estuvo con los mejores. Entre medias ha hecho podio en el Giro, ha corrido el Tour, los Juegos Olímpicos y la Vuelta a España. Ah, y ha ganado la Flecha Valona. "Es para hacerle un monumento", afirma el seleccionador.

En la prueba de ruta, España cuenta con las humildes bazas de Fran Ventoso, Juanjo Lobato y Carlos Barbero, los hombres más rápidos del equipo nacional. "Estarán ahí, pero no son los mejores esprinters", dice Mínguez, que asume la realidad que tiene que vivir el equipo español en Doha. No existe ahora mismo en el pelotón español un Freire, un velocista que pueda superar a los Cavendish y Greipel en una 'volata'. Son corredores rápidos, pero están lejos de poder marcar las diferencias en una carrera tan exigente (por el nivel global de los corredores, no por la inexistente dureza) como este Mundial

¿Se ha centrado España demasiado en crear escaladores? "Eso no se fabrica, es cosa de los padres y las madres. No nos queda otra. La genética española es la que es y de ahí han nacido corredores de unas características similares. Y llega Poblet y rompe el molde, y luego Indurain lo destroza, igual que Freire", dice Mínguez, que espera que ahora no nos "pongamos a llorar" por no tener un sprinter, porque a lo mejor "hemos tenido demasiados y no los hemos valorado hasta ahora que no tenemos".

La contrarreloj, la mejor opción

Claro que puede haber sorpresas en la carrera, que haya algún corredor que salte y con "unos segundos de ventaja se lleve la gloria", pero es complicado que esa sorpresa sea uno de los nuestros. "Antes de correr, hay más opciones en la contrarreloj -añade Mínguez-, no hay duda. Que luego surja en la carrera que alguno de los nuestros pueda estar arriba, puede ser, pero es muy difícil. Al ser todo llano, el pelotón va a ir a 70 km/h, y como no lleves un motor en la bicicleta, aguantar a esa velocidad... Es una quimera".

Jonathan Castroviejo debería ser un seguro para nuestro país. Ha perfeccionado su técnica en la contrarreloj hasta ser uno de los mejores del planeta en la especialidad, pero hasta ahora se ha quedado con la miel en los labios. Fue cuarto en el Mundial de Richmond del año pasado y repitió posición en los Juegos Olímpicos. Eso sí, se lamió las heridas en el Campeonato de Europa, donde se llevó el oro. Ahora en Qatar es uno de los favoritos. Pero tiene el mismo problema de todos. "El circuito es llano y no le beneficia nada". El otro corredor español de contrarreloj, Imanol Erviti, luchará todo lo que pueda, pero no es una opción real de medalla. "Se ha centrado en ser el gregario del equipo y no le ha prestado tanta atención a la contrarreloj. Sus condiciones son buenas, pero no así su hábito", dice Mínguez.