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Nuevo giro al caso Pantani: las heridas en su cuerpo se las autoinfligió durante su delirio
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cinco policías se querellarán

Nuevo giro al caso Pantani: las heridas en su cuerpo se las autoinfligió durante su delirio

La Fiscalía de Rímini asegura que los golpes que se hallaron en su cuerpo no se los habrían hecho sus supuestos asesinos, sino él mismo

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En el caso de la muerte de Marco Pantani no pasan dos semanas sin que una sensible novedad no altere las múltiples y variadas versiones que existen sobre el fallecimiento del ciclista. Lo único que está claro, para desgracia de todos, es que el Pirata está enterrado en Cesenatico, su localidad natal, mientras cientos de personas investigan qué pasó exactamente aquella lejana tarde del día de San Valentín de hace diez años. Al final, el único que no descansa en paz es el pobre Marco, al que podrían incluso sacar de su tumba para volver a examinarlo.

La nueva investigación sigue su curso. Y puede que no sea el que gustaría a la familia Pantani, ni a sus más allegados. Todos esperaban que cada paso que se diera aclarara más y más que lo que sucedió en la residencia Le Rose fue un homicidio voluntario de unos camorristas contra Pantani. Pero la justicia no siempre resulta ser lo esperado por todos. Las pruebas se examinan, una y otra vez (de manera muy literal en este caso), se habla con la gente que estuvo allí, se ven los vídeos grabados… y se extraen nuevas o iguales conclusiones.

Esta vez, la conclusión obtenida por el profesor Franco Tagliaro, médico forense encargado de examinar las imágenes de ese 14 de febrero, dice que las heridas que presentaba Marco Pantani en su cuerpo no son compatibles con las que resultarían de un forcejeo, de una pelea. Es decir, justo lo contrario a lo que argumenta la familia del Pirata, que sostiene que Marco fue agredido por los hombres que supuestamente lo mataron, antes de que estos le hicieran ingerir 30 gramos de cocaína disuelta en agua. Por lo tanto, si nadie golpeó a Pantani, ¿de dónde salieron esas heridas?

Según Tagliaro, los golpes y hematomas que tenía Pantani cuando murió se los habría autoinfligido él mismo durante el delirio posterior a la ingesta de la cocaína. No fueron los golpes lo que mató a Pantani, una conclusión que, si obvia, no deja de ser tremendamente importante. Cada detalle en esta situación cuenta, y mucho. De hecho, que Pantani se hiriera a sí mismo durante el delirio hace pensar de nuevo a los investigadores que nadie le forzó para ingerir la cocaína, sino que se la habría tomado él mismo. Pero esa cantidad de droga era más que mortal, ¿se estaría intentando suicidar?

No hay respuesta aún a esa cuestión. Fue lo que se planteó durante el primer juicio que vio su fin en 2011. Pantani, voluntariamente o no, se tomó 30 gramos de cocaína, causa de su muerte. Su adicción a la cocaína no era ningún secreto en el pelotón. Después de aquel fatídico episodio en Madonna di Campiglio durante el Giro de 1999, Pantani empezó a consumir, y no paró hasta morir. Pero ello no quiere decir que hubiese tomado la decisión de tomar una sobredosis, ni siquiera de que lo hiciera inconscientemente.

Y aún queda el misterio de la pequeña bola de plástico rellena de cocaína que se encontró en la habitación del Pirata, pero que aparece y desaparece en los vídeos que grabaron los Carabinieri en el lugar del suceso. Lo mismo sucede con una botella de plástico que supuestamente se habría usado para disolver la cocaína en agua. Todo un misterio que está lejos de ser resuelto.

En el caso de la muerte de Marco Pantani no pasan dos semanas sin que una sensible novedad no altere las múltiples y variadas versiones que existen sobre el fallecimiento del ciclista. Lo único que está claro, para desgracia de todos, es que el Pirata está enterrado en Cesenatico, su localidad natal, mientras cientos de personas investigan qué pasó exactamente aquella lejana tarde del día de San Valentín de hace diez años. Al final, el único que no descansa en paz es el pobre Marco, al que podrían incluso sacar de su tumba para volver a examinarlo.

Marco Pantani
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