Denver Nuggets-Miami Heat en las finales de la NBA: guía para no perderte nada

The Finals ya están aquí. La pelea por el anillo de campeón de la NBA tiene ya contendientes, después de que 30 fueran los llamados y solo dos los elegidos: Miami Heat y Denver Nuggets. De ese choque saldrá el merecedor del trofeo Larry O'Brien que cada año fabrica Tiffanys y envía a las oficinas del vencedor. El salto inicial del primer partido será en la madrugada del viernes al sábado a las 2:30 horas.

Este año las finales de la NBA tienen además un aliciente extra. Ambos equipos han llegado a la eliminatoria final recorriendo sendas opuestas. Los Nuggets fueron, de largo, el mejor equipo de la Conferencia Oeste, se hicieron con ventaja de campo para todos los playoffs -incluyendo las finales- y solventaron todas sus eliminatorias con relativa sencillez. Prueba de ello es el 4-0 que le endosaron a los Lakers de LeBron James y Anthony Davis.

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Álvaro Carretero

Al otro lado, los Heat. Miami, tras ser uno de los mejores equipos del año pasado, ha sufrido las de Caín. Fueron octavos en el Este, perdieron el primer partido del play-in (una eliminatoria que disputan del séptimo al décimo de cada conferencia para entrar a los playoffs) por más de 20 puntos y se la jugaron a todo o nada simplemente para entrar en las eliminatorias finales. A partir de ahí, han destrozado al máximo favorito, los Bucks de Antetokounmpo, a los Knicks y a unos Celtics que, probablemente, tienen una de las mejores plantillas de la competición.

Es, a priori, un duelo desequilibrado a priori. Pero, claro, las cosas cambian una vez el balón está en el aire. ¿Vas a ver las finales de la NBA? Esta es una pequeña guía de a dónde mirar para no perderte nada:

Cuando ataque Miami

Los Heat son un equipo de soldados. Conocen perfectamente la Santísima Trinidad que guía el proyecto: Pat Riley en el despacho, Erik Spoelstra en el banquillo y Jimmy Butler en la pista. Si cualquiera de ellos tres manda tirarse por el barranco más próximo, probablemente la mitad del equipo ni abriría la boca.

Miami es un equipo limitado en cuanto a talento, por lo que cabe preguntarse cómo han llegado hasta aquí. La respuesta es clara: competitividad y fe ciega. Spoelstra, del que se habla poco para todo lo que ha hecho, tiene a todos enchufados y sabe sacar perfectamente lo mejor de sus muchachos. Prueba de ello es Caleb Martin, que no fue elegido en el draft y que ha pasado de ser despedido por los penosos Charlotte Hornets a endosarle 26 puntos a los Celtics en Boston en el séptimo partido de la final del Este. Poca broma.

En cualquier caso, los ataques de Miami son controlables. Su gran virtud es el movimiento de balón y la continua permuta de sus piezas, siempre partiendo de lo que sea capaz de generar Butler en sus uno contra uno con el defensor, siempre con su tendencia habitual a ocupar el lado derecho del ataque. Buscará el bloqueo de Adebayo en la cabeza de la pintura, tratando de aislar a Aaron Gordon o Jokic fuera de la zona. Si lo consigue de forma consistente, y si mejora sus porcentajes de tiro, hay opciones.

El resto de jugadores es un ejército de avispas buscando el triple. Si están acertados te pueden buscar un problema, pero si la cosa se atasca el ataque de Miami estará en peligro. Sobre todo porque la defensa de Denver no es cosa menor (por lo que es cosa mayor, ya saben). Kentavious Caldwell-Pope y Michael Porter Jr se bastan y se sobran para turnarse la defensa de Butler y tienen piernas y físico para además sumar en ataque.

El punto más débil de la defensa de Denver es su base, Jamal Murray. Es muy probable que busquen atacarle de forma recurrente con dos objetivos: sacarle faltas y desgastarle físicamente para que llegue fundido al final de partido.

Cuando ataque Denver

Aquí empieza la magia. Los de Mike Malone son el mejor ataque de la liga por un motivo bastante evidente: tienen a Nikola Jokic. El serbio, dos veces MVP de la NBA, es ahora mismo el mejor jugador de baloncesto del mundo con mucha diferencia. Con él empieza y acaba todo en Denver y Miami debería contentarse con limitar su influencia sobre el juego, porque hacer mucho más es casi imposible.

Jokic lo tiene todo. Juega en la pintura, tira de tres, rebotea en ataque y además genera constantes ventajas para sus compañeros con la atención que atrae y lo inteligente que es. No sería raro que promediara un triple doble en las finales. Además, llega descansado y enfrente no hay ningún pívot defensivo que pueda molestarle físicamente. Con Jokic a su nivel, el que hemos visto en las eliminatorias contra Phoenix o Los Angeles, Denver es claramente favorito.

Además de eso, los Nuggets cuentan con las explosiones anotadoras de Murray, la consistencia de Gordon o Caldwell-Pope y la versatilidad de Porter Jr.

¿Qué pueden hacer los Heat contra todas estas armas? Pues tirar de competitividad, porque no hay mucho más. No hay antídoto contra Jokic y veremos qué pueden hacer contra Murray. Bien es verdad que este último es como el Guadiana, pero cuando entra en ritmo anotador hay que contentarse con dejarle en 35 o 40 puntos, porque su capacidad para destrozar el partido en un cuarto ya la han sufrido, por ejemplo, los Lakers.

La gran arma defensiva de Miami en estos playoffs ha sido la zona 2-3 planteada por Spoelstra. Por supuesto que la veremos, más pronto que tarde, pero si los Nuggets entran en combustión ofensiva desde el triple los Heat tendrán que plantearse volver a la defensa individual. Y ahí Adebayo va a sufrir lo indecible con Jokic.

¿Quién gana?

Los Nuggets fueron el mejor equipo de su conferencia y los Heat entraron en playoffs en el último segundo. Dicho esto, los Bucks y los Celtics también eran superfavoritos contra los de Miami y ahora mismo están en chanclas en alguna playa de Cancún. Es de presuponer que los de Malone llevarán varios días con las barbas en remojo.

También será relevante el factor experiencia. Es la primera vez que Denver Nuggets llega a una final de la NBA, mientras que será la segunda en cuatro años para los de Florida. ¿Afectará? ¿Temblará el brazo en el momento clave? La batalla empieza el viernes de madrugada.