El regreso tras la odisea o por qué los Warriors son candidatos al anillo

Los Golden State Warriors han vuelto. El equipo de Steve Kerr está en las finales de la conferencia Oeste después de dos años de odisea. La lesión de Klay Thompson y la falta de escuderos para Stephen Curry fue un lastre importante. Habían ganado tres anillos en cuatro años y las finales ante Toronto en 2019 (perdieron 4-2) parecían el canto del cisne perfecto. Sin embargo, los canadienses lograron el anillo. Y Marc Gasol se convirtió en el segundo español en añadirlo a su palmarés. Tras aquella eliminatoria, vinieron tiempos de sombras.

La mala fortuna y Thompson jugaron en el mismo equipo. Quizá en aquella jugada empezó el ocaso del ciclo triunfal de los Warriors. El escolta sufrió una rotura de ligamentos, que encadenó con otra del tendón de Aquiles. En total, 941 días fuera de la pista. Un martirio que llegó a su fin en enero de este año. Lo normal era que le costara regresar a la dinámica, pero Klay no pensó lo mismo. Es de nuevo ese jugador determinante para el equipo y así se comprobó en el último partido de la eliminatoria ante Memphis Grizzlies (4-2 ganaron), donde anotó 30 puntos. Curry necesitaba la vuelta de su Sancho Panza.

Aquella eliminatoria ante Toronto dejó otras noticias negativas. Kevin Durant, que forzó para jugar el quinto partido, se rompió el tendón de Aquiles. Estuvo un año de baja, pero no se recuperó en San Francisco. Ese mismo verano abandonó el equipo rumbo a Brooklyn para jugar en los Nets. Se especuló con una salida debido a una disputa con Draymond Green tras un encuentro ante los Clippers. Durant, sin embargo, confirmó meses más tarde que fue por la manera en la que los dirigentes manejaron esas divergencias.

El golpe de realidad

La temporada 2019/20 fue un golpe de realidad. A la lesión de Thompson y a la salida de Durant, se sumó una mala temporada de Curry. Además, los Warriors ya no tenían el fondo de armario que los coronó años atrás. No estaban Livingston, Iguodala, David Lee… Solo ganaron 15 partidos (50 derrotas), unos números paupérrimos en comparación con, por ejemplo, el récord de 2016 (73-9).

Las estadísticas las mejoraron el año pasado (39 victorias y 33 derrotas). De hecho, se clasificaron para el 'play-in', donde cayeron ante Lakers y Grizzlies. Ya se vislumbraba un cambio que se ha confirmado esta temporada. Los Warriors han vuelto. Y quieren un nuevo anillo bajo los líderes que les llevaron al Olimpo.

La fortuna, esta vez, sí se alineó con los Warriors. En las semifinales ante Memphis, los Grizzlies no contaron con Ja Morant, que les estaba poniendo en apuros. Es cierto que fue suerte, pero tampoco hay que desmerecer el trabajo de Green, estelar en defensa y fundamental para que no sufran más de lo deseado en esa parcela.

Unos rivales temidos

Su 'rookie', Jonathan Kuminga, está a la altura de los jugadores del quinteto titular por los destellos que está dejando en esta temporada. La marcha de Durant los hundió, pero ahora son de nuevo ese equipo de 2016. No tienen muchas estrellas, pero el colectivo está a un nivel espectacular. Y con ganas de eliminar a cualquiera.

Sus rivales son fuertes y será difícil ganar el anillo. En la final de conferencia, probablemente, espere Phoenix. Los Suns tienen a Chris Paul como estandarte del equipo y se divierten muchísimo en ataque. Por su parte, en la final por el anillo los adversarios quizá sean los Celtics. En su equipo, tienen a Smart, mejor defensor del año y que puede poner en problemas a Curry. La defensa de los Boston será una fortaleza inexpugnable para el equipo de Kerr. Pero este año han recuperado la diversión. Y la ilusión. Y son candidatos al anillo.