Jugando contra mitos: 27 años del Open McDonald's en Madrid
Real Madrid y Boston Celtics juegan este jueves un amistoso en Madrid. En 1988, ambos equipos jugaron la final del primer Open McDonald's que se disputó en suelo europeo. Así fue aquel partido
Este jueves, Real Madrid y Boston Celtics jugarán en Madrid un partido lleno de historia. Frente a frente, aunque sea un amistoso, el equipo más laureado de la NBA contra el más laureado del baloncesto europeo. El duelo, que forma parte de los 'Global Games' que organiza la liga norteamericana, llegará unos días antes del 27º aniversario del primer partido entre ambos equipos.
En 1988 se celebró la segunda edición del Open McDonald's, un torneo impulsado por la liga estadounidense y la FIBA y que enfrentaba a un equipo NBA con varios equipos europeos, ya fueran clubes o selecciones. Tras el de 1987 en Milwaukee, en 1988 el torneo viajó a Madrid y lo hizo con una de las franquicias míticas: los Boston Celtics. Le acompañaron, además del Real Madrid, la selección de Yugoslavia y el Scavolini italiano.
En aquella época, David Stern, comisionado de la NBA, impulsaba el crecimiento internacional de la competición. "Cada vez más, la idea de enviar a los equipos de baloncesto más conocidos del mundo como nuestros embajadores parecía tener mucho sentido", explicó Stern años después. Al Open le siguió el 'Dream Team' en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, la llegada de jugadores internacionales y una expansión que ha convertido a la liga en algo muy cercano a los aficionados de casi cualquier parte del mundo.
Pero en 1988 aún seguía estando muy lejos. Y el Open McDonald's fue la primera ocasión en la que los aficionados españoles pudieron sentir de cerca la NBA. Los Celtics ganaron a Yugoslavia y el Madrid ganó al Scavolini. El 24 de octubre ambos equipos se enfrenaron en el Palacio de los Deportes. Vencieron los verdes, pero el resultado fue lo menos. Varios de los protagonistas y testigos de aquel partido nos cuentan cómo fue. Son tres de los jugadores (Fernando Romay, Pep Cargol y Quique Villalobos), el entrenador (Lolo Sainz) y uno de los periodistas que contaron el torneo en 'TVE': Ramón Trecet.
Mucho más que un torneo de baloncesto
El día antes de debutar, los Boston Celtics fueron recibidos en el Palacio de la Zarzuela por el príncipe de Astrurias, a quien entregaron una camiseta con el número 1 y el nombre 'Borbón'. No era un simple partido amistoso.
Ramón Trecet: La NBA, dándose cuenta de la importancia que para ellos tenía esto, vino no solamente con el equipo de los Celtics, sino con una serie de embajadores. Vino Julius Erving, que era y sigue siendo uno de los mitos de la NBA; o Red Auerbach, el entrenador de los Celtics que había ganado nueve títulos. Los directivos de la liga, con David Stern al frente, se pusieron a nuestra disposición para lo que quisiéramos hacer: cualquier entrevista o cualquier historia. Eran muy conscientes de lo que eso suponía para su promoción.
Lolo Sainz: Los Celtics eran un equipo de referencia, con Larry Bird a la cabeza. Hubo un 'boom' enorme dentro de lo que era el mundillo del baloncesto y lo que no era el mundo del baloncesto en la ciudad. Fue un gran acontecimiento. Eso quizá nos obligaba a no tomarnos el partido demasiado en broma y salir a por todas. Había que intentar jugar tranquilos, pero dentro de la responsabilidad de no hacer el ridículo.
Trecet: No sé si era el equipo más grande de la historia de los Celtics, pero sí uno de los más grandes.
Fernando Romay: Los Celtics son el Real Madrid en la NBA, por la concepción de club, por la tradición, por todo. Es un partido que es mucho más especial que contra cualquier otro equipo de la NBA. Y en este caso era la primera vez que la NBA venía a España (ndr: era la segunda. En 1956, los Syracuse Nationals pararon en España en su gira internacional y jugaron cinco partidos).
Trecet: Hay un momento en el que le pregunto a Julius Erving: ¿cómo podemos explicar el tipo de canastas que metías con una mano a aro pasado? Y él simplemente abre la mano derecha y me la pone delante de la cara.
Sainz: Los directivos estaban encantados con que viniera la NBA, que la gente nos conociera en Estados Unidos y que algún día pensáramos que un equipo como el Madrid pudiera llegar a la NBA. Pero los que estábamos dentro del mundillo del baloncesto sabíamos que era muy difícil, imposible.
Nadie quería perderse el partido
En las dos semifinales hubo asientos vacíos, pero para la final el Palacio reventó. "El lleno será espectacular si los revendedores aflojan en sus aspiraciones económicas, ya que la cotización de las entradas en el mercado de reventa están a una media de 20.000 pesetas, cifra realmente escandalosa pero que, según los expertos en este "negocio", está sujeta a la ley de la oferta y la demanda" ('Mundo Deportivo', 23-10-1988).
Pep Cargol: Recuerdo que transformaron el Palacio. Lo convirtieron en otro sitio, más bonito. Había un velódromo y lo taparon. Era como lo que veías en televisión.
Quique Villalobos: En nuestros partidos se veía el velódromo. Pero los de la NBA pusieron unas telas. El ambiente fue brutal.
Sainz: Casi, casi no nos dejaron entrenar en el pabellón.
Romay: Entradas, todas. Era el típico partido en el que te llamaba uno y te decía 'oye, no tendrás dos entradas, aunque sea pagando'. 'Que no tengo, que a mí me las cobran'.
Sainz: Me llamó mucho la atención la enorme expectación que se despertó y cómo estaba el Palacio, a reventar, con la gente entregada.
Villalobos: Todo el mundo quería ver el partido en directo. Si hubieran cabido 20.000 personas, se habría llenado. Tenías la sensación de estar haciendo historia.
Romay: Era la primera vez que podías verlos en persona, tenías la ocasión de que te firmaran un autógrafo o de hacerles una foto y no tener que recortarla de las revistas. Era un subidón importante.
Defendiendo a un póster
"El desconocimiento te hacía idolotrar más a unos jugadores que a otros que eran, yo creo, tan buenos como ellos, pero que eran más comunes en España, como Sabonis", explica Romay. En la actualidad, la NBA es una competición cercana debido al proceso internacionalización, tanto económica como deportiva. Pero en los 80, jugar contra un equipo NBA significaba jugar contra algunos de tus ídolos.
Cargol: Ese partido era jugar contra alguien que solo habías visto en revistas, en pósteres o en cintas, porque tampoco podías ver partidos en directo. Estabas jugando contra mitos. Pero nosotros queríamos ganar.
Villalobos: Yo venía de jugar en Primera B, el equivalente a la actual LEB Oro, con el Caja Madrid. Para mí fue completamente inesperado pasar en unos meses de jugar ahí a hacerlo contra los Boston Celtics. Ese equipo estaba lleno de mitos, fue un 'shock'.
Romay: Enfrentarme a Robert Parish fue algo distinto. Estabas defendiendo a un póster, al ídolo al que tenías en la habitación colgado. Estaba en un estado de euforia y nerviosismo inusual para el tipo de partido que era. Me imagino que sería fantástico para él, pero para mí fue durísimo, porque era un pívot muy rocoso, muy difícil de mover, había que estar continuamente luchando contra él porque cuando te relajabas te cogía la posición. En su aspecto físico era imperturbable.
Villalobos: Yo sólo sé que no dejé de mirar a Larry Bird durante todo el calentamiento, y no falló ningún tiro. No me acuerdo de lo que nos dijo Lolo ni del planteamiento del partido.
La presión de Drazen Petrovic y Fernando Martín
En el Madrid, dos jugadores centraban la atención: Drazen Petrovic y Fernando Martín. Al primero lo había fichado unos meses antes, y si había alguien con ganas de demostrar algo en el partido contra los Celtics, ese era él. A final de temporada abandonó el club y se fue a la NBA. De ahí había llegado en 1987 Fernando Martín.
Villalobos: Drazen era tan competitivo que quería demostrar que era mejor siempre. Salía igual en todos los partidos. Y en los entrenamientos, también: te la quería meter siempre. ¿Que estaba más nervioso? Pues a lo mejor sí.
Cargol: Ni antes ni durante el partido vi nada especial. Pero después, cuando he vuelto a verlo, sí que he notado que tenía especiales ganas.
Romay: ¿En qué partido no salía autopresionado Drazen Petrovic? No he visto ningún jugador que estuvise menos relajado en ningún partido o entrenamiento. Lo que pasa es que él se había autoprogramado para ser una estrella de la NBA y este partido era importante para el futuro que había soñado y que quería conseguir.
Sainz: Eso le pasó factura porque jugó demasiado tensionado, sin ser como era él. Y además los Boston Celtics sabían perfectamente quién era Drazen Petrovic y algún otro jugador, como Fernando Martín, que era más conocido. Y a estos sí que les apretaron. Los defendieron con mucha dureza, con mucha fuerza, y les costaba más trabajo moverse.
Trecet: Fernando acababa volver de Estados Unidos y se enfrentaba a un equipo de la NBA. Para él era un partido muy importante. Era volver a decirles a los de su antigua liga: 'Oye, que sepáis que yo juego así cuando me dejan jugar'.
La misión de Pep Cargol: parar a la leyenda
Esto dijo Larry Bird tras su primer entrenamiento en el Palacio de los Deportes: "Creo que es una pista para tiradores, ya que los aros son bastante blandos. Espero brindar un buen espectáculo". La tarea de defender a Bird le tocó a Pep Cargol, uno de los jugadores más jóvenes de la plantilla. El alero de los Celtics acabó con 29 puntos, pero Cargol dejó una muy buena impresión. Acabó con 15 puntos.
Cargol: Yo era el joven de aquel Real Madrid, que estaba plagado de grandísimos jugadores: Fernando Martín, Romay, Biriukov... Estaba alucinando, disfrutando. Con un punto de inconsciencia.
Sainz: Fue la estrella del partido. El 'MVP', casi. Jugó muy bien. Hizo un partido estupendo, extraordinario. Era un magnífico jugador, aunque demasiado responsable en determinados momentos. En los partidos de Copa de Europa tanta responsabilidad mermaba un poco sus facultades. En este partido, que realmente era un partido de exhibición, el tío se salió, tanto en ataque como en defensa. Yo creo que en ataque estuvo fantástico.
Cargol: ¿Que si defendí bien a Larry Bird? Qué va, si ese hombre metió las que quiso. Yo intenté molestar.
Trecet: Es modesto. Yo creo que hizo un gran partido. Pero todo lo que pasó en aquel encuentro está amplificado, por así decirlo. Si Pep Cargol estuvo bien, el paso del tiempo ha convertido su actuación en excepcional. El mito amplifica las cosas, y el paso del tiempo las amplifica más.
Larry Bird sentenció
Villalobos: Hay que poner el partido en contexto. No era nuestra pretemporada, nosotros ya habíamos jugado varios partidos. Y estos se habían juntado unos días antes. Por eso cuando vieron que íbamos en serio, dijeron 'vamos a ponernos las pilas'.
Sainz: Había unas normas: presionar a sus bases, que no nos cogieran demasiados rebotes ofensivos... Pero lo que tenían que hacer era disfrutar de jugar contra un equipo como los Celtics. Yo, desde luego, si hubiera sido jugador, habría disfrutado. Disfruté mucho como entrenador, pero como jugador habría sido el no va más.
Romay: Yo estaba tan concentrado en el partido y en lo que tenía que hacer que no tenía ni impresiones. Las únicas impresiones que tenía era las que me dejaba Robert Parish cada vez que se movía y me daba una leche. Impresiones digitales.
Villalobos: Yo jugué muy poquito, tres minutos o así. Tengo muy pocos recuerdos de los minutos que estuve en pista. Tuve un contragolpe en el que asistí para que Cargol anotara, y me puse muy contento.
Sainz: En los tres primeros cuartos tampoco es que Larry Bird jugara mucho. Cuando destapó el tarro de las esencias fue en el último. Hizo un partidazo; realmente fue el hombre que decidió la victoria.
Cargol: Sí que es verdad que en el último cuarto tuve la sensación de que se pusieron a jugar. Y se acabó. Empezaron a pasar cosas mucho más rápidas y más efectivas. Estaban en pista Johnson, Ainge, Bird, Parish y McHale.
Sainz: Me llamó la atención ver cómo estos jugadores NBA también tienen su corazón y su garra. No les gustaba perder ni a las canicas. Apretaron al final con un espíritu de campeones. Y eso me dio pie luego para ponérselo como ejemplo a mis jugadores.
Ficha del partido
Real Madrid (96): Petrovic (22), Biriukov (18), Rogers (13), Fernando Martín (12), Romay (4) –cinco inicial– Antonio Martín (7), Llorente (4), Cargol (15), Villalobos (1).
Boston Celtics (111): Dennis Johnson (10), Danny Ainge (11), Larry Bird (29), Kevin McHale (13), Robert Parish (10) –cinco inicial– Brian Shaw (6), Jimmy Paxson (8), Reggie Lewis (5), Brad Lohaus (7), Mark Acres (8), Ramón Rivas (0), Gerald Paddio (0), Ennis Whatley (2), Ron Grandison (2).
Este jueves, Real Madrid y Boston Celtics jugarán en Madrid un partido lleno de historia. Frente a frente, aunque sea un amistoso, el equipo más laureado de la NBA contra el más laureado del baloncesto europeo. El duelo, que forma parte de los 'Global Games' que organiza la liga norteamericana, llegará unos días antes del 27º aniversario del primer partido entre ambos equipos.