España se cita con la historia: jugará su sexta final de Eurobasket tras vencer a Hungría (69-60)

La Selección Española de Baloncesto disputará la final del Eurobasket femenino ante las ganadoras del Bélgica-Francia tras sufrir para vencer a Hungría en unas duras semifinales (69-60). Los dos primeros cuartos de España fueron sensacionales, pero en la vuelta del descanso se apagó un poco el equipo. A pesar de la mala segunda parte, España no estuvo nunca por detrás en el marcador.

España empezó como un tiro el partido. En ese inicio, hay que destacar un nombre por encima del resto, Alba Torrens. Fue la autora de los diez primeros puntos de la Selección, asumiendo la responsabilidad del equipo en los momentos más relevantes. Las húngaras entraron mal al encuentro y el combinado español lo aprovechó para sacar una ventaja que no fueron capaces de remontar sus rivales.

Hungría se hizo fuerte en el final del primer cuarto, que concluyó con sólo cuatro puntos de ventaja para España (18-14). La Selección resistió esa primera ofensiva húngara, incapaz de estar acertadas desde fuera, pero con mucho acierto desde el poste bajo. La defensa tenía que ser más feroz.

La anotación de Torrens

El segundo cuarto fue un nuevo despertar de la Selección, conscientes de que Hungría tenía ganas de mostrar todo su arsenal ofensivo para hacerse con una plaza en la final. Tan bueno fue el inicio de las españolas que rápidamente tuvieron que pedir tiempo muerto sus rivales. Paula Ginzo se movió a la perfección en la zona, mientras que Torrens siguió con su buena actuación desde el exterior.

No se había llegado todavía al descanso cuando Torrens sumaba ya 16 puntos, convirtiéndose de manera clara en la máxima anotadora del encuentro. La tónica continuó a lo largo de un segundo cuarto en el que las húngaras se quedaron totalmente desconcertadas. Y que concluyó con diez puntos de ventaja a favor de España.

El apretado final de partido

Las dificultades, eso sí, llegaron en el tercer cuarto, cuando España vio el cambio de actitud de Hungría, que se acercó cada vez con más peligro en el marcador. No obstante, las húngaras, en sus mejores momentos en ataque, realizaron varias pérdidas que fueron un disparo en el pie. A esos errores se aferró la Selección en sus peores momentos en el partido.

Llegar a una final no es moco de pavo y, por tanto, hay que sudar y mucho. España lo hizo, con un final de partido muy apretado, y de infarto. Hubo un tiempo muerto de Miguel Méndez que dio alas al equipo. Sólo quedaban dos minutos para cerrar el pase. Y la Selección lo hizo. Ahora llega la final.