De Gasol a Almansa y Mara: España, cantera inagotable que ya ha superado las 150 medallas
Las selecciones absolutas e inferiores lograron doce medallas en 2022 y rozaron el 90% de victorias. En verano de 2023 ya suman un oro, una plata y otro bronce
España es la selección más exitosa en baloncesto del siglo XXI, con permiso de Estados Unidos. Es la número 1 del ranking Fiba tras conquistar el último Mundial y también lidera en número de victorias los torneos internacionales organizados entre masculinos, femeninos y categorías inferiores. Por el camino ha sorteado conflictos internos, la crisis económica que acabó con clubes históricos y retiradas de jugadores que marcaron época, pero los cimientos han sido sólidos. Hoy el básquet español goza de la mejor salud posible y mueve un negocio anual de más de 230 millones de euros, según datos extraídos de 2Playbook Intelligence.
España ha organizado siete torneos internacionales desde que fue sede del Mundial de 2014. Cuatro Mundiales en categorías sub-17 y sub-19, un Eurobasket sub-20 femenino y, en categoría absoluta, el Mundial femenino en 2018 en Tenerife y el Eurobasket femenino de 2021. Anteriormente también había albergado el Eurobasket masculino de 2007 en Madrid, los de 1993 y 1973 en Barcelona, y el femenino de 1987 en Cádiz.
La organización de grandes torneos ha demostrado ser una palanca no solo económica para los territorios, sino también comercial para clubes y federación y ha sido un elemento clave para impulsar la práctica del deporte. La organización del Mundial de 2023 atrajo a sus dos principales patrocinadores, CaixaBank y Endesa, que continúan tras una década, entre otras marcas.
En términos de licencias federativas, el poso que deja la organización de torneos en categoría absoluta también es evidente. Tras el Eurobasket de 2007 el número de fichas creció un 16,4% en los siguientes tres años y rebasaron por primera vez las 400.000 en 2010, según datos del Consejo Superior de Deportes (CSD). Cuando la crisis económica pasó factura al bolsillo de los españoles y cayeron los federados en casi todos los deportes, llegó el Mundial 2014.
Entre 2013 y 2014 se habían perdido casi 50.000 jugadores federados, que no incluye los que juegan otras competiciones como las escolares, locales u otros torneos. Usando la misma referencia de trienio, las licencias remontaron de nuevo hasta 385.000 en 2018, justo antes del Mundial femenino de 2018. La pandemia volvió a frenar la tendencia al alza, pero a cierre de 2022 ya está casi al mismo nivel que antes de la Covid-19.
España lidera en torneos organizados en la última década y en número de medallas
“No hay receta una receta del éxito. En la federación trabajamos en colaboración permanente con los clubes, en seguimiento, planificación, siempre partiendo de la base de que el jugador es el centro de todos los planteamientos. Todo ello se traduce en un nivel de competitividad extraordinario, y en esto juegan también un papel muy importante las dos Selecciones Absolutas, que son un ejemplo y un espejo para las generaciones jóvenes”, explica Jorge Garbajosa, su presidente.
“El baloncesto como deporte va mucho más allá, traspasa las fronteras de la competición al más alto nivel. El baloncesto español una auténtica referencia en todo el mundo”, apunta José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank.
“En nuestras Ligas contamos con el sistema de cupos de formación, en algunas de ellas incluso, según las bases de competición, debe haber un número mínimo en pista durante el partido. Y además, incentivamos económicamente el número de jugadores de formación. Son las medidas más posibilistas encuadradas en el momento actual del baloncesto y el deporte en general. Pero lo más importante, reglamentos al margen, es que nuestros clubes están cada día más convencidos de la importancia de dar a nuestros jugadores y jugadoras las máximas oportunidades para su desarrollo. Esta conciencia, que creo que tenemos todos los estamentos, es la base del crecimiento”, apunta Garbajosa.
Sin embargo, cada vez cuesta más que los jóvenes talentos se consoliden, especialmente en ACB. Los clubes formadores solicitan más apoyos para rentabilizar o, al menos, proteger su inversión en cantera y fomentar que más equipos apuesten por cuidar la base en lugar de utilizar el grueso de sus recursos en jugadores extranjeros por una o dos temporadas para mantener la categoría.
En Liga Femenina sí está siendo más eficaz. Los clubes apuestan por jugadoras nacionales de formación y aprovechan las bonificaciones que ofrece la FEB en el pago de las cuotas por participar en las ligas. Además, los cambios en la WNBA hacen que cada vez sea más difícil importar jugadoras y competir con otros grandes clubes europeos, con mucho más presupuesto. La LF ha apostado por la fábrica nacional como seña para recuperar su identidad y ha logrado recuperar a grandes jugadoras españolas que, en su momento, tuvieron que emigrar. Los clubes ACB tratan ahora de contener esa fuga en dirección a la NCAA, la NBA u otros clubes europeos.
La ACB es, de hecho, la liga con más extranjeros y España es el país que más talentos importa y el segundo que más exporta, según el informe anual Fiba Migration Report 2022. También es la liga más veterana, con una media de 27 años pero, aunque los extranjeros copan el 71,5% de las plantillas de ACB y LF, sólo disputan el 17,4% de los minutos por partido, muy por debajo de la media mundial. Baskonia, Burgos, Murcia y Fuenlabrada son los cuatro clubes con más foráneos del mundo.
Aun así, la ACB aún es la liga doméstica más potente deportiva y económicamente por detrás de la NBA. Y la Liga Femenina sigue dando pasos para regresar a la élite como competición, a pesar de que sus clubes siguen disputando finales de Euroliga y Eurocup de forma recurrente. Ninguna otra competición se acerca a los 200 millones generados por el baloncesto español, de los que la Liga Endesa aporta más del 70% del negocio.
La ACB y sus clubes aportan el 70% de los ingresos totales del baloncesto español
La FEB ha presupuestado 27 millones de euros en 2023, el año de su centenario. Va en línea de los ingresos de la ACB como gestora, que ya alcanzaron 33 millones en 2022. A ello se añade la facturación agregada de clubes de LF, LEB Oro y otras categorías. También se incluye el negocio de las federaciones autonómicas, de en torno a 30 millones de euros. De hecho, federaciones como la catalana generan más ingresos que la mayoría de federaciones nacionales de otras modalidades deportivas, incluidas las de voleibol o rugby.
Además de la fortaleza de clubes, ligas y selecciones, también está la de los deportistas. Pau Gasol y Amaya Valdemoro han sido iconos del deporte, no sólo en España. Valdemoro ha entrado este año en el Hall of Fame de la Fiba, y Gasol lo hará también este año en el de la NBA, justo después de la retirada de su dorsal en los Lakers. Entre ambos suman cinco anillos de campeón, a los que se añaden el de Marc Gasol, Serge Ibaka y Sergio Scariolo en los Raptors, y los de Anna Cruz y Astou Ndour. En total, 15 jugadoras españolas han pasado por la WNBA y 20 por la NBA. Aguilar, por su parte, entró en septiembre de 2022 en el Hall of Fame del baloncesto español.
El papel internacional de España no se limita únicamente a títulos y embajadores. La llegada de Garbajosa a la FEB también supuso recuperar asiento en los consejos de Fiba y Fiba Europa. De hecho, Garbajosa ha estado a cargo de la división de competiciones en la federación europea, de la que ha sido elegido su nuevo presidente, posición que le ha permitido adelantar en las competiciones españolas los cambios ahora se busca aplicar en el Viejo Continente. El baloncesto español se ha ganado la influencia por el trabajo en la gestión de la pirámide, desde la base al profesionalismo. Y los éxitos deportivos han sido el aval para mostrarla al mundo.
España es la selección más exitosa en baloncesto del siglo XXI, con permiso de Estados Unidos. Es la número 1 del ranking Fiba tras conquistar el último Mundial y también lidera en número de victorias los torneos internacionales organizados entre masculinos, femeninos y categorías inferiores. Por el camino ha sorteado conflictos internos, la crisis económica que acabó con clubes históricos y retiradas de jugadores que marcaron época, pero los cimientos han sido sólidos. Hoy el básquet español goza de la mejor salud posible y mueve un negocio anual de más de 230 millones de euros, según datos extraídos de 2Playbook Intelligence.
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