La altura de Bourousis y Mejri hacen del Real Madrid un rodillo sin techo

Que el Madrid divierte como pocos a esto del baloncesto es algo irrefutable. Pocos equipos han logrado una identificación tan perfecta con su afición y su historia como el equipo de Laso. Este Madrid, admirado y reconocible por los veteranos de la casa blanca, ha elevado el juego a su versión más lúdica: anotar más que el contrario, cuanto más mejor. A falta de lograr una mayor continuidad en los partidos, algo que el tiempo pulirá, los de Pablo Laso han completado su elenco de actores con Bourousis y Mejri, cubriendo el déficit en la pintura que arrastraba el equipo de Laso, donde Slaughter y Reyes se demostraron insuficientes para toda la temporada.

Si el año pasado el equipo se nublaba cuando los tiradores se fundían, no ocurre así en el presente curso. Al mantenimiento de la excelsa terna de fusiles que mantiene el cuadro blanco (sólo hay que ver la actuación de Jayce Carroll ante Baskonia, con 25 puntos) ha unido un 5 de garantías, haciendo olvidar otras incorporaciones para esa posición que resultaron nefastas. No es fácil adaptarse al volcánico ritmo que imprime Laso en su equipo. No sólo en defensa, donde la intensidad defensiva es asfixiante, sino al frenético ritmo que imprime en ataque. Cada robo se convierte en una estampida hacia el aro rival como si no hubiera un mañana. Se exige por tanto para los jugadores del poste bajo una gran velocidad de piernas, perjudicial normalmente en jugadores de tanta altura. No sucede así con Bourousis o Mejri. Ambos han engarzado en el juego del equipo con una naturalidad inusual.

Ante Baskonia, paradigma del momento en el que se encuentra el Madrid, los refuerzos demostraron que a poco que pasen los partidos van a poner la guinda a un plantel que este año aspira a todo. En tan sólo 7 minutos de partido, Bourousis sumó 13 puntos, con 16 de valoración, mientras que Mejri terminó con 12 puntos en 21 minutos, obteniendo un 16 de valoración.

Si Sergio Rodríguez siempre tiene en el rabillo del ojo los movimientos de Rudy Fernández para protagonizar una de esas jugadas de dibujos animados tan característica de esa alegría que desprende este equipo, ayer descubrió un nuevo socio para cazar al vuelo sus asistencias al tendido: Mejri, que pese a no contar con minutos el pasado viernes ante el Zalguiris, tuvo una actuación más que notable en el primer partido de nivel en esta Liga Endesa, que confirma su perfil bajo a la espera de mejores vientos en la economía del país. Un rival llamado a inquietar a los dos poderosos del baloncesto español, apenas hizo acto de presencia ante el ciclón madridista. Los 2,10 de Bourousis y los 2,17 de Mejri completan con garantías una de las plantillas más completas de los últimos tiempos en el Madrid. El vuelo de Laso sigue enamorando en el Palacio.