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Los mundiales en los que los favoritos se despeñaron y Estados Unidos se coronó
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Los mundiales en los que los favoritos se despeñaron y Estados Unidos se coronó

Los americanos arrasaron el medallero después de varias citas de caída. La despedida de Bolt es lo más noticiable, pero no fue la única cara del atletismo que vio su ocaso en Londres

Foto: London 2017 iaaf world championships
London 2017 iaaf world championships

Esa cara crispada de Bolt se convirtió en la imagen de los campeonatos del mundo. Tampoco había que ser un lince para saber que el jamaicano iba a protagonizar el póster de la cita, eran unos campeonatos pensados para que él se marchase del deporte al que tanto ha dado. Se ha ido y lo ha hecho mal, con dos derrotas que no mancillan su legado pero dejan un regusto amargo. Nadie quería ver perder a Bolt, tanto tiempo la estrella más brillante. Esperar de él dos oros más era lo lógico. Pero no se dio, en el 100 falló y se llevó bronce. En el relevo, peor aún, se fue con la pierna dolida, incapaz de terminar la carrera.

Es la despedida más aparatosa, la que todo el mundo venía anunciando, pero su caída solo es uno más de los muchos cambios a los que se ha sometido el atletismo en solo diez días. No han sido unos mundiales brillantes en cuanto a marcas, pero si apasionantes desde el punto de vista de la competitividad. Han perdido muchos de los favoritos, ha habido emoción a raudales y han caído mitos. No solo Bolt, unos cuantos más.

Foto: Caster Semenya, en los mundiales de atletismo. (Reuters)

Lo primero, lo más evidente, es que Estados Unidos ha vuelto al atletismo a lo bestia. Llevaban una década en la que otros países les habían desenfocados. Siempre había estadounidenses, es el país deportivo por excelencia y tienen, con diferencia, el mejor sistema de captación y desarrollo de talento de todo el mundo. Las condiciones perfectas para que exista un buen atletismo. Pero no era lo mismo, hasta el punto de que en Pekín, en los últimos mundiales, solo lograron ser terceros en el medallero superados por Jamaica y Kenia.

Nada parecido en este caso, 30 medallas, diez de ellas de oro, 19 más que Kenia, segunda en esa clasificación. El dominio estadounidense ha sido abrumador, tanto en el masculino como en el femenino, en velocidad, en los concursos, incluso en el fondo, tradicionalmente esquivo con los intereses de los yanquis. Las historias de éxito se acumulan. En el 100 Gatlin, la redención, pero también Coleman, el futuro. En el triple salto Taylor, la extrema dominación. Como la excelsa competidora Brittney Reese. Lo inaudito, en los obstáculos, donde Coburn y Frerichs hicieron un doblete de blancas en una prueba siempre dominada por la raza negra. Tori Bowie, ganando a la favoritísima Thomson en el 100. O las dos presencias en el podio del 400 femenino, incluida Allyson Felix.

placeholder Wayde Van Niekerk.
Wayde Van Niekerk.

África, subidas y bajadas

En cualquier prueba puede aparecer un americano, probablemente el país que sale más contento de esta cita. Y el segundo, quizá, Sudáfrica. La evolución del país en el concierto atlético es tremenda, han pasado de no ser un elemento a tener en cuenta a tener algunos de los más mediáticos atletas como es el caso de Semenya y Van Niekerk. No es solo eso, también ven como les salen velocistas de debajo de las piedras y otros atletas completísimos como el saltador Manyonga. Está aún en proceso, pero algo grande pasa por esa zona del mundo. Aunque, en lo negativo, esto tendrían que haber sido los mundiales de Van Niekerk y no lo fueron. Hizo oro y plata, es el atleta más completo de la actualidad, pero entre el embrollo del noravirus de Makwala -gran sainete- y que anda algo falto de carisma se quedó en menos de lo que se presuponía.

Estos fueron también los mundiales en los que Mo Farah dejará de competir en la pista. Se pasa al maratón, a ganar dinero y seguir ganando, que es lo que mejor sabe hacer. No hubo, eso sí, un nuevo doblete, que era lo esperable en él. Otra sorpresa. Tampoco en el femenino, porque Ayana se tuvo que conformar con la plata en los cinco kilómetros. Los dos eran favoritos para el doblete, pero en estos campeonatos ser favorito era más una rémora que un alivio. Sorprende mucho el caso de la etíope, que es claramente una atleta capacitada para hacerlo pero aún no lo ha conseguido. Corre más que nadie, hasta límites increíbles, pero sigue sin encontrar la manera óptima de dosificarse para llegar a la última prueba e imponer su calidad.

Foto: Almaz Ayana, en los mundiales de Londres. (Reuters)

Etiopía y Kenia siguen siendo los mejores en el fondo, pero cada vez hay más países africanos que aportan competidores de primer nivel. Uganda o Tanzania, por poner dos ejemplos de países con medalla en estos campeonatos. Es normal, son países con potencial para hacer mucho y si no ha habido hasta el momento muchos corredores de allí es porque faltaba tradición y medios. Los dos dominadores del fondo, además, no parecen estar en su mejor momento, cosa que se ha visto, por ejemplo en los 3.000 obstáculos. Antes eran un asunto exclusivo para los kenianos, ahora ya no o menos. Mucho tiene que ver en esto la sospecha de que el dopaje ha campado a sus anchas durante años y que empiezan a tomarse medidas al respecto.

Y ya que ha salido el dopaje a escena, se puede analizar lo que ha pasado con Rusia. O con el equipo de atletas neutrales, que no era más que una Rusia mermada y disfrazada. Solo un oro, el de Lasitskene, pocas medallas. En otros tiempo arrasaban, pero con el marcaje actual es complicado que los pocos atletas que pasan los filtros de la IAAF lo hagan con la barra libre de dopaje que existía en otros tiempos. Seis medallas, cinco de ellas de plata y uno de los momentos de los mundiales cuando la saltadora recogió su oro. Entre el tema de no tener bandera y el himno de la IAAF quedó todo de lo más raro.

El atletismo se ha quedado sin Bolt. Ve como Allyson Felix también cumple años, como Farah se va de las pistas. Incluso se duele por Elaine Thompson. Faltan estrellas, algo necesario en el deporte pero aún más en uno estacional y en perpetua crisis como es este. Van Niekerk puede serlo, pero tiene que trabajar desde ahí. Y habrá más nombres, pero de momento no se les ve venir.

Esa cara crispada de Bolt se convirtió en la imagen de los campeonatos del mundo. Tampoco había que ser un lince para saber que el jamaicano iba a protagonizar el póster de la cita, eran unos campeonatos pensados para que él se marchase del deporte al que tanto ha dado. Se ha ido y lo ha hecho mal, con dos derrotas que no mancillan su legado pero dejan un regusto amargo. Nadie quería ver perder a Bolt, tanto tiempo la estrella más brillante. Esperar de él dos oros más era lo lógico. Pero no se dio, en el 100 falló y se llevó bronce. En el relevo, peor aún, se fue con la pierna dolida, incapaz de terminar la carrera.

Federación Internacional de Atletismo (IAAF)
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