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El Atleti le birló el liderato a su vecino en ocho minutos históricos para el fútbol español
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IMPRESIONANTE PARTIDO DE OBLAK

El Atleti le birló el liderato a su vecino en ocho minutos históricos para el fútbol español

Un gol en el 88 de Luis Suárez devuelve a los rojiblancos el derecho a soñar. El domingo se decide todo

Foto: El Atlético celebra el gol de Luis Suárez. (Reuters)
El Atlético celebra el gol de Luis Suárez. (Reuters)

"Mi hijo está llorando a moco tendido. No se cogía una así desde que le pusimos 'La ventana indiscreta', que era demasiado pequeño y no veas el disgusto que se llevó con la última escena". El mensaje es de un amigo, de estirpe rojiblanca, pero sirve para sintetizar la eléctrica jornada de ayer, con varios giros de guion que dejan la traca final, el título de liga, para la última entrega.

Ayer se vivió un domingo veraniego en Madrid. Imbuidos por el espíritu de libertad que emana de las urnas, los madrileños volvieron a echarse a las calles para ver la jornada futbolera. A las terrazas, por supuesto, pero también al parking del Metropolitano y a los aledaños de Neptuno, donde la Nacional ya había tomado posiciones, quizá desconfiando de la pareja Gutiérrez-Odriozola con la que se iba a jugar el Madrid el campeonato.

Foto: Zidane con gesto de preocupación en San Mamés. (EFE)

Madrid se dividió en terrazas. Blancas las del eje Castellana e indias las del río, como siempre. No encaraban la cita igual: los madridistas llegaban en situación crepuscular, con un equipo lleno de parches y mucha incertidumbre de cara al futuro. Eliminados de la Champions con dos baños ingleses, una liga no salvará la temporada ni para el presidente ni para la afición, pero siempre está el placer de birlársela a los atléticos, que a la postre son tu vecino y tu compañera de trabajo.

Los rojiblancos afrontaron la jornada como vienen haciéndolo desde marzo: con la tensión propia de haber liderado el campeonato durante todo el año y poder perderlo en un partido. Tampoco es nada raro, ya saben que el Atleti es una agonía desde 1903, pero lo de ayer fue un desafío coronario para sus aficionados: en ocho minutos recuperaron una liga que se les escapaba de las manos.

placeholder Los exteriores del Wanda Metropolitano, tras el partido contra Osasuna. (Reuters)
Los exteriores del Wanda Metropolitano, tras el partido contra Osasuna. (Reuters)

Sin embargo, las sensaciones a primera hora adelantaban una noche tranquila para los rojiblancos. El Atleti salió desde el arranque a morderle a Osasuna, con el público jaleando en los exteriores del Metropolitano. Los de Simeone crearon peligro durante toda la primera parte y solo el portero Sergio Herrera y el palo de la portería, en dos ocasiones, evitaron que se llegase al descanso con el partido encauzado. El Madrid, por su parte, salió dubitativo, controlando el partido en San Mamés pero sin la intención de llegar a mayores.

La lógica sugería que el Atleti acabaría marcando y que el Madrid iba a depender un día más de la inspiración de Benzema, pero los planteamientos se vinieron abajo sobre las 8 de la tarde. Al Atleti le anularon dos goles seguidos, de Savic y de Carrasco, por fuera de juego, mientras el Madrid marcó en un posicional de Benzema clamoroso. Se la puso Casemiro al francés, que no pudo alcanzarla y el centro topó a Nacho, central, lateral y fontanero a jornada completa, que se encontró con un gol que valía una liga.

A los tres minutos, gol de Osasuna. Oblak no pudo sacar un cabezazo de Budimir que se coló varios centímetros en la portería. 0-1 a quince minutos del final y con el Madrid ganando, el apocalipsis colchonero. "Aquí es donde empezó a llorar mi hijo", dice mi amigo, demostrando que, pese a su juventud, el chaval ya ha entendido cómo suelen acabar estas cosas. Pero las cosas han cambiado desde que llegó Simeone y ahora cuesta una barbaridad enterrar a 'el pupas'.

"Fuertes de cabeza, fuertes de cabeza, que en una jugada va a llegar el gol", les dijo el argentino a sus jugadores, desfondados por el esfuerzo bajo el súbito verano madrileño. A diferencia de estrellas fugaces como Futre o Pantic, Simeone es una fenómeno persistente en el Atlético de Madrid, la garantía de que los rojiblancos siempre van a luchar un poquito más.

El Atleti creyó en el milagro y lo encontró en ocho minutos. En el minuto 82, Joao le metió un balón al área a Lodi y los de Simeone empataron el partido. Vendrían después ocho minutos de agonía, con los colchoneros volcados sobre Osasuna mientras el Madrid se centraba en resistir en San Mamés: a igualdad de puntos, gana el Madrid por 'golaverage'. Tuvo que ser Luis Suárez, otro carácter indomable del Río de la Plata, el que pusiera por delante al Atleti. El uruguayo, que llega al final de los partidos con las articulaciones aullándole, enchufó un centro perdido de Carrasco, que se atascó y se sacó el balón de encima. La pegó de interior, colocada para superar a tres defensas y el portero, y el soporte de la portería, con un chasquido seco, confirmó la calidad del golpeo. Pitido final y estallido de júbilo en el Metropolitano: el Atleti vive.

La noche de taquicardia en Madrid que terminó como había empezado, con el Atleti dependiendo de sí mismo para ganar el campeonato. Se la jugarán el próximo domingo en Zorrilla con el Valladolid al borde del descenso. El Madrid se verá en casa contra un Villarreal que, pese a que se juega entrar en Europa League, es muy probable que reserve a sus mejores jugadores para la final que disputarán tres días después contra el Manchester United.

El capítulo final, el próximo sábado a las seis de la tarde, con más calor y más terrazas en Madrid.

"Mi hijo está llorando a moco tendido. No se cogía una así desde que le pusimos 'La ventana indiscreta', que era demasiado pequeño y no veas el disgusto que se llevó con la última escena". El mensaje es de un amigo, de estirpe rojiblanca, pero sirve para sintetizar la eléctrica jornada de ayer, con varios giros de guion que dejan la traca final, el título de liga, para la última entrega.