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La peluquera que avergonzó al cine español
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GOYA 2018

La peluquera que avergonzó al cine español

El cine patrio reivindica la igualdad en la gala, pero las cifras demuestran que ese objetivo está aún muy lejos de llegar. Muchas peluqueras y pocas directoras. Las cifras

Foto: Leticia Dolera en la alfombra roja. (EFE)
Leticia Dolera en la alfombra roja. (EFE)

"Os está quedando un campo de nabos feminista precioso", le espetó la actriz Leticia Dolera al presentador Joaquín Reyes en uno de los gags de la gala. Todo ello en una gala marcada por las reivindicaciones de la Asociación de Cineastas CIMA, que repartió 1.800 abanicos rojos para alertar sobre la falta de igualdad en la industria.

Actrices como Penélope Cruz y la mencionada Leticia Dolera lucieron los abanicos rojos en la alfombra roja. También lo hicieron políticos como Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Alberto Garzón, no así los representantes de Ciudadanos (Albert Rivera y Marta Rivera de la Cruz).

Las crudas cifras

¿Es para tanto la discriminación? Las cifras dicen que sí. Según el último estudio de CIMA sobre desigualdad en el cine español, basado en los 154 largometrajes presentados en las nominaciones de la anterior edición de los premios, la industria está aún en pañales.

[El palmarés: todos los ganadores de los Goya 2018]

"En dichas películas, 2.270 personas desarrollaron diferentes cargos de responsabilidad, el 74% eran hombres y el 26%, mujeres. El porcentaje de representatividad de mujeres respecto de 2015, a pesar del incremento en el número de largometrajes, se mantiene estático", asegura el informe.

Hay un 16% de directoras y un 75% de maquilladoras y peluqueras


Pero las cifras verdaderamente chirriantes surgen al medir las mujeres en cargos de responsabilidad por áreas: hay un 16% de directoras y un 75% de maquilladoras y peluqueras. Los únicos dos campos en los que las mujeres superan el 50% son vestuario y maquillaje y peluquería.

Foto: La actriz Emma Suárez recibió dos premios Goya en 2017. (EC)

Por contra, las mujeres solo son el 2% de las directoras de fotografía, el 3% de las especialistas en efectos especiales, el 8% de las compositoras, o el 17% de las guionistas.

Las mujeres solo son el 2% de las directoras de fotografía, el 3% de las directoras de efectos especiales, el 8% de las compositoras y el 17% de las guionistas

Eso si nos fijamos en las películas nominadas en 2017, porque si analizamos todas las ediciones de los Goya, la cosa no mejora precisamente. "En la historia de las nominaciones a los premios más importantes del cine español, solo hay un 21,6% de mujeres, según consta tras analizar la información oficial del galardón y tras excluir las categorías de interpretación ya divididas por género. La cifra baja aún más, hasta el 13,3%, si se no se cuentan las nominaciones compartidas con hombres. Un reflejo de una industria del cine que infrarrepresenta a las mujeres incluso a la hora de financiar una película. En los últimos años, por cada 6,5 euros públicos que han ido a un filme dirigido por una mujer, 10 han ido a uno con dirección masculina", concluye una investigación sobre la historia de los Goya realizada recientemente por este periódico.

"Si no hay nominaciones, no puede haber premios. De hecho, solo el 20,16% de los Goya entregados en las más de 30 ediciones de la gala han ido a parar a manos de una mujer. Únicamente uno de cada diez (un 12,33%) han sido para una candidatura exclusivamente de mujeres, es decir, que no formara parte de un equipo de trabajo compuesto también por hombres", zanja dicho artículo.

"De las 25 películas más caras de la historia del cine español ninguna estaba dirigida por mujeres", dijo Pepa Charro (la Terremoto de Alcorcón) en un monólogo reivindicativo durante la gala.

Campo de nabos, en efecto, y no precisamente feminista.

"Os está quedando un campo de nabos feminista precioso", le espetó la actriz Leticia Dolera al presentador Joaquín Reyes en uno de los gags de la gala. Todo ello en una gala marcada por las reivindicaciones de la Asociación de Cineastas CIMA, que repartió 1.800 abanicos rojos para alertar sobre la falta de igualdad en la industria.

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