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En busca de la banda sonora de los Goya
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la pugna por la mejor música original

En busca de la banda sonora de los Goya

Roque Baños, Julio de la Rosa, Gustavo Santaolalla y Pascal Gaigne compiten por el Goya a la mejor música original en una categoría donde todo está abierto

Foto: El compositor Julio de la Rosa, nominado por su trabajo en 'La isla mínima'
El compositor Julio de la Rosa, nominado por su trabajo en 'La isla mínima'

Probablemente la banda sonora de la gala de los Goya que se celebra mañana tenga más aplausos que silbidos. Ha sido un año histórico para el cine español con su mayor récord de recaudación aunque temas como el IVA cultural siguen lastrando a una industria que este año parece más mansa que reivindicativa. Aunque todo está por ver porque el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, este año sí vuelve a la ceremonia tras los abucheos que recibió hace dos años y la espantada del año pasado. Sea como sea la partitura de esta gala suena a intriga, a persecuciones, a violencia y a silencios. Y la firman Julio de la Rosa, Roque Baños, Gustavo Santaolalla y Pascal Gaigne, nominados a la mejor música original por La isla mínima, El niño, Relatos Salvajes y Loreak respectivamente.

Hoy en día no estaría muy seguro de decir que se puede vivir de componer música para cine. Hace unos años sí lo habría dicho

Al contrario que en otras categorías, poco hay claro sobre quién se alzará con el cabezón esta noche aunque Julio de la Rosa, que ya ganó el Premio Feroz, acapara los elogios de sus compañeros. Eso sí, en frente tendrá a dos pesos pesados como son Baños, con tres Goyas por las BSO de Los crímenes de Oxford y Las 13 rosas y a la mejor canción de Salomé, y Santaolalla, con dos Oscar por la música de Babel y Brokeback Mountain, y a un veterano Gaigne que se enfrenta a su primera nominación a mejor música original (tuvo otra a mejor canción) en más de tres décadas de carrera.

"La nominación me ha asombrado no por el trabajo, del que me siento orgulloso, pero sí porque los competidores son unos pesos pesados de la música en el cine. Sonará obviedad pero es un premio muy grande estar con ellos", cuenta De la Rosa a El Confidencial. La isla mínima es la tercera película de Alberto Rodríguez para la que hace la música y su carrera en el cine está muy ligada al que fue su compañero y amigo en la Facultad de Comunicación Audiovisual de Sevilla. Junto a él, el músico que comenzó su carrera en 1995 en el grupo indie El hombre burbuja y al que siguió una carrera en solitario -está inmerso en la preparación de su sexto disco-, comenzó en el mundo de las BSO en 2005 para 7 Vírgenes.

Con 18 películas a su espalda, Julio de la Rosa explica que la composición de la música para La isla mínima requería mucha precisión para "mostrar ese ambiente enrarecido de un lugar donde el mal se puede esconder detrás de cualquier cara conocida". Una música ambiental pero que va más allá jugando un papel fundamental en la narración de esa España negra asfixiante. "La película juega mucho con las pistas y era necesario ir marcando eso pero sin caer en lo obvio y sin que el espectador se dé cuenta".

"Por suerte cada vez es mayor la consideración que se tiene hacia la música como parte fundamental de una película en nuestro país. Fruto de lo cual, la música de cine en España está muy bien considerada y eso se nota ya en la meca del cine americano", describe Roque Baños sobre la importancia que ha ido adquiriendo con los años la labor del compositor de BSO. Aunque, añade, "es cierto que en las producciones americanas se le da una relevancia mucho mayor a la música que la que se da en otros países. Consideran que es un elemento muy importante de la película", añade. A pesar de todo, "hoy en día no estaría muy seguro de decir que se puede vivir de componer música para cine en España. Hace unos años sí lo habría dicho". Algo, matiza, que afecta a todos los sectores de la sociedad.

Baños comenzó su carrera en 1998 con Carreteras Secundarias, de Emilio martínez-Lázaro. Desde entonces es reclamado a este y el otro lado del charco y ha firmado trabajos para grandes directores como Álex de la Iglesia, Daniel Monzón, Carlos Saura, Marcelo Piéyro, Spike Lee, Fede Álvarez, Gerard Junot o Alejandro Amenábar, con quien está trabajando actualmente en la música de su nuevo filme Regresión. "Trabajar con Alejandro es una suerte. Es una película de suspense que pienso que va a sorprender mucho y a atraer al gran público. Alejandro y yo queríamos recrear con la música las emociones más profundas y auténticas de los personajes y crear, a su vez, un clima de desconcierto y de inseguridad que mantenga en tensión al espectador y que le conduzca a ansiar que sea revelada la verdad", explica a este periódico sobre una composición que se basa en música orquestal y voz lírica. Además, estará en la nueva película de Fede Álvarez: A man in the dark, y tiene un proyecto de danza encima de la mesa.

Su trabajo en El niño, de Daniel Monzón, supone su novena nominación a los Goya (tiene tres estatuillas) y sigue agrandando su reconocimiento internacional. "Estoy muy contento con la nominación, especialmente por Daniel, que con su entusiasmo nos ha alentado a todos a realizar este enorme trabajo. También con el apoyo de los productores, especialmente Edmond, que ha hecho que lo difícil sea fácil, y eso que la película tuvo mucho más de difícil que de fácil", asegura para añadir que no sabe si ganará pero que el premio ha sido formar parte del filme.

"En España se ha conseguido un hito muy importante como es el hacer cine de muy alta calidad con menos recursos. Quizás con menos recursos que nunca. Sin embargo, eso no impide que todo el talento español salga a flote y se explote al máximo. Daniel Monzón y Emilio Martínez-Lázaro, entre otros, han conseguido acercar el cine español a los españoles, y lo han hecho con fantásticos resultados de taquilla. Hacen que me sienta muy orgulloso de nuestra industria y realmente todos estamos de enhorabuena", analiza el año de oro del cine español.

En EEUU, prosigue, "se conoce cada vez más el cine español porque está teniendo más repercusión en este territorio. Sé que existe mucho respeto, e incluso, simpatiía y admiración. En ocasiones, fuera nos han valorado mucho más que nosotros mismos desde dentro". Tanto es así, que ayer la Asociación Internacional de Críticos de Música de Cine nominó a Baños por la BSO de Cantinflas, a Zacarías M. de la Riva, por Autómata, y al argentino Federico Jusid, por la música de la serie de TVE Isabel.

Junto a él estará otro de los grandes nombres de este cuarteto, Gustavo Santaolalla, que ha explicado en varias ocasiones la importancia de crear una música para Relatos Salvajes acorde al tono de cada una de las historias cuyo nexo es la ira y la violencia incontenible. Damián Szifron tuvo claro desde el principio que Santaolalla debía hacer la música de su película y contar con él "fue una bendición", relata en una entrevista a AP.

Pascal Gaigne es el cuarto en liza esta noche. El francés afincado en el País Vasco es un veterano compositor de cine con una treintena de bandas sonoras tras de sí como AzulOscuroCasiNegro y Gordos, de Daniel Sánchez Arévalo; El sol del membrillo, de Víctor Erice, En tierra extraña, de Icíar Bollaín o Lasa y Zabala, de Pablo Malo. Con Loreak, el primer filme en euskera nominado a los Goya, ha firmado un trabajo particular ya que "la música crea silencios y aparece de una forma bastante sutil. Es una película con muchos silencios y no dichos. La música tiene ese papel complementario sin ser ambiental. Es un personaje más", cuenta a este periódico.

Ilusionado con su segunda nominación, entre sus próximos proyectos se encuentra la nueva película de Juana Macías, Embarazados, y otra en Finlandia además de la composición de una ópera de cámara para Francia, Gaigne asegura que para vivir de la música hay que hacer más cosas que cine. "Hubo una época en la que se reconocía más la figura del compositor de bandas sonoras. Hemos perdido en el aspecto de reconocimiento y apreciación del trabajo del compositor. Cada vez hay menos tiempo y presupuesto y se ve de forma secundaria. Es una tendencia que al menos yo percibo así. Somos cada vez más compositores y menos películas", apostilla.

Una ventana para dar al menos algo de visibilidad a ese trabajo alejado de los focos se abre esta noche en los Goya, donde la música no sólo la pondrán el show inicial de nueve minutos -cruzemos los dedos vistos los precedentes- en el que participarán cantantes como Miguel Poveda, Ana Belén o Lolita y actores como Eduardo Noriega, Hugo Silva y Fran Perea, y los artistas nominados a las canciones originales (con India Martínez a la cabeza por su tema Niño sin miedo de la película de Monzón).

Probablemente la banda sonora de la gala de los Goya que se celebra mañana tenga más aplausos que silbidos. Ha sido un año histórico para el cine español con su mayor récord de recaudación aunque temas como el IVA cultural siguen lastrando a una industria que este año parece más mansa que reivindicativa. Aunque todo está por ver porque el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, este año sí vuelve a la ceremonia tras los abucheos que recibió hace dos años y la espantada del año pasado. Sea como sea la partitura de esta gala suena a intriga, a persecuciones, a violencia y a silencios. Y la firman Julio de la Rosa, Roque Baños, Gustavo Santaolalla y Pascal Gaigne, nominados a la mejor música original por La isla mínima, El niño, Relatos Salvajes y Loreak respectivamente.

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