Meryl Streep revela cuál fue el personaje de su carrera que le hizo sentir más incómoda: "Fue horrible"

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Meryl Streep es una actriz de alma y de vocación, manteniendo en cada proyecto un compromiso férreo con las otras vidas que viste y que traslada al cine y la televisión al servicio de narrativas inspiradoras, como lo es su trabajo para las generaciones venideras. Según Julia Roberts, es "la chica más trabajadora del cine". Así lo atestigua su prolífica carrera que ha visto nacer inolvidables personajes a través de sus honestas interpretaciones en la película musical Mamma mia o las emblemáticas Memorias de África o Los puentes de Madison.

La intérprete estadounidense tiene una capacidad magnética para ponerse en la piel de una gama amplia de roles, donde su naturalidad siempre está presente y es lo que llega a conmover a un público que le coloca entre una de sus actrices predilectas. Meryl Streep se hizo con un Oscar en tres ocasiones con las películas de Kramer contra Kramer, La decisión de Sophie y La dama de hierro, además de contar con un total de 21 nominaciones a los prestigiosos galardones.

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Europa Press

Hay desafíos que se convierten en trances amargos pero llenos de aprendizaje. Streep enfrentó uno de los más difíciles en la aclamada película El diablo viste de Prada. El personaje de Miranda Priestly se le resistió y le mantuvo en tensión a lo largo de todo el rodaje. En la película dirigida por David Frankel, la tiránica directora de una famosa revista de moda alecciona a Andy Sachs, su inocente asistente interpretada por Anne Hathaway.

La hazaña de Meryl Streep

Sin duda, el apático y altivo personaje que se dio a conocer al gran público en 2006 es uno de los más alejados a su propia personalidad y fue de complicada ejecución para una actriz acostumbrada a historias llenas de luz y humanidad. El nivel de exigencia era muy elevado, por lo que Streep decidió seguir el método Stanislavski, el cual, en este caso, consistió en comprender la psicología de Miranda y establecer una conexión emocional con ella hasta el final de la grabación. La actriz no quería desengancharse de eso para no faltar a la verdad.

El rol de Priestly está basado en la directora de la edición estadounidense de la revista Vogue, Anna Wintour, una mujer que llegó a convertirse en todo un icono de la moda. En declaraciones a Entertainment Weekly, Meryl Streep dejó claro el gran reto que supuso interpretar a este personaje. "Fue horrible. Me sentía miserable cuando llegaba a mi caravana. Podía oírlos a todos riéndose. Me dije: 'Bueno, es el precio que pagas por ser jefa'. Esa es la última vez que intenté algo con ese método", confesó la actriz, que quiso innovar en su forma de interpretar.

A pesar de que el personaje de Miranda Priestly fue el que menos le gustó, fue uno de los más elogiados de su carrera (le valió una nominación a los Oscar). Además, se convirtió en uno de los favoritos del público que elogian su interpretación de alto nivel en un personaje de gran complejidad "al que sabe dotar de humanidad en su infinita crueldad".